Cada vez más intendentes observan “los tres tercios” en sus distritos

Análisis político.

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La fila es extensa. Una mañana como tantas otras en un distrito del conurbano muestra a quienes, con sus bolsas o carritos en mano esperan por los alimentos diarios. Son los que entregan los municipios dentro de sus áreas de desarrollo social.

La presencia, el aspecto de muchos de ellos no se parecen a alguien que vive en la pobreza desde hace muchos años. Son parte de lo que alguna vez fue la clase media y hoy, aún con vergüenza en sus rostros, recurren a un organismo estatal para sumar alimentos a sus mesas. No es pertinente hacerles la pregunta de si están pensando a quién votarán en las próximas elecciones.

Las que están a la vuelta de la esquina y asoman con un final impensado. A esta altura del año ninguna opción puede ser descartada. En los despachos de los intendentes del Gran Buenos Aires se consolida un fenómeno que empezó a darse tímidamente el año pasado: el crecimiento de Javier Milei como opción más escogida entre los pocos que contestan.

Ya hay municipios donde el electorado se divide en tres tercios. El renunciamiento de Macri impacta en la política. Pero, por ahora, no en la gran mayoría de la sociedad civil.

MAURICIO MACRI

El ex presidente, quien anunció su decisión de no ser candidato con un video el domingo pasado, reunió a los integrantes del PRO en la provincia de Buenos Aires. Según la fuente que se consulte, el mensaje dado por Mauricio Macri presenta matices distintos.

Pero sobre un punto abundan las coincidencias. Se mostró proclive a la competencia interna pero sin descuidar aquellos distritos donde ya se gobierna y sea posible ganar. Aboga por candidatos únicos en los distritos de su fuerza política, pero se estudiará caso por caso.

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De manera inmediata, están los que interpretaron que era un mensaje a favor del sistema “Y”, es decir un solo candidato a intendente y a gobernador compartido en ambas fórmulas presidenciales. “No sé si eso pasa el filtro de Patricia Bullrich”, arroja un testigo de la charla. ¿Y el de Horacio Rodríguez Larreta? No parece ser lo más adecuado para las proyecciones del Jefe de Gobierno. De tener candidato propio a Gobernador y a Intendentes, a tener que compartirlos con Patricia Bullrich. No asoma como un gran negocio político.

La mirada inversa la arrojan cerca de Patricia Bullrich. “Cómo garantizamos que nos cuiden la boleta si muchos intendentes han decidido ya manifestar que están con Horacio Rodriguez Larreta y con Diego Santilli”, explican. Por si faltaran ejemplos, el jefe comunal de Tres de Febrero, Diego Valenzuela viene de expresar que “Santilli es el mejor candidato a gobernador”.

¿Puede Bullrich dejar en manos de los fiscales de Valenzuela el destino de su boleta? Es sólo un ejemplo de lo que hoy se discute en torno a la ingeniería electoral. Sin tener en cuenta que, quizá, se está ante una elección cuyas características hagan volar por los aires las clásicas alquimias de escritorio preelectoral.

Además de manifestar que cree en las internas y que no va a condicionar el desarrollo de cómo se configure el tablero en la Provincia de Buenos Aires, Macri suele expresar desde hace tiempo una preocupación más importante. La fuerza política que él creo ya no representa lo nuevo. Y muchos dudan que sea el cambio que tanto le redituó a lo largo de estos años.

Reeditar esa mística y épica que, incluye hasta un color identificatorio, es un enorme desafío. Ese lugar ya lo ocupó Javier Milei. Guste o no, aún con las criticas que recibe por sus formas es lo que están constatando, con números en la mano, en muchas comunas del Gran Buenos Aires.

Pero también en el interior del país. Gobernadores que tienen datos donde en sus provincias el economista mide 30 puntos y jamás piso el territorio. O como trascendió hace unas horas, en San Luis es quien más mide por encima del oficialismo local y Juntos por el Cambio. De allí que los armadores de Javier Milei no muestren desesperación por cerrar acuerdos locales que los condiciones a ellos. Son ellos los que están en capacidad de hacerlo. Al menos por ahora.

FENOMENO MUY PRESENTE

En el conurbano, desde el año pasado, se da un fenómeno muy presente. Cuando se hacen mediciones en términos individuales, es decir no por fuerza política, aparece Cristina Kirchner encabezando la lista y luego Javier Milei. Ya en varios casos la sumatoria de los candidatos de Juntos por el Cambio no superan al diputado libertario. Hay un escenario partido en tres.

De continuar esa lógica, se abren muchos interrogantes de cara a las PASO. ¿Puede Cristina Kirchner pensar en ser candidata a Presidente? “Puede”, razona un fino observador político. Y agrega: “Aún con muchas chances de perder, tiene un voto consolidado que le podría permitir sumar fuerza en el congreso, ganar la provincia de Buenos Aires y pararse como la única opositora convalidada ante el gobierno que venga. Ante ese escenario, la opción judicial podría pasar a segundo plano”.

El razonamiento es muy similar al que hacen desde La Cámpora y sectores que la quieren sí o sí en la cancha como candidata. ¿Y Massa? El ministro está a punto de cerrar la revisión con el FMI luego del viaje a los Estados Unidos y no se baja de ninguna posibilidad de ser candidato. Es más, cree que a finales de abril podría estar el panorama más claro. Elucubraciones. Como en casi todos los casos.

Ahora bien, el fenómeno Milei permite aventurar otro gran interrogante. Si llegase a existir paridad en las paso entre el Frente de Todos, Juntos por el Cambio y la Libertad Avanza, será clave observar el resultado de la interna entre Larreta y Bullrich. Si la ganara el Jefe de Gobierno porteño, Milei podría ser favorecido con los votantes de Bullrich.

Desde EEUU alguien arroja: “esto será Massa vs Milei”. Y si la ex ministra de seguridad ganase, entraríamos en una situación muy novedosa. ¿Crecerían las chances del oficialismo? Claro. Si Milei y Bullrich quedan parejos en la primera vuelta, el Frente de Todos estaría en condiciones de superar el 40 por ciento de los votos en todo el país, y soñar con la tan mentada diferencia de 10 puntos.

Allí dependerá mucho de quién sea el candidato. Un perfil más moderado podría captar los votantes de Larreta. En fin… el clásico juego de estos tiempos. La realidad suele ser muy dura con las proyecciones previas.

Esta situación la constató, en una reunión reciente un intendente del corredor norte ante sus funcionarios, luego de leer los trabajos de campo que le trajeron. “Esto es peor que en el 2001. En aquel momento el enojo era contra el presidente, legisladores y algunos gobernadores. Ahora es contra lo público. No se salva nadie. Hasta un empleado municipal suele ser mal visto”, contó ante los presentes.

En parte, es lo que explica el crecimiento de quienes puedan mostrarse lejos de eso. Ser desconocido hoy en política puede ser un activo y no una carencia. Otro dato de color que alumbra este momento particular. La descarnada interna de Juntos por el Cambio inauguró una nueva amenazada de aquellos que puedan quedar excluidos en los cierres. Ya son varios los que esbozan “si me cag…me voy con Milei”.¿Habrá lugar para todos?

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