Durante el actual ciclo se implantaron 675.000 hectáreas con soja de primera; en tanto que otras 470.000 fueron destinadas a la soja de segunda, y su condición se determina al comparar la situación con el rendimiento promedio del último lustro.
De esos totales, unas 357.750 hectáreas de soja de primera y otras 155.100 sembradas con soja de segunda presentaron buena y muy buena condición (53% y 33%, respectivamente).
El resto de la soja de primera y segunda presenta una condición regular (36% y 34%, respectivamente) y mala (11% y 33% en la soja de segunda); y en la soja de segunda se reconocieron hectáreas como “perdidas”.
Si bien las precipitaciones recientes generaron “una leve mejoría” en la soja, “lamentablemente llegaron demasiado tarde”, lo que acrecentó considerablemente la condición mala y regular. explicó la Bolsa.
La caída en la condición de la oleaginosa “está directamente relacionada con el pulso seco y altas temperaturas que dominan la región”, lo que “repercute negativamente su estado” y a la presencia de pestes e insectos que atacaron al cultivo.
El organismo entrerriano espera una producción de 1.248.750 toneladas, 502.145 menos (29 por ciento) que la temporada pasada.
En ese sentido, la soja de primera se encuentra con un rendimiento promedio provincial de 1.850 kilos por hectárea, 414 kilogramos (18%) menos que en el ciclo anterior y 325 menor (15%) al promedio del último lustro.
Por otra parte, la superficie sembrada con soja de segunda se encuentra en el “escenario más complejo”, apuntó la Bolsa, ya que atravesó una situación de sequía con reservas hídricas inferiores a la de la soja de primera.
Asimismo, la entidad bursátil espera una producción de soja de segunda en el ciclo 2020/21 de cerca de 680.290 toneladas, 41.185 más (6%) que la campaña pasada, debido a que también se expandió el área sembrada con este tipo de soja.
