El objetivo principal es crear una base de datos con “la genómica de todas las especies argentinas”, para luego realizar una “selección de quienes produzcan menos emisiones y menos huella ambiental, incluso antes de que una ternera tenga crías”, comentó.
El acuerdo permitirá crear investigaciones y proyectos para tomar decisiones que fortalezcan las capacidades de investigación científica, y luego transferir el conocimiento a la sociedad y al sector productivo.
El director de la SRA detalló que de la carne vacuna, 30% “es genética, 40% es ambiente y 30% surge de la adaptación entre gen y ambiente”
También presentó el plan de la SRA para “medir, reportar y verificar” al sector vacuno en el marco de la sustentabilidad ambiental, y confirmó que la Argentina “es una potencia ambiental mucho antes de ser potencia agroalimentaria”.
“Cada animal argentino tiene una métrica, pero la ganadería argentina y mundial no”, explicó el dirigente rural, y señaló que los sistemas de alimentación “sólo a pasto son los grandes emisores de metano”.
En ese sentido, aseguró que la producción vacuna “nunca tuvo algo que ver con el ciclo de carbono y su incremento en el mundo” sino que hay sectores “de la geopolítica y geoeconomía” que buscan “incidir en el sector”.
“Como hay gobiernos condicionados con deudas, por ejemplo con el FMI, se le obliga a entregar metas climáticas que afectan al agro”, ejemplificó Costamagna.
Por último, remarcó que la seguridad alimentaria significa “disponibilidad, que es lo que se produce; acceso y capacidad de adquirirlos, consumo; y le agregamos agregamos aprovechamiento y calidad e inocuidad, porque son importantes”.