En el marco del Congreso Maizar 2023, Leandro Storti del grupo IRRISUR –distribuidor oficial de Valley® Irrigation en el sudeste bonaerense- participó del panel “La importancia de gestionar el riesgo agropecuario”, junto con el meteorólogo Leonardo de Benedictis; Fernanda Muñoz, manager de Riesgos Agropecuarios de Seguros SURA; y Marcelo Comisso, Gerente de Investigación y Desarrollo de Producto de MATBA-ROFEX. El panel fue moderado por el presidente de ASAGIR, Enrique Moro.
Storti reflexionó acerca de las posibilidades con que cuenta el país para mitigar los efectos de la sequía con los recursos hídricos que cuenta y afirmó: “el agua es un recurso renovable, finito y vulnerable”. En ese sentido, especificó: “dos grados de temperatura en las corrientes marinas del Océano Pacífico puede hacer que lluevan más o menos milímetros”.
De acuerdo con Storti, “tenemos la suerte de tener un país que tiene un buen régimen pluviométrico, sobre todo en la Pampa Húmeda y estamos parados arriba de acuíferos.” Y agregó: “Eso nos da la posibilidad de almacenar agua para poder después extraerla y utilizarla cuando la necesitamos”.
El ingeniero hidráulico reconoció que este fue el peor año que ha tocado en cuanto a la sequía. Ante la pregunta, ¿se puede regar más en la Argentina?, Storti consideró que existen condiciones para hacerlo, ya sea con agua subterránea o con aguas superficiales.
Explicó que, si a la precipitación se le descuenta la evaporación y la escorrentía, el resto del agua se percola, recarga los acuíferos, los que están más arriba, que en su caso es el Pampeano, y los más profundos. “La inercia que tiene el agua subterránea es mucho menor de la que se da con las aguas superficiales, o sea que se mueve a mucha menor velocidad. Por eso la utilización de los acuíferos subterráneos nos permite atenuar las variaciones pluviométricas interanuales”, indicó.
Siguiendo a Storti, afirmó respecto a los cultivos en secano, que “estamos jugándonos el año agrícola con la reserva de agua que podemos almacenar en aproximadamente un metro”. En esa línea, hizo hincapié en que “con la ayuda del riego y las tecnologías para poder extraer el agua podemos llegar a explorar profundidades de 60 hasta 80 metros, entonces la capacidad de almacenaje de esos acuíferos nos permite armar un buffer para el riego estratégico o suplementario, como es el que realizamos en la zona húmeda y subhúmeda.”
Es decir, a través de esta tecnología se pueden “cubrir déficits hídricos en momentos estratégicos para salvar los cultivos.”
En zonas áridas, el riego es indispensable. Por lo tanto, de acuerdo con Storti, “cuando se diseña un equipo de riego, tiene que estar diseñado para cubrir la capacidad de la demanda hídrica, la totalidad de la demanda hídrica.”
Y agregó: “No es regar por regar, sino tener conciencia de los milímetros que tengan el mayor impacto de producción posible y que también sean la menor cantidad posible”, remarcó Storti en referencia a la responsabilidad de cuidar los recursos naturales. En ese sentido Valley ofrece herramientas y equipos que tienen capacidades tecnológicas que permiten aplicaciones de agua, fertilizantes y agroquímicos de manera puntual y en función de las reales necesidades de los cultivos, minimizando el impacto ambiental y reduciendo costos.
Storti señaló que aún no se tiene plena conciencia respecto al potencial de desarrollo del riego en la región. Enfatizó en la posibilidad de aprovechar los ríos Paraná, Uruguay, Negro, Colorado, Chubut y Santa Cruz para regar alrededor de 2 millones de hectáreas.
Mencionó la importancia de monitorear las napas para hacer un uso sostenible del recurso y destacó la necesidad de una mayor interacción entre el sector público y privado para desarrollar zonas marginales. En cuanto a las zonas de crecimiento, consideró que es posible aumentar la superficie regada en los campos ya existentes y armar esquemas defensivos de riego zonas aledañas, asegurando la producción nacional.
Con el sistema de riego por pivot, se busca captar y distribuir el agua de la manera más eficiente posible, es decir, con la mayor uniformidad, con el menor costo operativo, con la mayor simplicidad para poder cubrir esos baches de déficit hídrico. En definitiva, concluyó Storti, “lo que estamos buscando es una gestión integrada de los recursos hídricos.” Y aseguró: “el riego es un denominador muy importante de la economía: cada inversión que se hace en riego multiplica los rindes y mueve a la economía.”