El Casino Buenos Aires es el único que opera dentro de la Ciudad de Buenos Aires, aunque lo hace a través de una excepción legal: funciona sobre dos barcos anclados en el puerto, en aguas de jurisdicción nacional. Esta condición “flotante” le permitió sortear la prohibición del juego por dinero vigente en el territorio porteño.
La medida se implementó en 1999, cuando la Lotería Nacional lanzó una convocatoria para operar un casino en embarcaciones, lo que permitió eludir la normativa local. Así, el emprendimiento quedó bajo el control de la Nación y no de la Ciudad, que históricamente se opuso a este tipo de explotaciones.
La empresa concesionaria, Casinos de Buenos Aires S.A., operada por el grupo español Cirsa, administra las salas ubicadas en los buques “Estrella de la Fortuna” y “Princess”.
La concesión venció en 2019 y desde entonces su continuidad depende de medidas cautelares, ahora cuestionadas por un fallo reciente de la Corte Suprema, que dejó en suspenso su operación hasta que se resuelva el fondo del litigio.