El hantavirus es una enfermedad viral aguda grave causada por el virus “hanta”, que tiene una alta mortalidad en humanos entre el 30% y el 50%, con 202 casos de Hanta en lo que va de 2023 en el país, que resultan 17% más de notificaciones frente a respecto al mismo período del 2022, y donde recientes casos mortales han conmovido a la comunidad y las autoridades sanitarias.
Según datos del ministerio de Salud de la Nación, en todas las regiones de Argentina se registran provincias con alto riesgo: Norte (Salta, Jujuy), Centro (Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos), Noreste (Misiones) y Sur (Neuquén, Río Negro y Chubut).
En ese marco, Marcelo Hoyos, gerente técnico de Soluciones y Productos Especiales de BASF, destaca la importancia de concientizar sobre las últimas estrategias para la prevención y el control de roedores en zonas rurales.
Con ese foco remarcó la necesidad de seguir las recomendaciones de las autoridades de zoonosis locales sobre medidas de control adecuadas para evitar usos inadecuados de sistemas mecánicos o químicos que puede incrementar los peligros a la salud que genera la exposición ante hemorragias y secreciones de los roedores que son la prioridad a evitar.
El virus permanece activo por varias horas en las heces, orina, saliva y sangre de roedores portadores asintomáticos y puede ser transmitido al ser humano por dos vías principales: inhalación y ocular.
Esto ocurre cuando sus secreciones conteniendo el virus activo se secan y se dispersan en el aire formando aerosoles. Otra vía de transmisión que requiere mucha precaución es a través del contacto de heridas con objetos o superficies contaminadas.
Al momento se conocen 14 especies de roedores asociadas al hantavirus y pertenecen a los géneros Oligoryzomys, Akodon y Calomys, entre otros. Su cuerpo mide entre seis y ocho centímetros de largo y su cola logra alcanzar los diez centímetros, se alimentan de granos, semillas, frutas u hortalizas, pero también de residuos (basura) y alimentos de animales domésticos; viven, se desarrollan y se reproducen en ambientes silvestres en zonas rurales; normalmente huyen de la presencia humana y sólo migran a sitios como viviendas, galpones o talleres cuando se dan determinadas condiciones climáticas o por perturbación de su hábitat natural debido a labores culturales o cosecha.
“La primera medida para prevenir el contagio, es romper nuestros mitos incorporando conocimientos sobre los roedores, el virus y el contagio; pero muy importante también, es entender la compleja relación que existe entre el roedor, el ambiente y el hombre”, explica el gerente técnico de Soluciones y Productos Especiales de BASF.
¿Cuáles son las recomendaciones para evitar el contagio?
1. Contacto con zoonosis: Consultar siempre al sector de salud o zoonosis municipal si la zona ha tenido casos de hantavirus recientes o en el pasado. Luego comenzar a incorporar todas prácticas culturales que ayuden en la prevención.
1. Seguridad: Si estamos en zona de riesgo, pero sin casos reportados, al ingresar en ambientes cerrados, oscuros y poco ventilados, es muy importante utilizar elementos de protección como guantes descartables, máscaras faciales, gorro y gafas.
2. Desinfección: Desinfectar con cuidado toda superficie que pudiera estar contaminada con heces u orina de roedores aplicando una parte de lavandina en nueve de agua con trapos o rociando con una regadera y dejar actuar varias horas. Lavar y desinfectar alimentos o insumos en cajas, latas, botellas y bolsas que puedan estar contaminados con heces y orina.
3. Cerrar aberturas: Estos roedores, por su pequeño tamaño, pueden ingresar por aberturas de 4 cm. Son hábiles trepadores, por lo tanto, es conveniente revisar techos, tirantes y sellar toda abertura mayor a 4 cm.
4. Evitar generación de aerosoles: No se debe barrer en seco, ni usar aspiradoras o agitar elementos que liberen polvillo y que puedan estar contaminados. No encender la calefacción o refrigeración domiciliaria con equipos tipo Split, o de vehículos si se sospecha la presencia de roedores bajo el capó.
5. Huertas y galpones: En caso de construir huertas, disponerlas lo más alejadas posible de la vivienda (mayor a 30 mt), ordenar el medio, controlar malezas y eliminar refugios. Mantener ordenados galpones con semillas y productos que pueden servir de alimento a roedores.
6. Programa de control de roedores: Si las autoridades de zoonosis locales reportan casos de “hanta” en la zona, ellos indicarán la estrategia correcta de control y quién debe efectuarla.