La campaña de maíz 2025 se perfila como una de las más amplias de los últimos años. Así lo asegura Juan Caporicci, gerente de Herbicidas de FMC para el Cono Sur, en diálogo con Palabra de Campo. “Hoy el mejor número para una planificación productiva lo tiene el maíz. Con los precios internacionales de la soja, es más conveniente y seguro invertir en maíz que en soja. Por eso, el área de maíz se vuelve a recuperar y creo que va a ganar varias hectáreas otra vez este año”.
El especialista remarcó que las lluvias de invierno no solo favorecen la siembra de primera, sino que también permiten la recomposición del área de maíces tardíos o de segunda, que habían perdido terreno tras los problemas sanitarios de campañas previas. “Las lluvias son bárbaras, pero no aseguran que vuelva a llover en verano. Por eso, la estrategia del productor va a ser diversificar. Creo que también va a crecer la superficie de maíces tardíos”, explicó.
El desafío de las malezas tras un invierno lluvioso
El buen nivel de lluvias invernales trae aparejado un desafío: la presión de malezas. Caporicci advirtió que la próxima campaña exigirá un manejo muy temprano de este problema.
“Estas lluvias van a mover todo el complejo de malezas, y para la siembra de maíces tempranos se necesitará una intervención temprana en el control, con herbicidas de suelo y protección contra insectos”, señaló.
El referente de FMC recordó que estas inversiones forman parte de la planificación habitual del maicero, pero insistió en que este año las condiciones obligarán a una mayor atención. “El productor ya sabe que el manejo de malezas tempranas es clave para no comprometer la implantación. Es una inversión que viene haciendo todos los años y que este ciclo tendrá un peso aún mayor”, subrayó.
El riesgo sanitario: chicharrita y maíces guacho
Uno de los grandes temas que atraviesa al maíz argentino en los últimos años es la chicharrita del maíz (Dalbulus maidis), vector de enfermedades que afectaron fuertemente los rindes. Caporicci reconoció que el riesgo sigue presente, aunque consideró que los productores aprendieron lecciones de campañas anteriores.
“El año viene atípico, con lluvias invernales que favorecen la aparición de maíces guacho, que pueden ser hospederos de las primeras infecciones de chicharrita. Pero creo que el productor ya aprendió que debe eliminarlos para asegurar una siembra más limpia”, afirmó.
El gerente de FMC explicó que la clave está en retrasar la multiplicación de la plaga. “Si se logra que la población de chicharrita llegue tarde o directamente no llegue a los lotes, se podrá transitar una campaña más segura. El productor va a estar muy atento a este control”, sostuvo.
En este sentido, Caporicci planteó que, con las medidas de manejo adecuadas, la campaña puede desarrollarse con un nivel de riesgo “normal, promedio”, sin repetir los daños masivos del ciclo pasado.
Diversificación y regreso del maíz tardío
Uno de los puntos más destacados de la entrevista fue la proyección sobre los maíces tardíos, que vuelven a ganar terreno tras haber sido desplazados.
“La chicharrita nos coartó esa estrategia en la campaña anterior, pero ahora creo que vuelve. Vuelve el maíz tardío con un poco más de fuerza este año”, aseguró.
Caporicci explicó que la diversificación entre siembras tempranas y tardías será clave para manejar el riesgo climático y sanitario. Con perfiles hídricos recargados y un mercado que valora el maíz por encima de la soja, los productores buscan aprovechar todas las ventanas posibles de siembra.
Una campaña de decisiones estratégicas
La entrevista con Juan Caporicci refleja un escenario de optimismo moderado para la campaña de maíz 2025. La superficie sembrada crecerá, con un fuerte empuje de las siembras de primera y un regreso del maíz tardío. Las lluvias invernales ofrecen condiciones favorables, pero obligan a redoblar esfuerzos en el control de malezas.
El riesgo de la chicharrita sigue siendo un factor a monitorear, aunque con la experiencia de años previos los productores parecen más preparados para enfrentarlo. La clave estará en la planificación sanitaria y en la diversificación de fechas de siembra, estrategias que permitirán aprovechar al máximo un cultivo que vuelve a posicionarse como la mejor opción productiva y económica para el agro argentino.












