El 8 de julio, Novonesis llevó adelante un lanzamiento que busca marcar un punto de inflexión en la producción de maní en Argentina. La empresa, que se consolidó como referente en el desarrollo de soluciones biológicas para la agricultura, presentó de manera oficial Nitragin® Fusion Pro, su nuevo inoculante de última generación formulado específicamente para este cultivo estratégico de la economía regional.
La presentación se realizó ante productores, asesores técnicos y distribuidores, en un encuentro que puso en relieve no solo las características del producto sino también el crecimiento sostenido que viene mostrando la coinoculación con microorganismos beneficiosos en distintos sistemas productivos. En países como Brasil, la adopción de combinaciones de bacterias rizobióticas y promotoras de crecimiento ya supera el 35% en soja. Ahora, Novonesis apunta a que el maní siga ese mismo camino de intensificación biológica en Argentina.
Según explicó Gisella Santella, líder del servicio técnico de la compañía, la llegada de Nitragin® Fusion Pro responde a la demanda de tecnologías que mejoren de manera consistente los rindes, pero al mismo tiempo contribuyan a la eficiencia en la absorción de agua y nutrientes, la salud de las raíces y la adaptación al estrés ambiental.
Más nodulación, raíces más largas y rindes que superan a la inoculación convencional
El nuevo inoculante combina cepas seleccionadas de Bradyrhizobium –bacteria responsable de fijar nitrógeno atmosférico en simbiosis con la planta– y Azospirillum, microorganismo conocido por estimular el desarrollo radicular y favorecer la solubilización de nutrientes. Esta formulación permite aplicar ambos componentes en una sola dosis, simplificando el proceso para el productor y asegurando una distribución uniforme.

Entre los datos más destacados que compartió Novonesis, se indicó que Nitragin® Fusion Pro logró un incremento promedio de rendimiento de 970 kilos por hectárea frente al testigo sin inocular, lo que representa un diferencial de más del 5% sobre los rindes obtenidos con inoculación convencional. Este efecto positivo se observó en ensayos realizados durante tres campañas en 10 localidades de distintas regiones productoras.
Otro aspecto que sobresale es el impacto en el sistema radicular: las raíces finas (de hasta 1 milímetro de diámetro) se extendieron 6 metros adicionales cada 100 metros lineales de surco, incrementando la capacidad de exploración del perfil del suelo. Este desarrollo más profundo y uniforme mejora la captación de agua, el aprovechamiento de nutrientes y el anclaje de la planta, factores que inciden directamente en la estabilidad productiva.
Además de un mayor largo de raíces, los análisis revelaron un incremento del 16% en el número de nódulos y un 18% en la masa nodular respecto de los testigos inoculados con formulaciones tradicionales. Estos indicadores confirman que la coinoculación con Bradyrhizobium y Azospirillum no solo aporta más nitrógeno al cultivo, sino que mejora la fisiología general de la planta.
Tecnología pensada para la sustentabilidad y la competitividad del maní argentino
La formulación de Nitragin® Fusion Pro también se distingue por su capacidad de mantener la viabilidad de los microorganismos desde la producción hasta la aplicación en el campo. Según Santella, este punto es crucial para sostener la efectividad del tratamiento: “Un aspecto diferenciador es la calidad de la formulación, que permite asociar y potenciar la acción conjunta de los microorganismos y sostener su viabilidad hasta la llegada al lote del productor. Así, garantizamos un tratamiento eficiente y previsible”.
El cultivo de maní se ha consolidado como uno de los motores de las exportaciones argentinas, con fuerte concentración en la región central del país, especialmente Córdoba. En ese contexto, el desarrollo de tecnologías que potencien la productividad y optimicen el uso de los recursos cobra aún más relevancia. La posibilidad de lograr plantas con raíces más sanas, mayor cantidad de nódulos activos y rindes superiores a los promedios históricos contribuye a sostener la competitividad frente a mercados cada vez más exigentes.
La propuesta de Novonesis llega en un momento donde la sustentabilidad y la eficiencia en el manejo agronómico se convirtieron en prioridades estratégicas. La coinoculación –ya ampliamente validada en soja– avanza ahora sobre el maní como una herramienta que puede aportar beneficios agronómicos y económicos de manera sostenida.
Con este lanzamiento, la compañía refuerza su compromiso con la innovación biológica como vía para mejorar los sistemas productivos y acompañar al productor en los desafíos de competitividad y cuidado ambiental. La campaña de comercialización ya está en marcha, y se espera que en la próxima siembra de maní más productores se sumen a esta nueva generación de inoculantes.















