El Gobierno argentino presentó a los principales referentes del sector agropecuario los lineamientos de su plan económico y les pidió, de forma directa, que aceleren la venta de granos y la liquidación de divisas. En medio de un escenario de fragilidad cambiaria, la Casa Rosada considera clave el ingreso de dólares para consolidar la estabilidad financiera y sostener el esquema de apertura gradual que impulsa el oficialismo.
La reunión se desarrolló en la sede gubernamental y estuvo encabezada por el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella. En representación del agro asistieron dirigentes de la Mesa de Enlace y de cámaras exportadoras. Según indicaron fuentes oficiales, el encuentro buscó “reforzar los canales de diálogo” y plantear la necesidad de un esfuerzo conjunto para apuntalar la estabilidad económica.
Presentación del plan económico
Durante el encuentro, los funcionarios describieron los principales ejes de su estrategia:
Consolidación del equilibrio fiscal a través del ajuste del gasto público.
- Advertisement -Unificación cambiaria progresiva, una vez normalizado el mercado de divisas.
Avance hacia una economía de apertura comercial gradual.
- Advertisement -Reducción de la inflación a través de políticas monetarias restrictivas.
“La prioridad es alcanzar el superávit y estabilizar la macroeconomía. Sin estabilidad, el crecimiento genuino es imposible”, enfatizó Caputo, quien también destacó que el apoyo del agro es “fundamental” en esta etapa de transición.
El pedido al campo: vender y liquidar
Uno de los momentos centrales de la reunión fue el pedido explícito que el Gobierno le hizo al agro: acelerar la venta de granos almacenados y liquidar divisas en el mercado oficial. La estrategia oficial apunta a fortalecer las reservas del Banco Central (BCRA), que actualmente se encuentran en niveles críticos.
Según estimaciones privadas, los productores mantienen retenidos entre 7 y 9 millones de toneladas de soja de la última campaña, lo que representa una potencial entrada de más de 3000 millones de dólares. Esta liquidez resulta vital para mejorar la posición cambiaria, reducir la brecha entre el dólar oficial y los financieros, y generar previsibilidad de corto plazo.
“Necesitamos el acompañamiento del campo en este momento clave. Es esencial que los dólares de la cosecha lleguen al mercado para fortalecer la estabilidad lograda”, remarcaron desde el Ministerio de Economía.
Respuesta del sector: reclamo de certidumbre
Desde la Mesa de Enlace y las entidades exportadoras, los dirigentes respondieron que el productor está dispuesto a vender, pero reclama señales claras. El campo advierte que la decisión de liquidar depende de la confianza en las reglas de juego, la evolución de los precios internacionales y la reducción de la brecha cambiaria.
“Los productores no especulan. Necesitan certezas, condiciones de mercado razonables y previsibilidad en el tipo de cambio”, señalaron tras el encuentro. También plantearon que la alta carga impositiva, las tasas de interés elevadas y la falta de acceso al crédito desincentivan la comercialización inmediata.
Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), a mediados de abril la comercialización de soja solo alcanzaba el 30% de la producción estimada, un nivel considerablemente inferior al promedio de los últimos cinco años.
Impacto en la macroeconomía
La falta de liquidación de divisas tiene un impacto directo sobre el balance de reservas del Banco Central. En marzo y abril, la autoridad monetaria logró recomprar cerca de 3.000 millones de dólares, pero necesita reforzar esa tendencia para poder avanzar en su plan de estabilización.
Economistas advierten que si el flujo de dólares del agro no se normaliza, el Gobierno podría enfrentar mayores presiones cambiarias y retrasar su hoja de ruta hacia la apertura del cepo cambiario. Además, la falta de reservas compromete la capacidad de pago de la deuda en moneda extranjera y complica las negociaciones con organismos multilaterales.
Contexto internacional: precios y demanda
La situación del agro también está condicionada por factores externos. El mercado de soja y maíz enfrenta precios a la baja debido a una combinación de superávit global y menor demanda de parte de China. La soja, por ejemplo, se mantiene en torno a los 460 dólares por tonelada en Chicago, lejos de los valores récord alcanzados en 2022.
En este escenario, los productores argentinos, afectados además por un esquema impositivo distorsivo y costos internos elevados, optan por postergar ventas a la espera de un mejor contexto.
Sin medidas coercitivas, pero con urgencias
Hasta ahora, el Gobierno descarta implementar medidas obligatorias para forzar la venta de granos. La apuesta pasa por el diálogo y la construcción de confianza. No obstante, fuentes oficiales advirtieron que la estabilidad cambiaria no puede sostenerse indefinidamente sin el aporte del agro.
“Si no hay liquidación de divisas en los próximos dos meses, podríamos enfrentar un escenario más complejo en el segundo semestre”, advirtió un funcionario cercano al Ministerio de Economía.
Una relación estratégica a prueba
La relación entre el Gobierno y el campo atraviesa una etapa crítica. Ambos actores necesitan mantener un canal de diálogo abierto y productivo: el oficialismo requiere de los dólares del agro para sostener su programa económico, y el campo necesita políticas claras para tomar decisiones de inversión y comercialización.
El próximo trimestre será decisivo. La rapidez con la que el campo responda a la solicitud oficial y la capacidad del Gobierno para dar certidumbre serán factores clave para definir si el plan económico logra consolidarse o enfrenta nuevos desafíos.












