El consumo interno de yerba mate atraviesa uno de sus mejores momentos. Según el último informe del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), las ventas acumuladas durante el primer semestre de 2025 alcanzaron 162.774.700 kilos, lo que representa un incremento interanual del 16,02% respecto a los 140,2 millones de kilos registrados en el mismo período de 2024.
Este volumen récord no solo confirma la vigencia del tradicional hábito argentino de tomar mate, sino que consolida al mercado interno como el principal motor de la actividad yerbatera. En concreto, entre enero y junio, el destino local concentró 138.279.554 kilos, mientras que el mercado externo aportó 24.495.146 kilos al total.
En el desglose mensual, junio se destacó con una salida de 21.415.267 kilos para consumo interno y 5.589.406 kilosexportados. Estos números reflejan una tendencia sostenida que combina buena cosecha, logística eficiente y un vínculo cultural que se renueva día a día en los hogares del país.
El envase de medio kilo: el rey de la góndola
Uno de los datos más reveladores del informe del INYM tiene que ver con el formato preferido por los consumidores argentinos. En junio, el paquete de medio kilo representó el 55,18% de las ventas en el mercado interno. Le siguió el envase de un kilo con un 37,67%. En conjunto, estos dos tamaños concentran el 92,85% de toda la yerba mate comercializada.
Los formatos de cuarto kilo, dos kilos y otros tipos de presentación tienen una participación mucho menor, lo que evidencia una preferencia estable por los envases que combinan practicidad, duración y precio competitivo.
El informe también destaca que un 4,09% de las salidas corresponde a yerba “sin estampillas”, es decir, que no tributa los impuestos específicos del sector. Esta categoría incluye operaciones especiales como promociones, canjes o donaciones.
El indicador utilizado para medir esta actividad —la salida de molino— resulta clave para entender el comportamiento comercial del producto. No solo representa el despacho de yerba elaborada desde los molinos a los centros de distribución y supermercados, sino que permite anticipar el movimiento futuro en las góndolas.
La zafra 2025 avanza a paso firme: más de 449 millones de kilos de hoja verde
En paralelo al crecimiento comercial, la actividad productiva de la cadena yerbatera también muestra un dinamismo notable. Durante el primer semestre del año, los secaderos procesaron 449.550.576 kilos de hoja verde, con un pico de 133.053.916 kilos solo en el mes de junio.
Estos valores reflejan una zafra robusta, que se despliega de manera escalonada a lo largo del año. El calendario del sector está dividido en tres etapas:
Zafra gruesa: de abril a septiembre, concentra el mayor volumen de cosecha.
Suspensión de cosecha: en octubre y noviembre, se realiza una pausa para permitir el rebrote de las plantas.
Zafriña o cosecha de verano: de diciembre a marzo, se recolecta un volumen más reducido pero clave para el abastecimiento continuo.
Este esquema permite mantener un flujo estable de materia prima durante los 12 meses del año, reduciendo riesgos logísticos y asegurando la calidad del producto final.
Además, los buenos resultados en la cosecha 2025 están asociados a factores climáticos favorables, una mejora en los precios al productor y la consolidación de prácticas más sustentables en muchos establecimientos.
Exportaciones de yerba: leve recuperación y buenas perspectivas
Aunque el mercado interno sigue siendo el pilar central, las exportaciones de yerba mate también muestran señales positivas. En el primer semestre de 2025, se enviaron al exterior 24.495.146 kilos, lo que representa un crecimiento respecto a años anteriores donde las ventas externas habían mostrado cierta meseta.
Países como Siria, Chile, Estados Unidos, España y Francia se mantienen como los principales destinos del producto argentino. En algunos casos, la yerba se exporta en su versión tradicional, y en otros como insumo para blends, infusiones frías, bebidas funcionales o cosmética natural.
El potencial internacional de la yerba mate sigue siendo una oportunidad de crecimiento para la cadena. Sin embargo, el sector enfrenta desafíos como la barrera arancelaria, la diversificación de mercados y la necesidad de campañas de promoción internacional más agresivas.
Una costumbre que resiste crisis y transforma hábitos
En un contexto económico desafiante, donde el poder adquisitivo se ve erosionado por la inflación, el mate se reafirma como una costumbre transversal que une generaciones y atraviesa clases sociales. Con una relación precio-volumen difícil de igualar, la yerba mate sigue siendo una de las infusiones más accesibles y rendidoras del país.
Además, en los últimos años ha crecido el interés por nuevas formas de consumo, como el mate frío o tereré, el uso de yerba en bebidas energéticas, y las combinaciones con hierbas funcionales o sabores frutales. Estas innovaciones, sumadas a un marketing más ágil por parte de algunas marcas, permitieron rejuvenecer la imagen del producto sin perder su esencia.
También se observa un mayor interés por el origen: muchas marcas comienzan a destacar si la yerba es agroecológica, si proviene de pequeños productores o si fue estacionada de manera natural. Este cambio de perfil en los consumidores impulsa nuevas prácticas en toda la cadena de valor.












