Optimizar la calidad de los suelos, alcanzar mayor sustentabilidad en los procesos, disminuir las malezas y aumentar el potencial de rendimiento del cultivo de sorgo granífero, fueron algunos de los objetivos que se propusieron los Ing. Ag. Martín Liggera, productor y asesor privado de la localidad de Junín, y Julián Siri, coordinador de Tecnología y Desarrollo de Advanta, el pasado 16 de octubre de 2020 cuando dieron comienzo a un ensayo de fertilización en diferentes cultivos de servicio en el campo “El Tatú”, ubicado en la localidad de Tres Algarrobos, Provincia de Buenos Aires.
El uso de cultivos de cobertura permite controlar la erosión tanto hídrica como eólica, aporta materia orgánica al suelo, reduce la aplicación de insumos agrícola, disminuye la temperatura del suelo por el efecto de la cobertura, aporta nitrógeno al sistema en el caso de incluir leguminosas, permite controlar a las malezas y genera un incremento en el rendimiento en el mediano y largo plazo.
El cultivo de sorgo mostró una buena adaptación a los cultivos de servicio a pesar de la baja cantidad de agua que se registró a lo largo del crecimiento del cultivo se obtuvo rendimientos de aproximadamente 8.500 kg/ha con un antecesor de vicia inoculada.
Los cultivos de servicio en base a gramíneas puras arrojaron los peores resultados ya que generan una gran deficiencia de nitrógeno en el sorgo posterior, difícil de recuperar inclusive utilizando altos niveles de nitrógeno. Esto se debe a que la gramínea absorbe una gran cantidad de nitrógeno al cultivo y que, hasta luego de la fertilización, no llega restituir lo que le quitó maximizándose en este caso por la falta de agua durante el crecimiento del cultivo.