Las exportaciones de trigo y cebada en Argentina podrían generar US$4.225 millones en 2025, un aumento significativo del 15% en comparación con el ciclo anterior. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires ha proyectado que el crecimiento se debe a una mayor superficie sembrada, estimada en 6,7 millones de hectáreas para trigo, y a un clima favorable que ha mejorado las condiciones productivas. Este panorama resalta la importancia de ambos cultivos en la economía agropecuaria argentina, que sigue siendo uno de los principales motores de las exportaciones del país.
Se espera que la producción total de trigo y cebada en 2025 se acerque a 25,6 millones de toneladas, un incremento que responde a la mayor demanda global y a las condiciones agrícolas favorables. La cebada, por su parte, alcanzará una producción estimada de 5,1 millones de toneladas, un 2% más que en la campaña pasada.
El mercado internacional sigue mostrando una fuerte demanda de trigo y cebada, lo que favorece las proyecciones para el sector agropecuario argentino. La mejora en el rendimiento de los cultivos y el aumento en el valor agregado de estas producciones, que podría llegar a los US$4.723 millones, también es un factor que contribuye al crecimiento esperado.
Además de la mayor superficie sembrada y las buenas condiciones climáticas, otro elemento clave es la competitividad de los productos argentinos en los mercados internacionales. Esto ha permitido que, a pesar de los desafíos macroeconómicos, Argentina siga posicionándose como un jugador relevante en el comercio global de granos.
Si bien el escenario actual es positivo, la proyección de crecimiento también depende de una serie de factores, como las políticas públicas que promuevan la competitividad del sector agropecuario y la inversión en infraestructura y tecnología. La implementación de medidas fiscales favorables, como la reducción de impuestos a las exportaciones, podría ser decisiva para consolidar este crecimiento.
Por otro lado, el monitoreo constante de las condiciones climáticas es esencial. Aunque la campaña 2025 presenta un panorama favorable, el cambio climático y las fluctuaciones meteorológicas siempre representan un desafío. En este contexto, la adopción de tecnologías de precisión y el uso de herramientas de monitoreo avanzadas pueden jugar un rol crucial para mitigar riesgos y mejorar los rendimientos.
En resumen, las exportaciones de trigo y cebada en Argentina presentan un horizonte alentador para la campaña 2025. Con una proyección de ingresos por US$4.225 millones, el país continúa siendo un actor clave en la provisión de estos productos a nivel mundial, con un sector agropecuario resiliente y competitivo en un entorno global dinámico.












