“Hoy vuelve a cobrar protagonismo gracias a su aporte en la rotación, la fijación biológica de nitrógeno y las oportunidades comerciales que ofrece en el mercado internacional”, indicaron desde el INTA local.
Más allá de su historia y de una presencia sostenida entre los productores de muchas zonas del país, desde el INTA Arroyo Seco y la Bolsa de Comercio de Rosario calificaron que la arveja “pisa cada vez más fuerte” en la zona núcleo.
“Esta posición estratégica refuerza la importancia de la Mesa de Legumbres de Santa Fe, con la que la BCR trabaja de manera activa para impulsar el crecimiento del sector”, plantearon desde la Bolsa rosarina.
Santa Fe, explicaron, se afianza como “el segundo polo productivo de arveja del país”, concentrando gran parte de su actividad en los departamentos Constitución, Rosario y San Jerónimo.
“De confirmarse, podría incluso ubicarse por encima de la destacada campaña 2021/22 que rozó las 300.000 toneladas”, remarcaron.
LA ARVEJA, HOY
El INTA Arroyo Seco informó que en la campaña 2025/26 el área sembrada con arveja verde y amarilla “habría superado las 120.000 hectáreas”. Se trataría de un “récord productivo”.
En el núcleo arvejero nacional las variedades verdes destacan sobre las amarillas, con una proporción aproximada de 75% frente a 25%.
Hoy en día el cultivo transita su etapa crítica de floración y formación de grano, y lo que ocurra con las lluvias y temperaturas de octubre será determinante para el resultado final.
La arveja amarilla viene en aumento por estas demandas específicas pero es sólida la preferencia por la verde a nivel nacional.
“Este predominio se explica por la preferencia de los mercados de Latinoamérica y Europa por la variedad verde, mientras que la amarilla se destina principalmente a Asia y a la producción de aislados proteicos para sustitutos de carne”, explicaron.
Y en el contraste contra los grandes commodities del invierno como el trigo, la superficie de la arveja representa un área menor que este año suma 1,6 millones de hectáreas solo en la región núcleo, según estimaciones de GEA/BCR. “Aun así, la arveja muestra un resurgimiento y consolida su lugar dentro de las rotaciones”, postularon.
“En términos de resultados, los técnicos señalan que la arveja verde alcanza mejores precios, aunque su potencial productivo es algo menor que el de la amarilla: en general, una verde rinde entre 25 y 30 qq/ha, mientras que una amarilla puede alcanzar de 30 a 35 qq/ha”, compararon.
Su precio a cosecha es de 280 USD/tn — el piso del rango de referencia de la BCR al momento del cálculo—, y los márgenes resultan positivos “siempre que los rindes acompañen”.
ARVEJA: SU RENTABILIDAD
El pasado 29 de septiembre, en un planteo de 150 hectáreas con labores tercerizadas y un alquiler de 15 qq/ha, se determinó que la rentabilidad de la arveja verde “se presenta ajustada”.
Por eso, el factor de la productividad es elemental: si la productividad cae a 25 qq/ha, el margen se reduce a 79 USD/ha en campo propio y se vuelve negativo en campo alquilado, alcanzando –82 USD/ha.
“Con un rendimiento de 30 qq/ha, la arveja verde genera un margen neto de 167 USD/ha en campo propio y 27 USD/ha en arrendado”, compararon.
Por otro lado, los insumos —semilla, fertilizantes y agroquímicos— representan más del 60% del gasto total de la campaña, siendo la semilla el componente más significativo: constituye el 47% del gasto en insumos y el 29% del costo total.
“Con rindes de 20 qq/ha, las pérdidas se registran en ambos esquemas de tenencia, ya que la productividad se encuentra por debajo del rinde de indiferencia: 22 qq/ha en campo propio y 28 qq/ha con arrendamiento, considerando impuestos”, estimaron.
Y cerraron: “Los técnicos coinciden en que la principal ventaja de la arveja no radica solo en su uso como cultivo de renta, sino en su inclusión dentro de un esquema de rotación. Cuando la rotación es arveja/maíz de segunda, el cereal puede aumentar su rendimiento hasta un 20%”.
“Con una densidad de siembra de 250 kg/ha para alcanzar unas 100 plantas/m², el costo en semilla ronda los 170 USD/ha. En términos relativos, este rubro duplica o triplica el peso de la semilla respecto a otros cultivos: en trigo y soja ronda el 10% del costo total y en maíz un 15%. Con estos números sobre la mesa, optimizar la siembra y garantizar semilla de alta calidad es, por tanto, clave para mejorar márgenes”, sumaron.
Si las productividades mejoran —por ejemplo, 30 qq/ha en arveja y 80 qq/ha en maíz—, el margen trepa a 511 USD/ha en campo propio y 108 USD/ha en arrendado.
Como puede observarse, considerando rindes promedios de 25 qq/ha para la arveja y 75 qq/ha para el maíz, la renta en campo propio asciende a 394 USD/ha, mientras que en campo arrendado se sitúa en negativo (–44 USD/ha).











