En Ucrania, ya existen más de doce millones de desplazados tras la invasión rusa (más de la cuarta parte de la población). Algunos abandonaron el país y otros marcharon hacia el Oeste, donde hay ciudades que aún no han sido bombardeadas por las fuerzas de ocupación de Vladimir Putin.
A muchos les sorprendió que en medio de tan rápido e inesperado éxodo los “grupos multi especies” no se separaran y que casi ningún perro, gato, ave, conejo o hamster fuera abandonado a su suerte. Los ucranianos son considerados de los más “pet friendly” del mundo, en dos de cada tres hogares vive una mascota. Esto ocurre a menudo en las geografías donde la producción agropecuaria abunda y, en consecuencia, los alimentos balanceados no se tornan onerosos.
La gran mayoría huye de la guerra tirando de la correa de un perro o aguantando el trasportín de un gato. Conmovidos, los ciudadanos de Polonia (el destino más elegido por los desterrados) les donan juguetes para animales, correas y arneses de todas las dimensiones y colores imaginables.
Consultado por Carbono.news, el médico veterinario Marcelo Zysmanexplicó: “Los animales tienen una sensibilidad que les permite saber con anticipación cuando están en peligro. Son capaces de adelantarse a terremotos, tsunamis, grandes tormentas y desastres causados por las fuerzas de la naturaleza. Sin embargo, están inermes, sin defensa posible, ante los bombardeos de artillería o los misiles lanzados desde aviones caza. Se trata de amenazas que no pueden detectar en el fondo de su conciencia, no están disponibles entre sus recuerdos para poder echarles mano. Las vibraciones y los estruendos pueden ser, para los perros sobre todo, aterradoras. Tienen un nivel de audición diferente y superior al del hombre. Por eso, a menudo los silbatos de los instructores son inaudibles para nosotros, pero son escuchados a la perfección por los canes. La mejor decisión que pueden tomar los ucranianos es retirarlos de las ciudades agredidas, preservarlos de las bombas y el fuego de las metrallas”.
Los gatos suelen perder la calma e intentar salir de la casa buscando refugio al aire libre minutos antes de que se produzcan terremotos o erupciones volcánicas. Son capaces de captar los sonidos telúricos y también los cambios en la presión ambiental. Esto quedó ampliamente demostrado en el tsunami que azotó a Japón en 2011. Las tempranas alertas de los felinos salvaron muchas vidas.
El perro, considerado el mejor amigo del hombre, tiene también sentidos mucho más agudos que los de las personas. Suelen mostrar bruscos cambios de comportamiento que evidencian las alertas y ayudan a tomar precauciones.
Sin embargo, todos estos comportamientos tan asombrosos, como narra el doctor Zysman, desaparecen cuando es la mano del hombre la que trastoca por completo la naturaleza.