Mendoza acelera la siembra de alfalfa y apunta a integrar produccion forrajera con ganaderia

Mendoza – Productores de distintas zonas de la provincia aceleran la reconversion de hectareas hacia la alfalfa, un cultivo que durante el siglo XIX domino extensas superficies mendocinas y que ahora vuelve a ganar terreno por su rentabilidad, bajo riesgo y aporte al sistema productivo ganadero. Funcionarios y asesores destacan que la demanda interna por forraje y la posibilidad de integrar produccion vegetal con recria y engorde de ganado explican el impulso, aunque advierten que el riego y los costos energeticos constituyen los principales cuellos de botella.

Antecedentes y expansion: el regreso de la alfalfa
Los cultivos tradicionales de Mendoza siguen concentrando la mayor parte de la actividad agricola, pero en los ultimos cinco anos el mapa productivo mostro cambios relevantes. Productores de General Alvear, San Rafael, San Martin y Santa Rosa reportan un aumento sostenido de superficies implantadas en alfalfa. Andres Vavrik, delegado del Ministerio de Produccion en el sur provincial, senalo que la rentabilidad y el bajo riesgo empujaron a muchos a elegir alfalfa por encima de cultivos fruticolas o hortalizas mas vulnerables a contingencias climaticas.

La presencia historica de la alfalfa en Mendoza data del siglo XIX, cuando el cultivo alimento hatos para la exportacion de ganado hacia Chile. Con la expansion del ferrocarril y la vitivinicultura, muchos campos cambiaron su orientacion, aunque la alfalfa mantuvo rol en areas concretas para uso local. Hoy, el cultivo retorna con fuerza como alternativa de complementariedad productiva: productores que enfrentan anos de bajos rendimientos en frutales y vinedos optan por incorporar alfalfa sin renunciar por completo a su matriz tradicional.

Ventajas agronomicas y economicas
La alfalfa ofrece ventajas claras desde el punto de vista agronomico y nutricional. Produce forraje de alto valor proteico, rico en fibra, calcio y vitaminas, y admite cortes sucesivos: un lote bien manejado puede alcanzar entre cuatro y siete cortes por campana, segun manejo y clima. Vavrik destaco que el cultivo no sufre tanto las contingencias mas habituales en Mendoza, como granizo o heladas tardias, y que su naturaleza plurianual permite planificar la rotacion y mejorar la salud del suelo.

Economicamente, la alfalfa genera ingresos estables para productores que integran la cadena de produccion animal. Diego Guerrero, asesor en el Este mendocino, explico que la mayor rentabilidad surge cuando el heno no sale como producto final, sino cuando el forraje alimenta recria o terminacion de bovinos: “Hacer alfalfa solo para vender heno no resulta tan competitivo; el negocio cierra cuando la materia se transforma en proteina animal”, afirmo. En consecuencia, la demanda local por carne y ganado en pie alimenta la expansion, y la proximidad a polos ganaderos como San Luis, que ya exporta heno a mercados internacionales, mejora las expectativas regionales.

Desafios: agua, energia y mano de obra
Los tecnicos y productores coinciden en que Mendoza acumula condiciones naturales favorables: suelos aptos, alta insolacion y amplitud termica que benefician la produccion forrajera. Sin embargo, la limitacion mas relevante proviene del costo del riego. Las explotaciones recurren a agua subterranea y perforaciones profundas; extraer agua resulta caro por los consumos electricos y por la necesidad de bombeo. Guerrero indico que muchos emprendimientos optan por pivotes y sistemas de aspersion, tecnologias que aumentan eficiencia, pero elevan la inversion inicial y los costos operativos.

Los costos energeticos y de bombeo inciden directamente en la viabilidad financiera de la alfalfa. Vavrik y otros referentes advierten que, sin politicas que alivien la factura energetica o incentiven la eficiencia del riego (por ejemplo, subsidios para conversion a riego por goteo subterraneo o paneles solares para bombeo), la expansion puede limitarse a predios con acceso mas barato al agua.

La falta de mano de obra calificada representa otro desafio operativo. La produccion intensiva de alfalfa necesita servicios de corte, hilerado y enfardado que la region aun no abastece por completo. “Se observa un mercado creciente de empresas que prestan estos servicios, y muchos productores invierten en maquinaria para atender su propia demanda y la de vecinos”, comento Vavrik.

Politicas locales y lineas de financiamiento
Las administraciones municipales y provinciales comienzan a disenar herramientas para fomentar la implantacion de alfalfa sin sacrificar cultivos tradicionales. En General Alvear, el municipio articulo una linea de financiamiento con Mendoza Fiduciaria destinada a la “complementacion productiva”. El programa financia hasta 1 millon de pesos por hectarea para maquinaria, movimiento de suelo, semillas, herbicidas o fertilizantes, y permite hasta cinco hectareas por productor. El municipio usa la coparticipacion como garantia y ya facilito credito a cerca de 60 productores, lo que promovio la siembra de aproximadamente 400 hectareas nuevas.

Agustin Anzorena, director de Agricultura de General Alvear, explico que la iniciativa busca evitar que el termino “reconversion” asuste a los productores: “No queremos cambiar la base productiva. La ciruela D’Agen y la vid siguen siendo pilares locales; la alfalfa complementa y estabiliza ingresos frente a anos de perdidas por eventos climaticos”, afirmo. El programa municipal responde a la necesidad de diversificar riesgos y a la realidad de fincas parcialmente abandonadas que requieren cultivos resilientes.

Mercados, calidad y exportaciones
Las exigencias de calidad para la exportacion de heno y pellet de alfalfa obligan a inversiones adicionales en procesos de secado, empacado y certificacion que muchos proyectos locales aun no cubren. Por esa razon, gran parte de la produccion mendocina actualmente atiende la demanda interna de ganaderia y consumo regional. No obstante, la experiencia de provincias cercanas que ya venden a mercados extranjeros -por ejemplo, embarques de heno argentino hacia Africa y Medio Oriente- ofrece una hoja de ruta si la region decide escalar la cadena de valor.

Estrategias para mejorar la rentabilidad incluyen integrar la alfalfa en sistemas mixtos con recria y engorde en campo, adoptar tecnologias de riego que reduzcan consumo y costo energetico, y profesionalizar los servicios de cosecha y acondicionamiento. Ademas, los productores pueden estudiar certificaciones fitosanitarias y de calidad para acceder a nichos de exportacion que pagan mejores precios por bales homogeneos y libres de contaminantes.

Perspectivas y recomendaciones
Mendoza enfrenta una oportunidad clara para convertir su mayor produccion de alfalfa en ventaja competitiva si logra articular politicas publicas, financiamiento focalizado y adopcion tecnologica. Las autoridades y asesores recomiendan priorizar tres ejes: mejorar la eficiencia del riego y reducir el costo energetico; fomentar la integracion de la alfalfa con sistemas ganaderos para capturar mayor valor; y promover la formacion tecnica en cosecha y logistica del forraje.

Si los productores y gobiernos locales coordinan acciones en esos frentes, la alfalfa puede consolidarse como una herramienta para estabilizar ingresos rurales, recuperar fincas marginales y sumar valor agregado a la cadena de carne y heno. En el corto plazo, la demanda regional asegurara salida comercial; en el mediano plazo, la mejora en eficiencia y calidad podra abrir puertas a mercados externos con mayores remuneraciones.