El estudio indica que la demanda global de crudo seguirá firme durante la década de 2030. Rystad proyecta un pico cercano a 107 millones de barriles diarios (bpd) a comienzos de esa década, para luego estabilizarse por encima de los 100 millones durante buena parte de los años 2040. En ese escenario, los productores capaces de sostener costos bajos y niveles estables de oferta tendrán ventaja. Vaca Muerta califica dentro de ese grupo, según la consultora, en un contexto en el que se espera una desaceleración del shale en Estados Unidos.
Sudamérica se encamina a incrementar de forma significativa su producción de petróleo durante los próximos años, y Vaca Muerta será parte de ese movimiento. Un informe de Rystad Energy señala que la región concentrará inversiones por alrededor de US$197.000 millones en nuevos proyectos convencionales entre 2020 y 2030, con Brasil y Guyana como principales receptores, pero con Argentina aportando barriles competitivos desde el shale neuquino.
El aporte de la producción no convencional de gas y petróleo llevarían a Argentina a romper el máximo histórico en el mes de octubre. Según estimaciones, se superarían los 853.000 barriles de mayo de 1998. En septiembre la marca alcanzó los 849.000.











