Aunque la reduccion temporal de las retenciones aplicada en septiembre pasado permitio que la agroexportacion generara alrededor de 7.000 millones de dolares y alivio una etapa de fuerte tension cambiaria, el Gobierno no parece dispuesto a transformarla en una baja permanente de los derechos de exportacion en 2026. Esa es la lectura del presidente de la Camara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), Gustavo Idigoras, quien explico que la argumentacion oficial es la falta de margen fiscal para permitir una rebaja sostenida. En su vision, el esquema vigente quedara, en buena medida, congelado el proximo ano.
Idigoras razono que las retenciones actuales cumplen una funcion de ancla fiscal, necesaria para sostener el objetivo del Gobierno de un superavit primario del 2,5%. Lo dijo en un acto de cierre de ano realizado en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, ante representantes de distintas camaras del sector agroindustrial, donde ademas hizo un balance del ciclo agricola y repaso la contribucion efectiva del campo al conjunto de la economia. Contrasto ese aporte con los tratamientos diferenciales que, a su criterio, reciben otros sectores, en particular el energetico.
Segun su relato, la baja transitoria de retenciones impulso un incremento de las exportaciones del agro desde aproximadamente 23.000 millones de dolares hasta 30.000 millones para 2025, es decir, esos 7.000 millones adicionales. Idigoras subrayo la magnitud de ese resultado y lo comparo con el crecimiento del sector petrolero, al que describio como beneficiado por subsidios y regimenes especiales. “El agro genero 7.000 millones mas; fue un efecto comparable a una Vaca Muerta sin RIGI y sin eliminacion de retenciones”, dijo, en alusion a los incentivos que si obtuvo la actividad hidrocarburifera.
Si bien expreso apoyo a una explotacion activa de Vaca Muerta y al desarrollo minero, Idigoras sostuvo que, en la practica, la carga del aumento del gasto estatal recae en buena medida sobre el agro, porque es uno de los principales sectores contribuyentes. Senalo que el sector petrolero logro condiciones especiales -como un RIGI propio y la supresion de retenciones- que le permiten mostrar un superavit energetico significativo, pero con participacion de subsidios estatales. A partir de esa comparacion se pregunto que seria del desempeno agroexportador si este contara con instrumentos de promocion similares, e insistio en la necesidad de una Ley de Inversiones Agroindustriales para fomentar la inversion y la competitividad del sector.
Respecto de las posibilidades concretas de cambios en la politica de derechos de exportacion durante 2026, Idigoras considero que la probabilidad de eliminacion o reduccion significativa es “extremadamente minima”. Fundamento esa posicion en la lectura del presupuesto y en la prioridad oficial de mantener la estructura del gasto y el objetivo de superavit. Ademas senalo que el Ejecutivo ya anticipo que los derechos de exportacion no formaran parte de la reforma tributaria planificada. Por ello, estimo que, aunque el sector seguira insistiendo en la materia, el margen para cambios inmediatos es muy acotado.
Desde la optica del sector, una via para liberar recursos que permitan bajar retenciones seria suprimir determinados regimenes especiales que implican perdida de recaudacion, mencionando particularmente el regimen del sur y el de Tierra del Fuego, cuya restitucion equivaldria a aproximadamente 1.500 millones de dolares. Ese ahorro podria permitir, segun Idigoras, una rebaja del derecho de exportacion a la soja del 26% al 18%, con un impacto estimado en 4.000 millones de dolares adicionales anuales por mayor molienda y exportacion, ademas de la eliminacion de derechos sobre trigo y harina. Sin embargo, dejo en claro que cualquier cambio requeriria voluntad politica y una hoja de ruta progresiva para evitar desajustes fiscales.
Sobre la forma de instrumentar una reduccion, propuso plazos y anuncios escalonados como alternativa viable: que el Gobierno defina hitos para 2026 y 2027 y que, si hubiera continuidad en las autoridades elegidas, se trace un camino hacia la eliminacion gradual de estos tributos hasta 2032. Considero que no seria razonable no ofrecer ningun anuncio antes de fin de 2027 y remarco la necesidad de senales claras para que los inversores y productores planifiquen.
En respaldo tecnico de su postura, Idigoras menciono un analisis elaborado por el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), organismo que tambien preside. El estudio sostiene que, al segundo ano de una reduccion de retenciones, el Estado comienza a recuperar parte de la perdida fiscal gracias al crecimiento del volumen producido y exportado. Esa dinamica de compensacion por mayor actividad es conocida por el Ejecutivo, indico, pero el Gobierno teme que mover el ancla fiscal pueda desestabilizar la macroeconomia en un momento aun delicado. Por eso pide paciencia y confia en reducciones graduales, aunque considera que ahora no es el “momento ideal” para adoptar medidas drasticas.
En cuanto a la liquidacion de divisas, Idigoras explico que octubre y noviembre se vieron afectados por el adelanto de liquidaciones que se produjo en septiembre, cuando se aplico la baja temporal. No obstante, destaco una recuperacion iniciada en diciembre, con prevision de embarque de alrededor de 3 millones de toneladas. Segun dijo, la mayor parte de esa mercaderia ya esta vendida y ahora resta originarla y transportarla a los puertos, con fuerte concentracion de camiones hacia Rosario. Anticipo tambien mayor actividad en los puertos de Bahia Blanca y Necochea entre enero y febrero, con probables records de carga, y describio un calendario de ventas que hasta abril se orienta principalmente al sudeste asiatico y, a partir de abril, a Brasil.
Sobre la campana fina, recordo las estimaciones de cosecha para trigo: una produccion prevista de 25,5 millones de toneladas. No obstante, advirtio sobre una calidad proteica baja en el cereal, lo que condiciona parte del valor comercial y las posibilidades de mercado del producto.
Finalmente, Idigoras destaco la relativa estabilidad cambiaria registrada en el ano: apenas unas treinta jornadas con tension frente a episodios anteriores en los que la volatilidad domino casi todo el calendario. Valoro esa mejora y la definio como “un buen record para la Argentina”, una situacion que es muy apreciada por el sector agroindustrial, ya que reduce la incertidumbre para las exportaciones y la logistica asociada. En resumen, el mensaje del liderazgo del agro fue de reconocimiento por los efectos positivos de la medida temporal sobre las cuentas del sector, combinado con insistencia en reformas y herramientas de incentivo, aunque con la expectativa realista de que mientras el Gobierno priorice la estabilidad fiscal, las retenciones permaneceran como parte de la estructura tributaria.
