Las lluvias trajeron algo de alivio en gran parte de Argentina, pero también empezaron a activar algunas malezas que pueden complicar los lotes orientados tanto a soja como a maíz.
Así, pensar en mantener un lote limpio para permitirle a los cultivos emerger sin competencias, es claramente un desafío. En este sentido, la implementación de herbicidas de alta residualidad y selectivos para los cultivos posteriores, es claramente la estrategia a seguir.
“La opción de realizar una única aplicación que limpie el lote, además de asegurar un control preemergente con alta residualidad, es una estrategia de anticipación recomendable. Para esto, es importante que el control no perjudique al cultivo sembrado. Es clave elegir productos que garanticen selectividad, además de ofrecer una amplia acción residual para protegerlo cuando más lo necesita, desde la implantación hasta el cierre de surco”, advirtió Eduardo Grognett, gerente de desarrollo de Gleba.
En este orden, el técnico describió las bondades del flumioxazin, uno de los principios activos más utilizados por los productores. Su acción inhibe la protoporfirinogeno oxidasa, y provoca la acumulación masiva de porfirinas que estimula la peroxidación de los lípidos de las membranas celulares produciendo daños irreversibles en la función y estructura de las plantas sensibles.
Este activo posee varios atributos diferenciales que lo posicionan como una excelente opción, como por ejemplo su registro para una gran variedad de cultivos, como trigo, soja, maíz, sorgo y girasol, entre otros.
Gorgnett agregó que si bien el activo es absorbido por raíz y/o coleóptilo e hipocótilo de la maleza, actuando sobre malezas en germinación, el flumioxazin manifiesta actividad foliar y, por tanto, puede controlar plantas emergidas en sus primeros estadios. Manifiesta un efecto quemado bastante contundente sobre malezas en tamaño roseta, sin generar efectos de fitotoxicidad en los cultivos.
También ponderó que su actividad residual es aproximadamente de 40 días, y su baja solubilidad en agua permite que permanezca en los primeros centímetros del suelo, sin alcanzar las napas freáticas.