A 24 dias del inicio del conflicto entre la Union de Recibidores de Granos y Anexos de la Republica Argentina (Urgara) y los acopiadores, la medida de fuerza sigue vigente pero con un impacto heterogeneo y acotado en la operatoria. Segun un relevamiento de LA NACION, la presencia sindical se observa en numerosos establecimientos de todo el pais, aunque la adhesion varia segun la zona y la empresa. En muchas plantas la actividad continuo con normalidad tras breves interrupciones; en otras se produjeron frenos puntuales que obligaron a suspender tareas por algunas horas. No se registraron bloqueos prolongados ni cortes de accesos generalizados.

El conflicto se desarrolla en un momento critico para el agro: se esta llevando a cabo la cosecha de trigo, una etapa clave en la que la logistica, las descargas y los tiempos definen el ritmo comercial y el flujo hacia puertos y molinos. Por eso, la inquietud en el sector es latente: una eventual escalada de la medida podria complicar la logistica y generar demoras en las descargas y en la circulacion de camiones. Sin embargo, hasta ahora el freno real es desigual y, en la mayoria de los casos, temporal.

Ayer se realizo una nueva reunion en la Secretaria de Trabajo, pero no hubo acuerdo entre las partes. El proximo encuentro quedo fijado para el martes proximo. Mientras tanto, el esquema que se repite en las plantas es similar: delegados de Urgara se presentan, realizan reuniones cortas con el personal y permanecen en los ingresos por un tiempo. Las asambleas suelen ser breves y, tras ellas, la operatoria se normaliza. “La adhesion es baja”, coinciden fuentes del sector y de las cooperativas consultadas.

Desde la Federacion de Acopiadores se rechazaron la mayoria de las demandas sindicales. Los acopiadores sostienen que los planteos implicarian aumentos “muy por encima de lo negociable”; estiman que eliminar el esquema de categorias por tonelaje podria representar un incremento salarial cercano al 28,8% y consideran inviable aceptar ajustes automaticos mensuales anclados a indicadores propuestos por el sindicato. Para la Federacion, esas condiciones no son sostenibles para el sector.

Las reivindicaciones de Urgara incluyen la revision salarial para recuperar perdida de poder adquisitivo, con una revision retroactiva de salarios a todo 2025, un anticipo para las negociaciones paritarias de 2026, el pago de un bono correspondiente a 2024 que, segun el gremio, no se habria abonado, y la eliminacion o revision del esquema de “categorias por tonelaje”. En este ultimo punto, los delegados sindicales denuncian falta de transparencia para verificar los volumenes manejados que definen dichas categorias.

Los testimonios recogidos describen una medida que, mas que paralizar la actividad, se percibe como una presencia sindical sostenida. “Vienen, charlan, explican el reclamo y se quedan un rato”, resumio uno de los participantes en una de las plantas visitadas. Otra fuente agrego que la accion sindical “se siente mas como presencia gremial que como un freno efectivo”. Esa impresion fue compartida en una reunion virtual entre cooperativas del norte bonaerense y dirigentes de Coninagro, donde se corroboro que la actividad se mueve aunque con rondas informativas de los delegados.

En distintas regiones el efecto fue dispar. Carlos Aleo, presidente de la Sociedad de Cerealistas del norte bonaerense, senalo que varias empresas recibieron la visita de delegados para jornadas informativas; durante esas asambleas puede detenerse la actividad por un rato, pero en general las plantas siguieron operando. En la zona de Pergamino-San Nicolas un acopiador, que pidio reserva de identidad, conto que en su planta la llegada de delegados derivo en que parte del personal decidiera no trabajar, lo que obligo a suspender algunas tareas operativas. Pese a ese episodio puntual, sostuvo que el clima general en la region permanecia de actividad y continuidad.

En el centro-este de Santa Fe el impacto fue practicamente nulo: alli la cosecha ya termino y las fuentes locales informaron que no se produjeron grandes problemas. En el cordon industrial de Rosario si hubo presencia gremial en algunas acondicionadoras proximas a los puertos, pero sin paralizar la operatoria: en ciertos casos se trabajo con portones cerrados, pero no hubo cortes ni bloqueos que impidieran la descarga o el acopio. En otras zonas como Carlos Casares, Pehuajo y 9 de Julio la consigna de los acopiadores fue similar: presencia sindical en los exteriores, dialogo con el personal, pero sin paros de planta.

A pesar de la dinamica moderada hasta ahora, dirigentes del agro alertaron sobre el riesgo que implica una eventual intensificacion del conflicto con el avance de la trilla. Pablo Ginestet, directivo de la Confederacion de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), advirtio que si se empiezan a registrar atrasos logisticos en esta etapa puede haber demoras en descargas, faltante de camiones y problemas operativos en las plantas, en momentos en que la cosecha de trigo comienza en zonas clave. Al mismo tiempo, Ginestet aclaro que en su zona la actividad es baja por excesos hidricos que impidieron la siembra con normalidad, lo que redujo la disponibilidad de trigo para cosechar.

Desde el sindicato, la version es otra. Urgara sostiene que la medida de fuerza lleva mas de tres semanas en marcha, aunque no de manera simultanea en todas las plantas del pais. Pablo Palacio, secretario general del gremio, explico que el sector cuenta con alrededor de 2.000 acopios, por lo que la huelga se implementa de forma rotativa y por delegaciones. Segun Palacio, los delegados visitan cada planta, convocan asambleas y durante ese lapso la actividad se detiene. Afirmo que ya se paso por aproximadamente el 50% de los acopios y que mas de la mitad de los 7.000 trabajadores del sector participaron en algun momento en las jornadas de paro. “No podemos parar las 2.000 plantas al mismo tiempo, por eso lo hacemos por sectores”, dijo.

Palacio tambien advirtio que si en la proxima instancia de negociacion no hay cambios en la posicion empresaria, la organizacion esta dispuesta a intensificar las medidas: evaluarian endurecer el paro y ampliar su alcance territorial. “Vamos a seguir el tiempo que sea necesario”, senalo, dejando abierta la posibilidad de una escalada que, de concretarse, podria tener mayor impacto sobre la cadena logistica y la comercializacion en plena cosecha.

Ante la consulta de LA NACION sobre si la Secretaria de Trabajo dictara la conciliacion obligatoria, fuentes del organismo respondieron: “Veremos que pasa el 9”, en referencia al encuentro de la semana proxima que podria definir si el conflicto se encamina hacia una solucion o hacia una profundizacion de las medidas. Mientras tanto, el sector y las autoridades siguen de cerca la evolucion de la cosecha y la operatoria en los distintos centros de acopio.