Durante los últimos días, la cosecha de maíz ganó velocidad en vastas regiones del centro y norte del área agrícola argentina, mientras la siembra de trigo y cebada ingresó en su etapa final con progresos notables tras semanas de complicaciones climáticas. El aumento de las temperaturas y la llegada de lluvias en franjas clave contribuyeron a consolidar las perspectivas de los principales cultivos de la campaña 2025/26.
Con un rendimiento promedio nacional de 74,7 quintales por hectárea, la recolección de maíz alcanzó el 70,4 % del área total estimada. Este ritmo representa un adelanto de 7 puntos porcentuales respecto del promedio de los últimos cinco ciclos agrícolas. El avance se destaca especialmente en Córdoba, donde las máquinas cubrieron el 67,8 % del área apta y los rindes rondaron los 73,9 qq/Ha.
En Buenos Aires, la situación muestra matices. El oeste provincial avanzó con fluidez y logró cosechar el 77,1 % de la superficie, mientras el centro bonaerense experimentó demoras que redujeron el progreso al 61,5 %. A pesar de esas diferencias, los rindes se mantienen en torno a los 75 qq/Ha, en línea con los valores históricos de la última media década.
En el NEA, los resultados varían con fuerza según la región. El centro-este de Santiago del Estero entregó lotes con buenos rendimientos, pero en Chaco las expectativas cayeron por el impacto de la sequía que golpeó durante fases sensibles del cultivo. En este escenario heterogéneo, la proyección nacional de producción de maíz se mantiene en 49 millones de toneladas, volumen que significa una caída de 2,6 millones frente al ciclo anterior.
La siembra de trigo consolida el área prevista tras un repunte térmico
La siembra de trigo avanzó a gran ritmo y ya cubre el 91 % de las 6,7 millones de hectáreas proyectadas. La última semana resultó clave: el progreso intersemanal llegó a 12,7 puntos porcentuales, con mejoras en zonas que venían rezagadas por anegamientos. En varias regiones, los acumulados de lluvia entre el centro de San Luis y el centro bonaerense mejoraron la humedad en el perfil del suelo y sostuvieron el desarrollo inicial del cultivo.
Los lotes más adelantados del centro y norte del área agrícola transitan el macollaje con un crecimiento vigoroso, favorecido por un ascenso moderado de las temperaturas que impulsó la emergencia de las plántulas. En comparación con el avance histórico, el trigo muestra un adelanto de 2,5 puntos porcentuales sobre la media de los últimos cinco ciclos.
Técnicos y productores coinciden en que las precipitaciones recientes resultaron decisivas para la recuperación de cuadros que habían sufrido el impacto de heladas y estrés hídrico en la primera quincena de junio. Aunque aún persisten lotes con humedad limitada, el escenario se perfila con mayor optimismo que semanas atrás.
La cebada completa el 80 % de la siembra y enfrenta demoras interanuales
En paralelo, la cebada avanzó con un progreso interquincenal de 29,2 puntos porcentuales y logró cubrir el 80 % del área proyectada en 1,3 millones de hectáreas. Sin embargo, el ritmo de implantación refleja una demora interanual de 13 puntos respecto de la campaña previa.
El retraso se concentra sobre todo en el norte de La Pampa, el oeste bonaerense y sectores del centro-sur de la provincia, donde la falta de piso complicó la entrada de las sembradoras. En cambio, el sudoeste bonaerense y el sur pampeano mostraron una dinámica mucho más ágil, con el 83 % de la superficie cubierta y una implantación que alcanzó el 66 % de emergencia.
En el sudeste bonaerense, las bajas temperaturas retrasaron algunos lotes, pero la emergencia se mantuvo en niveles aceptables, con un 58 % de superficie emergida en condiciones favorables. La expectativa de los técnicos apunta a que la ventana climática de las próximas dos semanas permita completar las siembras pendientes antes de la fecha límite óptima.
El progreso general de los cultivos invernales renueva cierto alivio entre los productores, que siguen de cerca el comportamiento climático para definir ajustes de manejo y los últimos lotes a sembrar. Al mismo tiempo, el maíz consolida una campaña con buenos rindes promedio, aunque con fuerte disparidad regional y una producción nacional que cerrará por debajo del ciclo anterior.












