A continuación, algunos tramos del reportaje brindado a Télam:
Télam: ¿Cuáles cree que serán las consecuencias de las contingencias climáticas en lo productivo?
Mario González : Recién vamos a tener la realidad pos vendimia; a priori, sabemos que los daños han sido fuertes y que la merma de producción obviamente que va a estar.
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T: ¿Cree que se va a recomponer el precio para el productor por esta menor producción?
M.G.: No tengo dudas; el productor también tiene costos altísimos que que hay que ir soportando durante todo un año, y creo que un año donde quizás el precio equilibre esa situación y se logren buenos resultados.
T: ¿Y aumentará el precio para el consumidor?
M.G. El peso del precio de la uva en el producto final no es tan fuerte como para pensar que haya un salto muy grande, pero si hay que lograr equilibrio entre insumos y precios al productor, al que hay que cuidarlo, lograr que cubra sus costos y tenga rentabilidad porque es mucho esfuerzo, mucha gente la que trabaja, mucha mano de obra.
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T: ¿Cómo influyen los insumos?
M.G. Un gran componente del precio de una botella de vino está dado por los insumos; el traslado de costos de insumos es el que termina afectando al consumidor; como industria quisiéramos mantenernos con un valor de producto más alto y uno menor de insumos; es una ecuación que hay que seguir seguir trabajando y tratar de que sea más equilibrada.
T: En los últimos tiempos se sumó la falta de botellas, el aumento de los fletes marítimos…
M.G.: Venimos de años complicados, complejo de todo punto de vista; desde la pandemia, que a la vitivinicultura benefició por el mayor consumo en el mercado interno, pero a la vez hizo que la logística se complicará más, que los fletes marítimos aumentaran de manera exponencial; a eso se sumó la guerra, inflación en otros países y cuestiones climáticas; se acumula una serie de cosas que hacen difícil la situación, pero lo importante es que la vitivinicultura hace muchos años trazó un plan a largo plazo; con optimismo queremos ir avanzando hacia lograr parte de esos objetivos y aspiramos a que esto se va se va a acomodar en algún momento.
T: Uno de los temas que preocupa al sector es el de los costos…
M. G.: Los costos -tanto a nivel de campo como de industria- han ido creciendo en la misma magnitud que fueron subiendo la mayoría de los de cualquier producto en la Argentina y eso lógicamente es una preocupación porque el traslado a precio tiene un límite, el del poder adquisitivo de la gente; estamos siempre con un techo, tanto en el mercado interno como el externo, donde se compite con los principales productores de vino del mundo.
T: ¿Qué haría falta para mejorar los costos?
M. G.: Los costos van de la mano del mismo proceso inflacionario que vive el país; esperemos que se solucione rápidamente para que tanto en nuestra actividad como el resto de los argentinos tengamos un equilibrio.
T: ¿En algún momento se habló de importar materia prima y desde el Gobierno se afirmó que no lo iban a permitir…
M. G.: Es importante que se haya planteado a nivel nacional; es un tema que hay que tocarlo con mucho cuidado; es muy apresurado pensar en que va a faltar vino como para que sea necesaria una importación y la vitivinicultura no es un negocio de compra y venta, sino que detrás hay un entramado social y productivo muy grande, desde pequeños productores, bodegueros, empresarios, comerciantes y demás; hay que cuidar a esa cadena y que tengan resultados positivos todos, tratar de ir equilibrando; ahora, llegado el caso que haya problemas y no haya abastecimiento para el mercado interno, será el momento de sentarse a analizarlo, pero creo que estamos lejos de esa situación. (Télam)