La principal preocupación en la Argentina, sacando la seguridad u otras cuestiones sociales, es la actualidad de la economía. De eso hablan todos, ya sean empleados, cuentra protistas o empresarios. Se habla del dólar, de la inflación, de las LELICs, etc.
Además, recientemente, tuvimos los últimos dados del INDEC acerca de la inflación e incluso el Gobierno acaba de anunciar que va a empezar a dar a conocer el índice de inflación de manera semanal.
Claramente es un tema que está en agenda, por eso decidimos conversar con el economía Martín Kalos, quien dirige Épica Consultores.
P: ¿Es un problema tan grave la inflación Martín?
Sí, claro. Y lo peor, arranco por las malas noticias, es que va a empeorar. Estamos en un proceso de aceleración de la inflación. Hay que entender este proceso, no es lo mismo que pasaba hace dos años. Hay que actualizar un poco la cabeza de cómo está funcionando esto. Argentina entró en lo que en economía se llama régimen de alta inflación. Me vas a decir, ¿no era alta antes? Sí, pero lo que cambia ahora es que se acelera todo el proceso.
Ya no solo el número es muy alto, sino que la actualización de precios es muy frecuente. Por eso, incluso es mala noticia en algún sentido que el Gobierno esté dando una estimación propia semanal de la inflación. Porque está marcando que la inflación es suficientemente alta y se actualiza tan rápido como para requerir una medición semanal.
Esto es algo que a quienes vivieron la hiper en los 80 les va a dar miedo. Porque esta fue la antesala de la hiper aquella vez. No tiene por qué serlo esta vez, pero por primera vez en estos 30 y pico de años, desde la salida de la hiper, desde la entrada a la convertibilidad, el riesgo está. Tiene los síntomas previos.
P: ¿Qué enfermedad viene después de estos síntomas?
La realidad es que la inflación está acelerándose. No tiene por qué ir a una hiper, de verdad, no tiene por qué. Todo dependerá de cómo se resuelvan, en particular las elecciones, que es el punto nodal de estos días, de estas semanas y estos meses. Pero además, el gran problema obviamente es, ¿qué hacemos mientras tanto con los ingresos de las familias? Que es a donde nos pega esa inflación. Estoy pensando en que el Gobierno, por ejemplo, tuvo un gran problema con la inflación en agosto. El post paso generó una devaluación del 20%, con lo cual la inflación se aceleró aún más.
P: ¿Esa devaluación soluciona algo?
No, exactamente no soluciona nada. Porque es una devaluación que acelera la inflación, sube las tasas de interés, acelera toda la nominalidad de la economía, pero no resuelve ningún problema de fondo. Incluso si alguien dijera, bueno, devaluamos, somos más competitivos. Pero el gobierno a la vez deja el tipo de cambio oficial quieto durante un mes y medio, con lo cual cuando termine ese mes y medio, cuando pasen las elecciones generales, en términos reales, una vez que uno actualiza la inflación, la devaluación, todo, exactamente igual que antes de las PASO.
En términos de competitividad cambiaria. Entonces no solucionó nada. Si vos querés que la devaluación solucione algo, tenés que pensarla como parte de un paquete, de un plan, de un programa, de una secuencia, de algo, como parte de algo. O sea, faltaron medidas entonces, por parte del gobierno. Pero ahí viene la cuestión de que son medidas que no puede tomar este gobierno. Porque son medidas que requieren tiempo. Y este gobierno en tres meses se va, no importa si Massa vuelve, si será ganador o no. Pero este gobierno termina. Hoy el que está tomando las decisiones, que es Sergio Massa, no sabe si en tres meses sigue él, ya como presidente, o viene otro que cambia el rumbo. No hay tiempo para tomar decisiones que se implementen, que impacten, que tengan resultados, y en el medio además te pegaría en las chances electorales, lo cual también es un problema.
P: ¿Qué es la dolarización en términos reales para la economía? ¿Es una cosa posible? ¿No es posible?
No es posible, y es una muy mala idea. Así te lo resumo. Pero te puedo explicar, paciente, tres motivos por los cuales esto es así. No es posible porque Argentina no tiene dólares. Vamos a los bifes. ¿Qué dólares tiene hoy el Banco Central? Hoy el Banco Central tiene reservas netas negativas. O sea, no tiene dólares, si uno lo quiere pensar en términos netos. Cuando uno dice netos, lo que está diciendo es, bueno, porque sí tiene dólares, pero porque se los debe alguien. Son de otro, y el Central los tiene ahí prestados, de alguna manera. ¿Qué pueden ser esas cosas? Ahí empezamos. Si uno dice, bueno, que se los quede, que se quede con esos dólares que tiene guardados. ¿A quién le estás sacando los dólares? Bueno, a los ahorristas que pusieron dólares en el banco. Claro. Porque eso es 10.000 millones de dólares. Todos los dólares que tienen las personas en bancos, mientras el banco no se los haya prestado a nadie, o sea, que en Argentina no ocurre, es ínfima el préstamo en dólares, se cuentan como reservas, porque están guardados. Son reservas, están ahí reservados, guardados. Entonces, ahí hay 10.000 millones de dólares. De los 20 y pico mil millones de dólares que tiene hoy el Banco Central de reservas, 10.000 son depósitos bancarios en dólares de nosotros y nosotras. De las familias y las pymes.
P: ¿Qué opción tenés para conseguir dólares para dolarizar?
Endeudarte. Tanto Milei como Bullrich dijeron que ellos accederían a 30.000 millones de dólares, creo que dijeron, corréjime si me equivoco. Pero ¿de dónde lo sacan? ¿Quién le presta esa cantidad de guita a Argentina hoy? Y además, lo que nos dijeron, si alguien se los presta en serio, cosa que yo dudo mucho, ¿a qué tasa de interés te cobran hoy para prestarte esa guita a un país que ya está muy endeudado y no puede hacer frente a sus deudas? ¿Y a qué plazo se lo tenés que devolver? ¿En cuánto tiempo? La verdad que no tiene ningún sentido. Además, después Bullrich mismo dijo que no, que era una idea que tenía que negociar algún día con el FMI. Y Milei, después de decir que lo tenía garantizado, mandó gente a Estados Unidos a buscarla. No cierra. Entonces, olvídate, los dólares no están.
P: ¿Y eso qué significa?
Que si vos querés dolarizar con pocos dólares, con los pocos que puedas conseguir, lo más probable es que no te alcance para hacer algo a un tipo de cambio razonable. Millet tiene razón en algo cuando dice, no voy a hacer el tipo de cambio de mercado. Y dice, ese tipo de cambio hoy es 730 pesos. Pero eso es hoy, con este régimen monetario cambiario. Millet dice que va a cambiar el régimen monetario cambiario. Por ejemplo, va a eliminar el CEPO. Vamos de vuelta. Si vos eliminás el CEPO, cambiás el régimen a lo que dice Millet, ¿a cuánto está el tipo de cambio de mercado? Esto te lo digo yo, Martín. Me hago cargo del número que voy a tirar.
No baja de 4.000 pesos por dólar. No hay forma de que baje. Hay muchísimos pesos en la economía y muy pocos dólares. Cuando vos querés hacer oferta y demanda, a 4.000 pesos se te va en un chasquido de los dedos. Después puede ser más alto. Ni siquiera es que te estoy diciendo llega a 4.000 y se queda. Por ahí es más alto. No lo sabemos. Es un escenario completamente incierto. Pero cuando vas a hacer los números, te puede dar cualquier cosa entre 4.000 y 10.000 pesos por dólar. Por eso digo, puede ser 4.000. Pero eso ya es una devaluación tan grande que nos empobrece muchísimo.
Y para peor, nos empobrece tanto en dólares que después además vas a tener inflación en dólares. Para llegar a los precios mundiales. Porque vos pagaste del kilo de carne a un dólar, cuando el productor de carne la va a poder vender a 10 dólares el kilo como se vende en otros países. ¿Por qué te lo va a vender un dólar? Vas a tener inflación en Argentina en dólares hasta llegar a los 10 dólares para el kilo de carne. Y ese es solo el problema práctico inmediato de por qué dolarizar hoy es un problemón. Para Argentina, porque es impracticable.
P: Dolarizar no resuelve la inflación entonces.
Eventualmente cuando los precios lleguen a ese precio internacional, a 10 dólares el kilo de carne, cuando llegue eso, cuando lleguen los salarios, cuando llegue todo, eso puede ser una explosión inflacionaria y que después puede ser que se acabe. Que la inflación ahí se acabe. También hay que ver dónde te deja parado eso. Si estamos todos vivos. Además de si estamos todos vivos. Con la crisis que acabo de describir sería tétrico. Pero además hay que ver dónde te deja en términos de competitividad, de capacidad de invertir, de innovar.
Hay que ver dónde te deja en términos de poder tomar decisiones de política. Y ahí viene la segunda cuestión. Dolarizar es renunciar a una herramienta de política económica, monetaria y cambiaria. Básicamente, fíjate que hay argumento raro, ¿no? Dice, como todos antes de mí la usaron mal, yo quiero que nadie la use a partir de ahora. Ni siquiera yo. Ni siquiera yo, no sé, Javier Milei, por decir algo. Hay como una aceptación de que somos incapaces, los y las argentinos. Cosa que no tiene ningún sentido. Si algo que somos es terriblemente capaz de hacer cosas bien, entonces será cuestión de aprender y hacer cosas bien en términos de política monetaria y cambiaria. Aprendamos. No eliminemos la herramienta. Porque eliminar la herramienta no es que, ah, bueno, desaparece la política monetaria y cambiaria.
Eso no existe. Lo que pasa es que vamos a pasar a tener la política monetaria y cambiaria de Estados Unidos. Cuando Estados Unidos decida su tasa de interés, en función de lo que a Estados Unidos le sirva que sea la tasa de interés, esa va a ser la tasa de interés de Argentina. Y no hay ningún tipo de razón para que sea la tasa de interés que le conviene a Argentina. Entonces, tasa de interés, tipo de cambio con las demás monedas, todo eso lo va a decidir el Banco Central de Estados Unidos, la Reserva Federal. Digo, de ahí para, hay un montón de razones más que te podría argumentar. Es muy difícil salir de una legalización una vez que entras, que la hiciste. Lo que le pasa a Ecuador, no puede salir nunca. Tal cual. Y fíjate que no es que es una garantía de que después vas a crecer, vas a crear empleo, vas a invertir, vas a innovar. Cero. Hay países que… Claro. Los países que han dolarizado son países muy chiquitos. O sea, realmente queremos, nuestro deseo es compararnos con Ecuador, Panamá y Zimbabue.