La tormenta de Santa Rosa no se agotó durante el fin de semana. El Servicio Meteorológico Nacional confirmó que, tras el primer frente que dejó lluvias torrenciales y fuertes ráfagas, se activó una segunda ciclogénesis con capacidad para provocar nuevos acumulados de más de 100 milímetros y vientos que podrían superar los 80 km/h en distintas regiones del país.
El fenómeno, asociado históricamente al cambio de estación, golpeó con fuerza en el centro y el oeste argentino. Entre lluvias extremas, nevadas cordilleranas y ráfagas de viento, las consecuencias se sintieron en ciudades, zonas rurales y rutas de tránsito internacional.
Inundaciones y evacuados en el litoral y la región pampeana
En el sur de Santa Fe, la localidad de María Teresa fue una de las más castigadas, con cerca de 300 milímetros en menos de 24 horas. Calles convertidas en ríos, viviendas bajo agua y más de un centenar de evacuados marcaron la jornada. En Arteaga, Christophersen y La Chispa, el ingreso de agua a las viviendas obligó a montar operativos de asistencia, mientras que en Rosario se trabajó intensamente para evitar anegamientos prolongados.
En Córdoba, el sudeste provincial registró cifras históricas. Cruz Alta acumuló 332 milímetros en un solo día, un récord que paralizó caminos rurales y provocó evacuaciones masivas. Bell Ville, Marcos Juárez, Monte Buey e Inriville también superaron en pocas horas los promedios de varios meses, lo que dejó rutas cortadas, escuelas cerradas y sectores rurales aislados.
La cordillera bajo nieve y el corredor bioceánico interrumpido
En Mendoza, las lluvias en precordillera y las intensas nevadas en alta montaña obligaron al cierre total de la Ruta 7 y a la interrupción del Paso Internacional Cristo Redentor, clave para el comercio con Chile. Máquinas viales trabajaron a contrarreloj en Potrerillos y Uspallata para despejar la traza, mientras Gendarmería reforzó los controles para impedir el tránsito en condiciones de riesgo.
El impacto no solo afecta al turismo sino también a la logística del corredor bioceánico, ya que decenas de camiones quedaron varados a la espera de una reapertura. La coordinación binacional estima que recién a partir del lunes podrían comenzar las tareas de habilitación parcial, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan.
Rescates en rutas y complicaciones urbanas
La tormenta también se cobró episodios de alto riesgo en rutas nacionales. En la provincia de Buenos Aires, un micro de larga distancia se despistó en la Ruta 5 y quedó varado en una zanja anegada. Cuarenta pasajeros debieron ser rescatados en lancha por equipos de emergencia, aunque no se registraron heridos.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires, el aguacero provocó anegamientos en barrios del conurbano y calles intransitables en la Ciudad. Ráfagas de hasta 70 km/h complicaron el tránsito, mientras que las cuadrillas municipales trabajaron en la limpieza de sumideros y en la remoción de árboles caídos.
Impacto en el agro y la infraestructura
El temporal dejó huellas profundas en el sector agropecuario. En Santa Fe y Córdoba, los campos quedaron saturados y los caminos rurales intransitables. La maquinaria agrícola no puede ingresar a los lotes, lo que retrasa tareas de barbecho y compromete la preparación para la siembra de fina y de gruesa.
Los agrónomos advierten que, además de las demoras operativas, el exceso de agua puede provocar compactación de suelos, lavado de nutrientes y asfixia radicular, con consecuencias en los rendimientos. La situación se agrava en zonas bajas, donde el agua tardará más en escurrir.
La infraestructura vial secundaria también sufrió daños significativos. Huellones profundos, banquinas erosionadas y puentes rurales afectados encarecerán las tareas de recuperación. Los consorcios camineros piden limitar el tránsito pesado hasta que los suelos se estabilicen para evitar pérdidas mayores.
En Cuyo, el impacto logístico es evidente: con el Cristo Redentor cerrado y rutas de montaña bajo nieve, el transporte de cargas y los tours de compras quedaron en suspenso. La reapertura dependerá del despeje de nieve y de la mejora en las condiciones climáticas, prevista para mediados de semana.
Lo que viene: pronóstico y próximos días
El SMN anticipa que la segunda ciclogénesis mantendrá su fuerza hasta el lunes, con lluvias intensas en el Litoral —especialmente Misiones, Corrientes, Formosa y Chaco— y vientos fuertes en Córdoba, San Luis y Mendoza. En esas provincias, se prevén acumulados de hasta 120 milímetros y ráfagas superiores a los 80 km/h.
En el AMBA, las lluvias persistirán durante la madrugada y la mañana del lunes, con temperaturas máximas que apenas alcanzarán los 16 grados. El martes se espera una mejoría temporaria, aunque el descenso térmico será marcado: las mínimas caerán a 7 grados el jueves y el viernes, con mañanas casi invernales.
En Santa Fe y Entre Ríos, el lunes seguirá inestable, pero hacia la tarde comenzará un proceso de estabilización que permitirá la recuperación paulatina. El martes, con cielo mayormente nublado, las temperaturas rondarán entre 9 y 18 grados.
En la Patagonia, el viento seguirá siendo protagonista con ráfagas intensas y nubosidad persistente, aunque con un leve ascenso térmico hacia mediados de semana.
El temporal de Santa Rosa, que ya dejó lluvias históricas y escenas de alto impacto en varias provincias, tendrá todavía secuelas en la logística, el agro y la vida urbana. La prevención y la prudencia en rutas y ciudades se mantienen como las principales recomendaciones para atravesar este inicio de septiembre bajo el signo de la inestabilidad.












