Inundaciones en la provincia de Buenos Aires ponen en riesgo hasta US$2.466 millones y 4,5-5 millones de hectareas agricolas y ganaderas
Con entre 4,5 y 5 millones de hectareas bajo el agua en la provincia de Buenos Aires, productores y tecnicos calculan que el dano potencial para la campana agropecuaria de este ciclo podria alcanzar los US$2.466 millones. Ese monto, que combina inversion no realizada y margen bruto que no se lograria, refleja el impacto directo sobre agricultura y ganaderia si gran parte de esa superficie no llega a sembrarse o recuperarse a tiempo.
Calculo economico: que incluyen los US$2.466 millones
Ignacio Iturriaga, productor afectado y autor del informe tecnico que circula entre productores de la Cuenca del Salado, aplico costos directos y margenes brutos a la superficie publicaizada como anegada. Segun su estimacion, la superficie bajo agua se divide en 2,25 millones de hectareas agricolas y 2,25 millones de hectareas destinadas a cria. Para la agricultura, considero costos directos promedio de US$466 por hectarea y un margen bruto estimado en US$400 por hectarea; para la ganaderia, aplico costos directos de US$50 por hectarea y un margen bruto de US$180 por hectarea.
Iturriaga descompone el impacto en dos efectos simultaneos: por un lado, US$1.161 millones que representan la inversion que no se realizara en insumos, combustible, contratacion de servicios y labores; por otro, US$1.305 millones de margen bruto que quedaria en suspenso si los cultivos no se implantan o la cria pierde capacidad de produccion. La suma arroja los US$2.466 millones que hoy se discuten como riesgo economico para la provincia.
Efecto multiplicador: la cadena local tambien pierde
El productor remarca que el impacto no queda circunscripto al titular del campo. “Lo que no se invirtio por estar tapado de agua no es plata que pierde solo el productor: es plata que pierde el de la estacion de servicio por el gasoil que no vendio, el que vende insumos, el contratista”, explico. Esa caida de demanda repercute en comercios rurales, talleres, prestadores de servicios y en la actividad economica de los pueblos, con menor consumo y menos capacidad de reinversion de cara a la proxima campana.
Pablo Ginestet, secretario de Carbap, coincide en que la cifra representa un riesgo mas que una perdida consolidada: “A grandes rasgos, puede haber en juego unos US$2.000 millones, pero eso aun no esta perdido. Lo que si esta claro es que esta en riesgo”. Ginestet y otros tecnicos remarcan que una porcion de la superficie hoy anegada podria llegar a sembrarse mas tarde o con cultivos alternativos, lo que reduciria el impacto total.
Cuenca del Salado: el cuello de botella que agrava el anegamiento
Iturriaga vive la situacion en primera persona: su campo se ubica en la Cuenca del Salado, en el tramo donde aun permanecen 32 kilometros pendientes del plan de desague. En varios lotes el agua le llega a la cintura y, en sectores bajos, alcanza hasta dos metros. El productor situa el punto mas critico en el puente sobre la ruta 205, donde el cauce se angosta y el agua pierde capacidad de escurrimiento. “Si hay recursos para avanzar solo en uno de los tramos, la logica seria empezar por el puente, para permitir que el agua salga. No aguas arriba, porque ahi lo unico que haces es recibir mas agua de Junin y empujarla hacia un cuello de botella”, afirmo.
El Gobierno anuncio semanas atras la reactivacion del dragado de la cuenca, pero Iturriaga y otros productores advierten que la reactivacion solo alcanza al tramo C y deja sin tocar los tramos B y A, que atraviesan zonas criticas. En la practica, esa intervencion parcial no elimina el estancamiento del agua cuando el paso en la altura del puente sigue sin intervenirse.
Agronomia en riesgo: ventana de siembra y recuperacion ganadera
Desde la perspectiva agronomica, el tiempo juega en contra. Iturriaga recuerda que la “explosion” del anegamiento comenzo el 15 de mayo, cuando cayeron alrededor de 450 mm en la zona de Arrecifes y en la cuenca alta. Las lluvias posteriores en Bragado y Junin impidieron que el sistema se recupere. Para cultivos extensivos como soja, la ventana de siembra se extiende hasta fines de diciembre, pero cada dia de retraso reduce el potencial de rendimiento y, mas alla de cierto limite, deja el cultivo fuera de ciclo.
Los tecnicos subrayan que la siembra tardia disminuye el perfil productivo por efecto de temperaturas y fotoperiodo, y que la eleccion de cultivar maiz o girasol como alternativas exige evaluar costos, disponibilidad de infraestructura y riesgo hidrico. En las zonas ganaderas, el problema puede persistir mas tiempo: la inundacion afecta pasturas y el acceso al forraje, y los suelos saturados retrasan meses la recuperacion productiva. Iturriaga comenta que en sus campos ganaderos el agua tarda mas en irse y que tiene areas con hasta dos metros de agua donde “no hay posibilidad de hacer nada” en el corto plazo.
Escenarios posibles y medidas prioritarias
Los productores y camaras rurales plantean escenarios que van desde la recuperacion parcial mediante siembras tardias o cultivos alternativos, hasta perdidas significativas si el agua no baja y la ventana de implantacion se cierra. Para mitigar el riesgo, proponen:
– Priorizar obras en los puntos criticos de la cuenca, especialmente el cuello de botella en el puente de la ruta 205, antes de avanzar en tramos aguas arriba.
– Ejecutar obras de dragado y desagues de forma coordinada y con criterios hidrologicos para permitir el escurrimiento sostenido.
– Implementar medidas temporales de bombeo y apertura de pasos para reducir la superficie anegada en sectores de alta capacidad productiva.
– Establecer lineas de credito y apoyo para contratistas, distribuidores y comercios locales que sufren la caida de la actividad, para preservar la cadena de servicios agricolas.
– Promover instrumentos de seguro y mecanismos de cobertura que compensen la perdida de margen y fomenten la resiliencia productiva.
Que esta en juego en lo inmediato
Con algunos campos ya recuperando zonas altas y otros aun con mas de 1,5 metros de agua, los productores siguen midiendo dia a dia si podran entrar a sembrar antes de que se agote la ventana de trabajo. El saldo economico final dependera de como evolucione el nivel de agua en las proximas semanas, de la capacidad de ejecucion de las obras de desague y de la respuesta del Estado para priorizar intervenciones en los puntos criticos.
Mientras tanto, la advertencia vuelve a poner en evidencia la interdependencia entre infraestructura hidraulica, inversiones privadas y la actividad economica regional: cada hectarea que no pueda explotarse hoy repercute en ventas, empleo y gasto local, y condiciona la campana del ano siguiente. Los productores piden respuestas rapidas y priorizacion tecnica para evitar que el riesgo se transforme en perdida consolidada para la agricultura y la ganaderia bonaerense.












