El mercado de maquinaria agrícola argentina experimentó un notable repunte en los primeros cuatro meses de 2025, con un crecimiento interanual del 49% en unidades comercializadas, según datos relevados por la Asociación Argentina de Fabricantes de Tractores y otros informes sectoriales. Entre enero y abril se vendieron más de 2.000 equipos, incluyendo tractores, cosechadoras y sembradoras, lo que representa una señal positiva tras años de incertidumbre y caída en las inversiones del sector.
El impulso proviene de una combinación de factores: por un lado, la recuperación parcial de los márgenes agrícolas tras la mejora de los rindes en la cosecha gruesa y las buenas perspectivas para el trigo. Por otro, una reactivación de líneas de crédito y esquemas de financiamiento atados al valor producto que resultaron claves para dinamizar la demanda.
Las sembradoras lideran el repunte de ventas
Las sembradoras mostraron el mayor crecimiento relativo, con un salto del 70% en comparación al mismo período de 2024. La expectativa de una siembra de trigo más amplia, ante un escenario climático más favorable y un paquete tecnológico en ascenso, empujó a los productores a renovar equipos.

Los tractores, por su parte, acumularon un crecimiento del 45%, con un total de 1.270 unidades vendidas en el primer cuatrimestre. Las cosechadoras también mostraron señales de recuperación, con un incremento del 35% interanual, aunque todavía por debajo de los niveles prepandemia.
La reactivación se reflejó especialmente en las zonas núcleo de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, donde la mejora en los rindes de soja de primera y segunda, junto con precios sostenidos a nivel internacional, generó condiciones más favorables para la inversión en bienes de capital.
Financiamiento y demanda: claves de la recuperación
Uno de los factores más importantes detrás de este repunte fue la reaparición de líneas de crédito en valor producto, especialmente aquellas vinculadas a programas públicos como el del BICE, que permitió fijar las cuotas en litros de leche o kilos de soja y trigo. Esto facilitó el acceso a tecnología por parte de pequeños y medianos productores, tradicionalmente más expuestos a los vaivenes del crédito bancario tradicional.
Además, en las ferias agropecuarias como Expoagro 2025, muchas fábricas ofrecieron condiciones especiales con tasas bonificadas, entregas programadas y planes a largo plazo que ayudaron a cerrar operaciones de maquinaria nueva y usada.
En paralelo, se observa una mayor decisión del productor por invertir en tecnología que mejore la eficiencia, en un contexto de costos crecientes y necesidad de optimizar cada hectárea trabajada. Las máquinas con agricultura de precisión, piloto automático y sensores integrados lideraron las preferencias, señalando una tendencia que se consolida.












