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Por heladas y recambio generacional retrocede la chicharrita y caída de su infertilidad

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Un leve respiro se asoma en el mundo de las chicharritas ante el escenario sanitario del maíz argentino: el 21º informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, correspondiente al período entre el 3 y el 19 de junio, sugiere que las poblaciones de chicharrita comienzan a replegarse en varias regiones productivas, mientras su capacidad de infectar plantas desciende con respecto al verano.

En las regiones Centro Sur, Centro Norte y Litoral, los técnicos reportaron una menor cantidad de insectos adultos capturados en trampas cromáticas adhesivas y cultivos de invierno. Este retroceso coincide con la llegada de heladas más frecuentes que, según destacan los especialistas, estarían ejerciendo un efecto modulador sobre la plaga.

Aunque la disminución de la densidad resulta alentadora, el panorama sigue siendo heterogéneo: en el NOA y el NEA —zonas endémicas— se mantienen densidades relativamente altas. Allí, los muestreos moleculares realizados mediante PCR revelaron otro dato clave: la infectividad, es decir, la proporción de insectos portadores del Corn Stunt Spiroplasma(CSS), bajó de manera significativa comparada con los registros del verano pasado.

“Este descenso podría deberse al recambio generacional”, explican los especialistas de la Red. A medida que nacen nuevos adultos que no estuvieron expuestos a plantas infectadas, la proporción de vectores capaces de transmitir el patógeno tiende a disminuir. Además, factores estacionales como el frío sostenido o la ausencia de hospedantes enfermos también ayudan a debilitar el ciclo de infección.

Sin embargo, la Red Nacional de Monitoreo advierte que todavía es temprano para hablar de una tendencia consolidada. “Será necesario esperar los resultados de los próximos análisis moleculares para determinar si este patrón se confirma y se extiende en el tiempo”, subrayan en su último informe.

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Monitoreo y prevención constante

Los técnicos enfatizan que, pese a los datos positivos, resulta esencial sostener un esquema de vigilancia intensivo. “Es clave no descuidar los monitoreos en trampas cromáticas, cultivos de servicio y malezas que actúan como reservorios del vector”, recomiendan desde la Red. El monitoreo continuo permitirá comprender con más precisión la dinámica poblacional de la chicharrita en distintas zonas maiceras y estaciones del año, información estratégica para definir planes de manejo.

Las Chicharritas del Maíz
Las Chicharritas del Maíz

La experiencia reciente dejó en claro que el complejo del achaparramiento del maíz puede propagarse con rapidez y provocar caídas drásticas de rendimiento si no se actúa con anticipación. Por eso, el monitoreo oportuno y la sistematización de datos a nivel nacional son piezas centrales para mejorar la capacidad de respuesta de productores y técnicos.

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Una red que nació en plena crisis

La Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis se creó en 2024, cuando el avance de la chicharrita y la diseminación del CSS impactaron a gran parte de la superficie maicera del país. La coordinación general está a cargo de la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), con participación de instituciones técnicas y productivas de referencia como la Asociación Argentina de Protección Profesional de Cultivos Extensivos (AAPPCE), Aapresid, CREA, INTA y la EEAOC.

Cada uno de estos actores aporta información territorial, logística de muestreo y análisis especializados. En particular, el Centro de Bioinvestigaciones de la UNNOBA–CICBA (Conicet) realiza las determinaciones de infectividad mediante técnicas de PCR, que permiten conocer en tiempo real la proporción de insectos que llevan el patógeno.

Esta articulación público-privada logró, en poco más de un año, constituir una red de datos que hoy resulta imprescindible para tomar decisiones informadas.

Para conocer el detalle de las capturas y la evolución de la infectividad en cada región, se puede acceder al informe completo de la Red en el sitio oficial de Maizar: https://www.maizar.org.ar/vertext.php?id=948.

Mirada de mediano plazo

A medida que avanza el invierno, el foco se traslada a evaluar si el frío intenso se consolidará como un factor de contención de la chicharrita. En paralelo, el recambio generacional observado podría convertirse en una oportunidad para reducir la presión de inóculo antes del inicio de la nueva campaña.

Los técnicos insisten en que el éxito de cualquier estrategia dependerá de la constancia en los monitoreos y de la coordinación entre productores, asesores e instituciones científicas. “No es momento de bajar la guardia”, concluyen en su reporte.

Heladas y recambio generacional reducen infectividad

Según el informe del 3 al 19 de junio de la Red Nacional de Monitoreo, disminuyó la captación de Dalbulus maidis en Centro Sur, Centro Norte y Litoral. Ese descenso se asocia a las heladas que afectan a los adultos en refugios invernales.

Además, el análisis por PCR revela menor infectividad con CSS respecto al verano. Los nuevos adultos, aún en fase de recambio, no han estado en contacto con plantas infectadas. La combinación de frío, ausencia de hospedadores y generación invernal genera este efecto positivo .

No es momento de relajarse: persiste el riesgo

Aunque la infectividad bajó y los insectos retroceden, técnicos alertan que la chicharrita sigue activa en zonas endémicas como NOA y NEA. En esas regiones, capturas superan los 50-100 adultos por trampa incluso en mayo.

Por eso, la Red recomienda no bajar la guardia y seguir con:

  1. Monitoreo en trampas cromáticas y cultivos invernales

  2. Inspección en malezas y maíces “guachos” – los reservorios naturales.

  3. Reevaluar infectividad por PCR en cada muestreo.

  4. Planificar manejo integrado combinando rotaciones, tratamientos de semilla y control químico o biológico cuando sea necesario.

Efecto de las heladas y recomendaciones climáticas

Los estudios del INTA coinciden en que heladas prolongadas (-5 °C o menos por varias horas) reducen drásticamente la población y supervivencia de Dalbulus maidis. Estas condiciones favorecen un invierno “saneador” en regiones templadas.

No obstante, la plaga puede resistir en rastrojos o plantas voluntarias. Expertos del NOA y NEA advierten que, pese al frío, es fundamental intensificar monitoreos en áreas de siembra tardía y eliminar espigas abandonadas.

Estrategia de manejo para una campaña segura

El control de la chicharrita del maíz requiere una estrategia multifacética:

  • Rotación y fecha de siembra: evitar maíz-maíz y concentrar ciclos agronómicos previene focos tempranos.

  • Tratamientos de semilla mejorados: formulaciones inspiradas en éxito de Brasil brindan protección temprana.

  • Productos foliares y biológicos: se evalúan mezclas de piretroides con neonicotinoides y agentes biológicos para mayor efectividad.

  • Manejo integrado de plagas (MIP): donde el monitoreo orienta intervenciones químicas y culturales.

La chicharrita del maíz registra un retroceso provocando una baja en su infectividad gracias al frío y recambio generacional. Sin embargo, en regiones endémicas sigue activa y representa un riesgo real.

Mantener monitoreo constante, eliminar reservorios, aplicar tratamientos de semilla y ajustar productos foliares y biológicos construye una campaña sólida y preventiva. El invierno ofrece una ventana para apuntalar la próxima siembra. No es momento de relajar controles.

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