Las exportaciones agroindustriales argentinas sumaron 32.426 millones de dólares entre enero y agosto de 2025, lo que representó un crecimiento del 4,4% respecto del mismo período del año anterior. El dato, elaborado por la Bolsa de Cereales y la Fundación INAI y difundido por el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), confirma que el sector mantiene su rol central como generador de divisas, incluso en un contexto internacional desafiante.
El mes de agosto fue decisivo para alcanzar este desempeño. Con ventas externas por 4.651 millones de dólares, se logró un incremento de 935 millones frente a agosto de 2024. No todos los complejos tuvieron la misma performance: algunos sectores se consolidaron como motores del crecimiento, mientras que otros perdieron peso en el total exportado.
El complejo sojero, históricamente el líder indiscutido, mostró una menor participación debido a menores precios internacionales y a la fuerte competencia de Brasil y Estados Unidos. Por el contrario, otros rubros ganaron protagonismo y sorprendieron con su capacidad de traccionar el saldo positivo del mes.
Los rubros que sorprendieron y lo que viene
El informe identificó a tres complejos como los grandes responsables del salto: girasol, carne y cuero vacuno, y maíz. El primero aprovechó la firme demanda global de aceite y subproductos; la carne consolidó sus embarques hacia China, Chile y la Unión Europea; y el maíz encontró un mercado especialmente dinámico en Asia, con volúmenes destacados gracias a una cosecha abundante.
También se destacaron los crecimientos relativos de cítricos (excluido el limón) y alfalfa, que registraron variaciones interanuales de dos dígitos. Estas cadenas, más vinculadas a economías regionales, muestran el potencial de diversificación que tiene la Argentina para ampliar su oferta exportadora. En particular, la alfalfa reflejó la demanda creciente de forrajes de alta calidad en sistemas ganaderos intensivos de Medio Oriente y Asia.
El análisis incluyó además la evolución del Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM). Según el informe, en agosto se ubicó un 4,6% por encima del nivel de julio, aunque todavía quedó 11% por debajo del promedio de 2024. Este diferencial muestra que, si bien las cantidades exportadas crecieron, la competitividad cambiaria aún condiciona los márgenes de rentabilidad.
Los datos dejan una conclusión clara: las exportaciones agroindustriales argentinas ya no dependen de un único motor. La combinación de rubros tradicionales con otros emergentes permitió superar los 32.000 millones de dólares en lo que va de 2025, y será clave observar si estos complejos mantienen su impulso hacia fin de año. El clima local, la evolución de la campaña triguera y los precios internacionales marcarán el rumbo en los próximos meses, en un escenario donde la diversificación se convierte en una ventaja estratégica.
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