La semana arrancó con un movimiento esperado en el plano financiero internacional: la Reserva Federal de Estados Unidos decidió reducir la tasa de interés. Sin embargo, la reacción del mercado no fue la habitual. En lugar de retroceder, el dólar se fortaleció y colocó un límite a la suba de los commodities, que suelen encontrar impulso en contextos de tasas más bajas.
“El mercado ya había descontado la baja de tasas, pero lo que pesó fue el mensaje prudente de Jerome Powell, que dejó entrever que no habrá recortes agresivos en el corto plazo. Esa fortaleza del dólar pone un techo a los precios de los granos”, explicó Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
Soja: dudas en Estados Unidos y presión desde Brasil
En el frente sojero, los ojos del mercado están puestos en los rendimientos de Estados Unidos. Desde agosto, un clima más cálido y seco afectó el desarrollo de las vainas y dejó incertidumbre sobre la capacidad de alcanzar las proyecciones del Departamento de Agricultura (USDA). Aunque la condición general del cultivo sigue siendo aceptable, las dudas crecen a medida que avanza la trilla.
Romano remarcó un dato que sorprende a los operadores: “Ya comenzó la cosecha en Estados Unidos y los primeros resultados van a ser claves. La ausencia de China en las compras de poroto norteamericano es llamativa: deberían estar activos en esta época, pero siguen priorizando otros orígenes”.
Mientras tanto, Brasil se prepara para lo que podría ser una cosecha récord de soja, un dato que agrega presión bajista sobre las cotizaciones. El crecimiento productivo del país vecino refuerza su papel como competidor directo de Estados Unidos y condiciona la estrategia de los compradores globales.
Maíz: siembra acelerada en argentina y expectativas altas
En el mercado del maíz, la dinámica es diferente. La cosecha estadounidense avanza de manera fluida y las exportaciones se mantienen firmes, al tiempo que los fondos especulativos ajustan posiciones vendidas y abren espacio para nuevas compras.
Argentina, en tanto, muestra señales alentadoras en el inicio de la campaña. La siembra de maíz comenzó con gran ritmo, favorecida por perfiles de humedad adecuados y por la decisión de muchos productores de anticiparse a las lluvias intensas de primavera. Según estimaciones preliminares, la superficie crecerá más de un 10% en relación con el ciclo anterior.
“El gran interrogante es si los excesos hídricos en zonas bajas podrán ser compensados por rindes más altos en lotes con mejor drenaje. Pero el arranque de la campaña es muy positivo”, subrayó Romano.
El desafío climático aparece como un factor determinante. Las lluvias que aseguran humedad para la siembra también despiertan alertas por posibles anegamientos y dificultades de acceso a los campos. En las regiones bajas, los técnicos advierten que la acumulación de agua podría afectar el desarrollo temprano del cultivo, aunque los lotes bien posicionados podrían alcanzar rendimientos excepcionales.
Trigo: abundancia global y complicaciones locales
El panorama del trigo se presenta más complejo. A nivel internacional, la abundante oferta mantiene los precios bajo presión. Sin embargo, las restricciones a las exportaciones rusas y la firme demanda por parte de Estados Unidos ofrecen cierto soporte en los mercados de referencia.
En Argentina, las lluvias que beneficiaron al maíz complicaron a buena parte de los trigos en el centro y norte del país. El exceso de agua deterioró la condición de algunos lotes, aunque se espera que las primeras cosechas desde el norte permitan abastecer al mercado temprano.
Romano advirtió sobre un riesgo adicional: “Muchos productores vendieron el trigo viejo a mercados menos rentables que Brasil, resignando márgenes. Con una producción esperada de 20 millones de toneladas para el nuevo ciclo, hay riesgo de volver a un escenario de sobreoferta”.
Un mercado condicionado por el dólar y el clima
La fortaleza del dólar, la incertidumbre sobre los rindes en Estados Unidos, el volumen proyectado en Brasil y el ritmo acelerado de la siembra en Argentina conforman un escenario donde los precios internacionales de los granos permanecen atados a múltiples factores. La combinación de variables financieras y climáticas marcará el pulso de los mercados en los próximos meses, definiendo oportunidades y riesgos para los productores locales.












