La campaña agrícola 2025/26 empezó a escribir sus primeras líneas con un dato que marca tendencia: el girasol arranca con un 7,2% de avance en la siembra sobre un área proyectada en 2,6 millones de hectáreas, lo que significa un crecimiento del 18% frente al ciclo anterior y del 30% respecto al promedio de las últimas cinco campañas.
Las labores se concentran en el noreste del país, con el NEA y el centro-norte de Santa Fe como protagonistas. A diferencia de lo ocurrido en los últimos años, la disponibilidad de humedad en el perfil es más que suficiente, un factor que permitirá no solo recuperar la superficie perdida en campañas previas, sino también sembrar en la ventana óptima, clave para maximizar el potencial de rinde.
Los técnicos advierten que este contexto inicial podría consolidar una recuperación de la oleaginosa, que viene de años con menores niveles de implantación debido a la competencia con otros cultivos y a condiciones climáticas menos favorables.
El trigo cierra siembra y mira al cielo con expectativas altas
En paralelo, la siembra de trigo llegó a su fin con un área nacional estimada en 6,7 millones de hectáreas. Si bien algunos colaboradores de la Bolsa de Cereales mencionan lotes aún pendientes en zonas como Necochea, Azul y Daireaux, estas superficies no modificarán el balance final.
En el norte del país, el 38,2% de los lotes ya transita etapas avanzadas, desde encañazón en adelante, con perspectivas de rendimiento alentadoras. En el centro y sur, la totalidad de los cultivos permanece en estado vegetativo y presenta una condición sanitaria y de crecimiento que roza la perfección: el 99% está entre Normal y Excelente.
La humedad en el suelo es otro dato que invita al optimismo: el 81,9% de la superficie sembrada presenta condiciones Adecuadas a Óptimas. Incluso en el centro y sudeste bonaerense, donde persisten excesos hídricos, los técnicos consideran que estos no han comprometido de manera significativa la estructura de los cultivos.
Este escenario es especialmente relevante si se lo compara con los últimos cuatro inviernos, en los que la sequía había sido el factor dominante y había limitado las posibilidades de rendimiento.
Cebada: avances firmes y primeras señales sanitarias
La cebada avanza sin sobresaltos hacia el final de su siembra, con un 98% de la superficie implantada y solo algunos lotes en el sur del área agrícola a la espera de completar la tarea. En las principales zonas productoras del sudeste y sudoeste bonaerense, el 30% de los cultivos ya se encuentra en macollaje.
La disponibilidad hídrica durante la siembra fue clave para garantizar un arranque parejo y saludable. Sin embargo, empiezan a detectarse los primeros síntomas de enfermedades foliares, un recordatorio de que el control sanitario deberá ser una prioridad en las próximas semanas para evitar pérdidas de rendimiento.
Maíz: la cosecha se encamina al cierre con rindes mixtos
En el caso del maíz con destino a grano, la cosecha avanzó 1,3 puntos porcentuales en la última semana, alcanzando el 89,3% del total nacional. El rinde promedio se ubica en 72,3 quintales por hectárea, con diferencias marcadas según región.
En el norte y centro del área agrícola, la recolección está prácticamente concluida, aunque en algunas zonas los resultados quedaron por debajo de lo esperado. Una excepción destacada es el sur de Santiago del Estero, donde los rindes fueron superiores a las proyecciones iniciales.
En el sur del área agrícola, los productores aguardan que los lotes alcancen la humedad óptima antes de cosechar. Allí todavía resta recolectar cerca del 25% de la superficie, con rindes que rondan los 70 quintales por hectárea. En este contexto, la Bolsa de Cereales mantiene su proyección de producción en 49 millones de toneladas.
Perspectivas y clima: lo que viene en agosto
Con el girasol iniciando su campaña en un contexto hídrico favorable, el trigo y la cebada avanzando con un potencial de rinde alto y el maíz entrando en su etapa final, el foco ahora se desplaza hacia el clima de agosto.
Los pronósticos de mediano plazo anticipan que las condiciones frías y secas podrían dominar la mayor parte del mes en la región pampeana, con posibles heladas que, de no ser extremas, podrían incluso favorecer el control de enfermedades. Sin embargo, los excesos hídricos en sectores del sudeste bonaerense seguirán bajo observación.
En el mercado, el buen arranque de la campaña de girasol y trigo ya empieza a generar expectativas sobre la oferta futura y el impacto que podría tener en la balanza comercial agrícola hacia el primer semestre de 2026. El desafío será sostener las condiciones actuales y mantener la sanidad de los cultivos hasta el momento de la cosecha.












