Quienes transitan a diario por los caminos rurales de la zona los reconocen bien: hay tramos que parecen seguros hasta que aparecen pozos profundos y repentinos. “Es traicionero porque te confias y de repente aparece un pozo peligroso en velocidad”, resume Juan Pimentel. A la altura de Balcarce, al dejar la traza de la ruta provincial 55 que conecta Coronel Vidal con la zona de Necochea, la escena se repite: decenas de baches, veredas irregulares y servicios que no alcanzan a cubrir la demanda de caminos en una provincia extensa. Tres camiones varados en un baden profundo son prueba cotidiana de esa realidad: los conductores se detienen, acomodan los vehiculos y esperan, mate en mano y reposera en medio de la circulacion, hasta que la ruta se vuelve transitable.

Aun asi, ese descuido de la via publica contrasta con la prolijidad interna de la vasta estancia Santa Marta, una propiedad que no parece un campo tradicional sino, a ratos, un parque cuidado al detalle. Santa Marta es parte del conjunto de tierras administradas en Argentina por la familia Benetton a traves de la Compania de Tierras Sud Argentino (CTSA). Fue adquirida por la firma en 11 etapas hasta sumar 15.901 hectareas, repartidas entre Balcarce y el distrito vecino de Loberia. La familia italiana, que en el pais concentra mas de 900.000 hectareas, dejo una impronta visible en el mantenimiento y la gestion productiva del lugar.

Carlo Benetton, el impulsor de los desarrollos agropecuarios de la CTSA, visitaba la propiedad varias veces al ano y era exigente con la presentacion y el orden. Su hijo Leone llego a ordenar que un maizal cercano a la mansion principal volviera a ser parque, preservando el paisaje que su padre solia disfrutar. Ese cuidado se refleja en inversiones, en criterios de manejo y en una mirada a largo plazo sobre la integracion entre agricultura y ganaderia.

La dimension del campo es amplia: en linea recta habria unos 70 kilometros entre un extremo y otro de la propiedad, segun explica el administrador Juan Anchorena. Esa extension implica variaciones climaticas notables: en la noche previa a una visita periodistica, algunas areas recibieron lluvias copiosas, otras apenas registraron precipitacion y algunas permanecieron secas. El manejo de esa heterogeneidad es uno de los desafios diarios.

Dentro de Santa Marta viven 30 empleados y, sumadas sus familias, casi 60 personas. La empresa sostiene una escuela rural y complementa los costos de traslado de alumnos junto con la provincia. La seguridad contra incendios tambien es un aspecto critico: la sierra cercana sufre el ingreso de cazadores furtivos y la quema deliberada de curros -arbustos con espinas que crecen de forma salvaje-, una practica que el viento, a 400 metros sobre los campos, puede transformar en un riesgo grave. Anchorena valora el trabajo de los bomberos de Loberia para mitigar esas amenazas.

Un cambio de epoca en la gestion se produjo en abril de 2019, cuando la administracion dejo de ser “familiar” y se profesionalizo mediante la recoleccion sistematica de datos y la unificacion de criterios entre Buenos Aires y la sede en Treviso, Italia. Ese giro hacia el “management” y el analisis cuantitativo impulsado desde Edizione S.p.A. y por la administracion actual ha tenido efectos concretos: segun la empresa, la produccion de carne paso de 18.200 kilos en 2018 a una estimacion de 40.000 kilos en el ano siguiente, un indicador que la gerencia atribuye a la mayor rigurosidad en la toma de decisiones basada en datos.

La gestion moderna se apoya en ensayos de suelos, pruebas con semillas y experimentos con dosis de insumos -fungicidas, insecticidas-, y en la pertenencia a redes como Aapresid. Anchorena detalla que Santa Marta esta organizada en casi 250 lotes: unas 6.000 hectareas ocupadas por sierras y areas ganaderas, 8.000 destinadas a agricultura de punta (con el 10% para consumo interno de CTSA) y 2.000 hectareas dedicadas a distintos tipos de pasturas. En forrajes, la sociedad trabaja con Gentos; en semillas para granos, con empresas como Advanta, Don Mario y Corteva. El asesor agropecuario Martin Diaz Zorita visita regularmente la estancia para monitorear cultivos.

Una innovacion reciente fue la decision de ampliar el uso de remolacha forrajera, que ha mostrado un rendimiento notable: se estima que una hectarea de remolacha equivale a, por lo menos, siete hectareas de alfalfa tradicional, y en la experiencia de Santa Marta la remolacha produjo 2.665 kilos de carne por hectarea. Ese resultado explica el interes por diversificar las rotaciones y las fuentes de alimento, especialmente para enfrentar los periodos invernales. La planificacion forrajera es estricta: hay que anticipar si la siembra de febrero llegara a sostener el invierno, porque una omision hoy se paga con la ausencia de pastos en diciembre.

En lo ganadero, la propiedad produce cria y recria: hay alrededor de 2.900 madres Angus y 1.700 Hereford, razas que la familia Benetton valoro especialmente. El rodeo total ronda los 12.000 animales; el costo alimenticio anual se calcula en aproximadamente 1,5 millones de dolares, compensado por una facturacion cercana a 6 millones. El feedlot interno, supervisado por Mario Coronel, engorda una parte del rodeo y abastece al mercado interno, con compradores como Coto, Frigorifico Rioplatense, Cencosud y Carrefour. Cerca del 20% del ganado se termina de forma pastoril para el mercado europeo.

La administracion central de CTSA esta en Buenos Aires y concentra areas de recursos humanos, finanzas, impuestos y ventas. La comunicacion entre el campo y la sede es constante: correos electronicos, mensajes y reportes diarios permiten que los responsables del manejo y la planificacion esten conectados permanentemente. Anchorena senala que el trabajo es colectivo y que la clave esta en la dinamica agil y en la transparencia de la informacion: el feedlot informa a comercial cuantas jaulas y que pesos hay disponibles, y desde ventas se decide la salida de los animales. Esa interaccion total facilita decisiones comerciales y productivas.

El camino por delante incluye elevar la tasa de destete y aumentar el peso promedio de salida de los animales, una transformacion que demanda anos y planificacion. La idea de exportar mas carne es tentadora, pero la direccion actual prefiere consolidar mejoras sostenibles, mantener la convivencia entre agricultura y ganaderia y diversificar las “canastas” productivas para reducir riesgos. Ese enfoque de mediano plazo y la insistencia en el registro de datos marcan la diferencia entre la gestion anterior y la presente.

Al caer la tarde, luego de la visita, el grupo de periodistas se despidio del personal y dejo la estancia. En la entrada principal, un letrero de metal cuelga contrastando con un cielo de nubes, y enfrente otro rotulo identifica a la Estancia La Constancia, tambien propiedad de CTSA. El paisaje muestra la doble cara de la region: caminos rurales que exigen cuidados para transitar y propiedades extensas donde la gestion tecnica y la inversion buscan convertir hectareas en resultados productivos.