En Argentina, el agro es un pilar fundamental de la economía. Durante 2023, el campo y sus cadenas de valor generaron el 57% de los dólares provenientes de exportaciones y aportaron el 18,7% del PIB, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario. Estos aportes ocurrieron pese a una sequía extrema, mostrando la capacidad del agro de mantener a flote la economía incluso en momentos difíciles.
A medida que el mundo demanda más alimentos, el sector agropecuario argentino enfrenta el reto de aumentar su eficiencia y sostenibilidad, una meta directamente ligada al uso de maquinaria moderna y tecnificada. La inversión en tecnología, desde el piloto satelital de alta precisión hasta la dosificación variable de semillas y fertilizantes, ha demostrado ser clave para lograr una producción más eficiente, económica y amigable con el ambiente.
Maquinaria en Renovación: El Reto del Agro Argentino
A pesar de los beneficios, la renovación del parque de maquinaria sigue siendo un desafío. Según Sergio Fernández, presidente de la Asociación de Fabricantes de Tractores y Equipos (AFAT), “un 70-80% de los tractores y cosechadoras tiene más de 10 años de uso, lo que frena la eficiencia productiva”. Para actualizar el parque de maquinaria en condiciones normales de venta, el mercado necesitaría alrededor de 1,200 cosechadoras y 8,000 tractores nuevos por año. Sin embargo, en 2023 apenas se vendieron 653 cosechadoras, mostrando la distancia entre la necesidad y la realidad actual del sector.
Este parque envejecido limita el potencial del agro para aplicar tecnologías de punta, como las cámaras con inteligencia artificial en cosechadoras, los sistemas de telemetría que monitorean la eficiencia de trabajo, o los tractores con prescripción remota. Estas innovaciones no solo mejoran la eficiencia sino que optimizan el uso de recursos y reducen el impacto ambiental, aspectos cada vez más valorados en los mercados internacionales.
Beneficios Económicos de la Tecnología en el Agro
La incorporación de tecnología genera importantes ahorros operativos. Por ejemplo, la siembra variable con corte de dosificación por cuerpo puede reducir un 10% el uso de semillas, representando un ahorro de 15 USD/ha en el cultivo de maíz. En pulverización, las aplicaciones selectivas basadas en inteligencia artificial ahorran entre 70 y 80% de herbicidas, lo que equivale a unos 25,000 USD para 1,000 hectáreas de soja. También, el uso de piloto satelital permite reducir un 4% las pasadas, disminuyendo el consumo de combustible y el desgaste de maquinaria.
En términos de cosecha, las pérdidas de granos durante la campaña 2023-24 se estimaron en 695 millones de dólares debido a equipos sin la tecnología adecuada. La incorporación de sensores y sistemas de regulación autónoma podría reducir estas pérdidas hasta un 20%, ahorrando 139 millones de dólares anuales, el equivalente a 150 cosechadoras nuevas.
Un Futuro Tecnológico y Sostenible
La falta de financiamiento accesible y las elevadas cargas tributarias son barreras que dificultan la inversión en maquinaria de última generación. Para competir en el mercado global, el sector necesita financiamiento estable y de largo plazo, a tasas competitivas. En la actualidad, las empresas de maquinaria agrícola en Argentina enfrentan una presión fiscal del 54,5% al importar insumos necesarios, lo que limita su competitividad.
Además, el sector agrícola tiene un papel importante en la reducción de emisiones de CO₂. Hoy en día, varios equipos pueden funcionar con combustibles alternativos como biodiesel o gas licuado, y algunos modelos eléctricos ya están presentes en el mercado. Marcas líderes como New Holland y Case IH han lanzado tractores eléctricos y motores de gestión electrónica, mientras que CLAAS permite el uso de Aceites Vegetales Hidrotratados (HVO), un recurso sustentable derivado de residuos vegetales y grasas animales.
Perspectivas para el Crecimiento del Agro Argentino
A pesar de los desafíos, las oportunidades para el crecimiento del agro argentino siguen siendo inmensas. La tecnología moderna no solo mejora los niveles de producción y reduce costos, sino que también eleva los estándares de sostenibilidad. Empresas líderes como las que integran AFAT continúan desarrollando soluciones de última generación que, con el apoyo adecuado, pueden transformar el agro argentino en una industria aún más eficiente y competitiva a nivel global.
Para mantenerse a la vanguardia y aprovechar el potencial del sector, los productores deben ver la renovación de maquinaria y la adopción de tecnología como una inversión estratégica. Con el acompañamiento de políticas que favorezcan el financiamiento y reduzcan la carga fiscal, Argentina puede consolidarse como un proveedor de alimentos de calidad y avanzar hacia un modelo de producción agrícola sostenible y de alto rendimiento.