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El oro ha superado en rendimiento a las acciones estadounidenses en lo que va del año, lo que ha despertado cuestionamientos sobre la posibilidad de que también esté entrando en territorio de burbuja.
Según el equipo de estrategia macro de Citi, los marcos analíticos diseñados para identificar burbujas bursátiles no son fácilmente transferibles al comportamiento del oro, en parte por su vinculación histórica con tipos de cambio fijos hasta 1971.
A pesar de que Citi (C) considera que el mercado accionario cumple con algunos criterios para que pueda ser catalogado como burbuja, sus analistas descartan aplicar el mismo diagnóstico al mercado del oro.
En su análisis, los estrategas señalan que, aunque el oro puede experimentar fases de crecimiento acelerado, su comportamiento posterior no se ajusta a los patrones típicos de una burbuja financiera.
Esto complica la construcción de una tendencia de largo plazo comparable a la de otros activos financieros.
Perspectivas de corto plazo
Citi mantiene una visión cautelosa sobre el oro en el corto plazo, principalmente por factores técnicos y macroeconómicos. Si bien su sistema basado en dos desviaciones estándar indica posibles retrocesos iniciales, no observa señales contundentes de un cambio de tendencia estructural.
Al respecto, Citi señala que “una burbuja es diferente de un mercado alcista. El oro, en cambio, no cede gran parte de las ganancias obtenidas durante el período de la burbuja. Por lo tanto, no está claro por qué no deberíamos simplemente llamarlo mercado alcista, en lugar de burbuja”.
El informe subraya que “no creemos firmemente en la depreciación del USD, especialmente dado que el dólar no está cayendo, las expectativas de inflación no están aumentando y la curva no se está empinando”.
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Más allá de estos movimientos, Citi considera que la demanda estructural por parte de bancos centrales, especialmente el de China, seguirá actuando como un sostén para el precio.
En cuanto a los niveles de precios, los estrategas de materias primas del banco proyectan un soporte técnico en torno a los US$3.600 por onza, y estiman que el oro podría ubicarse cerca de los US$3.800 en el corto plazo.
Según sus cálculos, incluso con un precio del oro en US$6.000, sólo el 11,5 % de las reservas chinas estarían denominadas en este metal, en contraste con otros países donde ese porcentaje sería cercano al 38%.
El informe aclara que “el mercado alcista sólo terminará cuando el Banco Popular de China deje de comprar oro, y creemos que esto aún tardará en ocurrir”.
Citi concluye que, si bien recomienda cautela a corto plazo, no considera que el mercado del oro se encuentre en una burbuja, ni que su ciclo alcista haya llegado a su fin.











