Un equipo de investigación del INTA en Río Negro lleva adelante un ensayo con nuevas técnicas sustentables para el control de carpocapsa, una plaga que afecta a frutales de pepita y nogales. El objetivo principal es disminuir la cantidad de aplicaciones de insecticidas, usados tradicionalmente para su control. Resultados preliminares mostraron la reducción en la población de los insectos con un menor uso de insecticidas y con niveles de daño en la cosecha del 0,1 %.
Uno de los principales problemas sanitarios que presenta el nogal es ocasionado por la carpocapsa, una plaga clave presente prácticamente en todos los lugares del mundo donde se cultivan nogales. El control de estos insectos es imprescindible para la obtención de cosechas de calidad y para disminuir las pérdidas provocadas por esta plaga. Por ello, un equipo del INTA Valle inferior –Río Negro– investigó la incorporación de nuevas técnicas sustentables y logró disminuir el nivel poblacional de la plaga, junto con el número de aplicaciones de insecticidas de síntesis, sin deterioro del estado sanitario del monte frutal.
Silvia Gallo –especialista del INTA de Valle inferior– explicó: “En el ensayo se logró una disminución importante de la población de carpocapsa, con un menor uso de insecticidas de síntesis. Gracias a las técnicas propuestas y sin comprometer el estado sanitario del monte, se obtuvo un control eficiente de la plaga, con niveles de daño a cosecha en 2023 del 0,1 %”.
El ensayo se llevó a cabo durante tres temporadas consecutivas –desde el 2020 a 2023– en montes de nogales de un productor del Valle inferior. Los resultados muestran que se logró una importante reducción del nivel poblacional de carpocapsa con el tratamiento de control sustentable, –en el que se propuso utilizar control químico, técnica de confusión sexual y liberaciones inundativas de Goniozus legneri–, respecto del tratamiento testigo –control químico tradicional–.
“Las capturas acumuladas en el lote de control sustentable en el último año, se redujeron un 77 % respecto del testigo”, destacó Gallo. Además, añadió: “Al tercer año pudo reducirse el número de aplicaciones químicas en el tratamiento de control sustentable –1 aplicación en comparación de 5 en el testigo–, sin comprometer el estado sanitario del monte, incluso disminuyendo el nivel de daños a cosecha con un porcentaje del 0,1 % y 0,37 %, respectivamente”.
Uno de los principales problemas sanitarios que presenta el nogal es ocasionado por la carpocapsa, una plaga clave presente prácticamente en todos los lugares del mundo donde se cultivan nogales. El control de estos insectos es imprescindible para la obtención de cosechas de calidad y para disminuir las pérdidas provocadas por esta plaga. Por ello, un equipo del INTA Valle inferior –Río Negro– investigó la incorporación de nuevas técnicas sustentables y logró disminuir el nivel poblacional de la plaga, junto con el número de aplicaciones de insecticidas de síntesis, sin deterioro del estado sanitario del monte frutal.
Silvia Gallo –especialista del INTA de Valle inferior– explicó: “En el ensayo se logró una disminución importante de la población de carpocapsa, con un menor uso de insecticidas de síntesis. Gracias a las técnicas propuestas y sin comprometer el estado sanitario del monte, se obtuvo un control eficiente de la plaga, con niveles de daño a cosecha en 2023 del 0,1 %”.
El ensayo se llevó a cabo durante tres temporadas consecutivas –desde el 2020 a 2023– en montes de nogales de un productor del Valle inferior. Los resultados muestran que se logró una importante reducción del nivel poblacional de carpocapsa con el tratamiento de control sustentable, –en el que se propuso utilizar control químico, técnica de confusión sexual y liberaciones inundativas de Goniozus legneri–, respecto del tratamiento testigo –control químico tradicional–.
“Las capturas acumuladas en el lote de control sustentable en el último año, se redujeron un 77 % respecto del testigo”, destacó Gallo. Además, añadió: “Al tercer año pudo reducirse el número de aplicaciones químicas en el tratamiento de control sustentable –1 aplicación en comparación de 5 en el testigo–, sin comprometer el estado sanitario del monte, incluso disminuyendo el nivel de daños a cosecha con un porcentaje del 0,1 % y 0,37 %, respectivamente”.
Por otro lado, Goniozus legneri es una pequeña avispa ectoparasitoide de lepidópteros, hallada en 2004 parasitando larvas de carpocapsa en manzanos y nogales del Alto Valle de Río Negro. El parasitoidismo natural en la región de la Norpatagonia oscila entre el 6-8 %. Gallo explicó que, “la especie cuenta con factores de mortalidad natural que no permiten el establecimiento o incremento de sus densidades poblacionales capaces de controlar a la plaga. Por ese motivo, deben emplearse liberaciones inundativas en forma periódica”.
La carpocapsa posee una alta tasa de crecimiento poblacional que obliga a un control muy estricto y eficiente, a fin de mantener una baja presión de plaga que no comprometa la producción y comercialización de frutos. La incorporación de estas técnicas, ajustando la estrategia en función de las condiciones de cada monte, permitiría obtener frutos sanos, con menor uso de agroquímicos.
El uso de innovaciones tecnológicas y herramientas alternativas al control químico convencional, permitirían alcanzar producciones más sustentables. Dichas estrategias buscan modificar prácticas para alcanzar una mejor protección del cultivo manteniendo la rentabilidad y la sustentabilidad; reducir los riesgos de la exposición a los insecticidas y disminuir el impacto de estas prácticas sobre el ambiente.












