Bajante: el nivel del río Paraná continúa en alerta rojo

Los niveles en el río Paraná en territorio argentino, incluyendo el Delta, seguirán la tendencia bajante hacia los niveles mínimos históricos, hasta septiembre.

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El nivel del río Paraná continúa en descenso en el marco de la histórica bajante que afecta del medio ambiente de toda la cuenca e impacta directamente en la extracción de agua para uso urbano. Frente a la capital provincial el río Paraná se encuentra cinco centímetros por debajo del nivel del mar.

El pronóstico del INA

La tendencia descendente del río Paraná observada en los niveles continuará en las próximas semanas, con muy alta probabilidad de que la bajante persista durante el invierno y posiblemente tendencia similar en el último trimestre del año, según pronostica el Instituto Nacional del Agua (INA).

Si bien durante la segunda quincena del mes de junio se presentaron precipitaciones levemente por encima de lo normal, continuaron las condiciones de escasez y disminución de aportes de los afluentes, en todo el tramo argentino del río. La tendencia climática regional define un escenario hídrico inferior a lo normal, por lo menos hasta septiembre, lo que indica que el mes tiende a acercarse a los niveles mínimos históricos.

Bajante histórica

Los niveles en el río Paraná en territorio argentino, incluyendo el Delta, seguirán una evolución descendente hacia los niveles mínimos históricos, registrados en 1944, cuando frente a Paraná el río se ubicó en -1,40 metros, al igual que en Diamante -1,38; Victoria -41 y La Paz -1,11.

Desde el Instituto nacional del Agua (INA) se pronosticó un mes de julio crítico, con afectación de todos los usos del recurso hídrico”, principalmente en la “captación de agua fluvial para consumo urbano”.

Los severos impactos previstos por el INA en las tomas de agua para consumo urbano; para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales”, problemas en “la navegación fluvial; fauna íctica; estabilidad de márgenes” y una “exposición a incendios en márgenes e islas”, que había previsto el organismo hace unos meses se están cumpliendo.

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El fenómeno causa severos daños en la fauna de la región afectando la economía de 3.000 familias de pescadores.

Preocupación

El fenómeno preocupa a las autoridades provinciales. Días atrás el gobernador Gustavo Bordet apuntó al “cambio climático y a la deforestación en las nacientes y al cambio en los suelos y en los sistemas de cultivo que modifica las condiciones ambientales”.

El mandatario provincial también mencionó al impacto de las represas en la alta cuenca, en Brasil, y recalcó la necesidad de intervención de la Cancillería argentina “para que puedan evacuar agua y atenuar la situación”.

Por su parte el intendente de Paraná, Adán Bahl señaló: “La bajante histórica ha impactado en nuestro sistema y distribución de agua en la ciudad. El impacto mayor se da en la bomba del muelle numero 1, ya que está cerca de la costa. Esta bomba lleva el agua cruda a la planta de avenida Ramírez. Tenemos inconvenientes en distintos sectores de la ciudad, mucho más en los barrios altos de la ciudad y se debe al trabajo de la bomba 1”, detalló al describir los trabajos paliativos que se desarrollan en la capital provincial para solucionar el problema d ela faltante de agua.

En ese sentido, el viernes pasado, personal municipal continuó con trabajos en la zona de la toma de agua colocando una segunda bomba extractora para apoyo y reserva de la bomba que impulsa agua cruda hacia el dique construido para abastecer la planta de avenida Ramírez.

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