Buenos Aires, 7 diciembre (NA) — Björn Pétursson, conocido como “Axlar Björn” y “el granjero asesino” fue el único criminal serial en la historia de Islandia, que confesó haber matado a ocho personas, pero los investigadores estiman que fueron más de 18.
Nacido en 1555, se lo conocía como “Axlar”, porque era el genitivo de Öxl, su lugar de residencia.
Pétursson, el menor de tres hijos de una pareja de agricultores islandeses, comenzó a trabajar a los 15 años como ayudante en la granja de un vecino de muy buen pasar económico llamado Ormur, a cambio de casa y comida.
El patrón falleció años después por causas naturales y dejó sus propiedades a su hijo, Guðmundur, quien se había hecho muy amigo de “Axlar-Björn”.
Debido a esa gran relación entablada, el nuevo jefe le regaló una granja llamada Öxl en la región de Breidavik, en Snæfellsnes, donde Pétursson se instaló con su esposa, Þórdís Ólafsdóttir.
Si bien hay diferentes detalles de cómo fueron sus asesinatos, muchos de ellos formando parte de una leyenda popular creada 300 años después de su ejecución, se estima que los crímenes cometidos por este sujeto fueron entre nueve y 18.
La mayoría de las víctimas fueron viajeros y peones que llegaron a Öxl en busca de trabajo, pero el dato difiere en lo que fue el modus operandi, ya que algunos señalaron que los cortó con su hacha y otros que los ahogó.
La gente iba desapareciendo sin dejar rastros ni huellas, y las sospechas sobre “Axlar-Björn” eran cada vez más, debido a que las víctimas habían sido vistas por última vez en la granja del asesino serial o en cercanías de ella.
Encima, los caballos y otras posesiones del granjero aumentaban, lo que se tornó aún más sospechoso, pero estaba a salvo debido a la protección que le dio Guðmundur, según los documentos de la época de los que tomó conocimiento la Agencia Noticias Argentinas.
“Axlar-Björn” finalmente fue detenido y confesó nueve asesinatos, pero los investigadores encontraron más cadáveres al requisar su granja.
Sin embargo, cuando le preguntaron por esos cuerpos, el ahora apresado dijo que había encontrado restos enterrados en su tierra y decidió enterrarlos en otro lugar sin notificar a las autoridades ni llevarlos a un cementerio.
Los funcionarios judiciales no creyeron esta versión y un juez condenó en 1596 a “Axlar-Björn” (tenía 41 años) a morir en la horca y posteriormente en la rueda de ejecución, por lo que su cuerpo fue desmembrado y cada pieza fue colocada en una estaca.
Su esposa Þórdís, quien estaba embarazada en ese momento, fue obligada a presenciar la ejecución y luego fue acusada de ser cómplice de sus esposo en los asesinatos e incluso de cometer ella misma algunos de ellos.
La mujer también fue condenada a muerte, pero la ejecución no se llevó a cabo.
Meses después nació su hijo, Sveinn “Skotti” Björnsson, quien creció siendo un vagabundo y un delincuente.
“Skotti” fue ahorcado por una violación cometida en 1648 ya cuando tenía 52 años y era padre de Gísli “Hrokur” Sveinsson.
“Hrokur” también fue un delincuente -tercera generación- y fue ejecutado en 1657 por el robo y posterior crimen de un hombre llamado Hrafna Gunnarsson y de su criado Hiloki.
Las últimas palabras del nieto de “Axlar Björn” antes de su ejecución fueron: “¡Si fuera libre, los mataría a todos y comería su carne!”.
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