Una iniciativa legislativa en la provincia de Buenos Aires para gravar las emisiones de metano producidas por la ganaderia abrio un debate publico sobre el enfoque y las posibles consecuencias de aplicar un impuesto ambiental especifico al sector. La propuesta fue presentada por la diputada bonaerense Lucia Klug, quien argumenta que la provincia aporta alrededor de un cuarto del total de gases de efecto invernadero del pais y por ello propone la creacion de una “Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires” (Tamba). Segun el texto del proyecto, la tasa se calcularia sobre los kilogramos de CO2 equivalente emitidos por cada establecimiento, tomando en cuenta la cantidad de cabezas de ganado y las caracteristicas productivas que determine la reglamentacion.
El anuncio genero respuestas criticas de referentes vinculados al sector agropecuario y a la politica con experiencia en gestion publica. Dos exfuncionarios que formaron parte del gobierno nacional anterior, y que hoy siguen vinculados al peronismo, manifestaron su rechazo al diseno de la iniciativa y senalaron que resulta insuficiente una mirada parcial para abordar un asunto que combina aspectos productivos, ambientales y de competitividad. Sus planteos apuntan a la necesidad de integrar politicas publicas que fomenten buenas practicas y tecnologias antes que imponer gravamenes que podrian afectar la produccion y la insercion internacional.
Juan Jose Bahillo, exsecretario de Agricultura y actualmente diputado provincial por Entre Rios, fue uno de los primeros en expresar su desacuerdo. Desde su posicion resalto que gran parte de la ganaderia argentina se desarrolla en sistemas pastoriles, que forman agroecosistemas con dinamicas particulares. Enfatizo que, cuando se gestionan correctamente, estos sistemas poseen una mayor capacidad de equilibrio ambiental de la que suele reconocerse. En su exposicion explico que las pasturas y forrajes consumidos por el ganado captan dioxido de carbono mediante la fotosintesis, contribuyen a la fijacion de carbono en el suelo y son componentes valiosos de los ecosistemas rurales.
Bahillo afirmo que el pastoreo bien manejado puede mejorar la salud del suelo y la biodiversidad, y que estas funciones ambientales deben ser consideradas con rigor al evaluar cualquier medida que afecte al sector. Planteo que la ganaderia es un pilar de la economia argentina y que, por ello, las politicas publicas deben buscar soluciones que fortalezcan la competitividad exportadora y el reconocimiento del esfuerzo de los productores en materia de sostenibilidad, mas que anadir cargas que compliquen la produccion y las economias regionales.
El exfuncionario tambien recordo acuerdos y esfuerzos realizados durante su gestion para anticipar y atender demandas ambientales de los mercados internacionales, sin penalizar a los productores. Menciono la creacion de instancias de trabajo interinstitucional, con la participacion de organismos publicos y entidades del sector como la Sociedad Rural Argentina, consorcios de exportadores, camaras industriales y bolsas de comercio. Esa concertacion busco alinear requisitos de acceso a mercados exigentes con politicas nacionales, y responder a nuevas regulaciones sobre temas como la deforestacion sin perjudicar la capacidad exportadora del pais.
En ese marco, Bahillo defendio la idea de promover la cooperacion publico-privada, el incentivo a las buenas practicas y la inversion en investigacion y desarrollo para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de la produccion ganadera. Senalo que avanzar en esos sentidos ofreceria una via para reducir emisiones y mejorar la imagen ambiental del sector sin recurrir a instrumentos fiscales que, segun su analisis, podrian tener efectos adversos.
Julian Dominguez, exministro de Agricultura, planteo un argumento que apela a la trayectoria internacional de la ganaderia argentina en foros ambientales. Recordo que durante su gestion el pais defendio la produccion ganadera en reuniones internacionales como la cumbre del G20 en Glasgow en 2022 y en espacios de la FAO, y que sostuvo la posicion de que Argentina ha sido “acreedor ambiental” por la manera en que gestiona parte de su produccion. Dominguez senalo que esa defensa se hizo tanto a nivel nacional -en acuerdos con provincias y cuando hubo cuestionamientos por parte de la Union Europea- como en foros internacionales, y constituyo una estrategia para preservar mercados y condiciones de comercio.
Ambos exfuncionarios advirtieron que la definicion de una tasa como la propuesta por Klug implicaria desafios tecnicos y administrativos relevantes: la medicion y verificacion de emisiones a nivel de establecimiento, la determinacion de tarifas en funcion de variables productivas, la capacidad estatal para reglamentar y controlar el cumplimiento, y el eventual efecto sobre la competitividad de los productores. Estos puntos, plantearon, requieren una evaluacion integral que contemple politicas de acompanamiento, herramientas de mitigacion y mecanismos de reconocimiento a quienes adopten practicas sostenibles.
Por su parte, la diputada proponente argumenta que la iniciativa responde a la necesidad de mitigar el impacto de las emisiones de metano y de promover una transicion que haga viable a largo plazo la actividad economica ligada a la ganaderia en la provincia. El proyecto establece que la tasa se aplicara y medira en funcion del CO2 equivalente generado por cada establecimiento y su objetivo declarado es desalentar emisiones e incentivar medidas que reduzcan la huella de metano. La autora del proyecto enfatiza la responsabilidad provincial frente a la contribucion significativa a las emisiones nacionales y busca que la medida funcione como herramienta ambiental.
El debate muestra dos enfoques distintos sobre como abordar la reduccion de emisiones en un sector estrategico: por un lado, la utilizacion de instrumentos fiscales dirigidos a internalizar costos ambientales y generar senales de cambio; por el otro, la apuesta a politicas que combinen incentivos, tecnologias y acuerdos de gobernanza para acompanar a los productores en la transicion. Ambos planteos coinciden en la relevancia de la sostenibilidad, pero discrepan en el metodo y en las prioridades a la hora de disenar intervenciones.
Ademas de las consideraciones tecnicas y economicas, las posiciones esbozan implicancias politicas: la propuesta fue presentada por una diputada cuyo mandato concluye en breve, mientras que dirigentes con experiencia en gestion ponen el foco en la necesidad de consensos mas amplios y en la coordinacion entre niveles de gobierno y actores privados. En la practica, cualquier medida de este tipo implicaria negociaciones con sectores productivos, adaptacion de normas, diseno de mecanismos de medicion y posible construccion de incentivos para la adopcion de practicas de mitigacion.
En sintesis, la iniciativa de crear una tasa sobre el metano en Buenos Aires desperto cuestionamientos sobre su alcance y diseno por parte de exfuncionarios que defienden un enfoque integrador, que combine politicas publicas con instrumentos de apoyo al productor y con compromisos de innovacion tecnologica. El intercambio publico subraya que la medicion de las emisiones, la valoracion de los servicios ecosistemicos de los sistemas pastoriles y la busqueda de soluciones que no penalicen la competitividad exportadora son elementos clave a resolver antes de implementar cargas fiscales especificas. El debate continua abierto y marcara las discusiones futuras sobre como conciliar la reduccion de emisiones con la sostenibilidad economica del sector ganadero.












