Desde el INTA aseguran que “El futuro de los granos a nivel estratégico está en las legumbres”

En términos de producción, el sector creció constantemente en los últimos años, pese a que la campaña 2022/23 se retrajo tanto en superficie sembrada como en producción total debido a la sequía.

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La producción de legumbres en la Argentina en la campaña 2021/22 se situó en 1.151.118 toneladas y en la 2022/23 (primeros cuatro meses del año), pese al impacto de la sequía, ya se ubicaba en 881.994 t, posicionándose como un sector al que desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) ya lo consideran como “el futuro de los granos a nivel estratégico”.

Esta variedad granífera se concentra en el centro y, sobre todo, en el noroeste del país, en las provincias de Buenos Aires, San Luis, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero, Chaco, Salta y Jujuy.

La producción de arvejas y lentejas se concentra en Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y, en menor medida, Córdoba; y la de porotos y garbanzos, en los distritos restantes, aumentando la participación de porotos hacia el norte, puntualmente Salta.

La participación de la Región Centro es “importante”, según la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCR): en las últimas cinco campañas, dicha región concentró 80% de la producción de lentejas, 45% de garbanzos y 30% de arvejas.

PRODUCCIÓN SEGÚN LA ZONA

Respecto a superficie sembrada, pasó de 674.669 hectáreas en el ciclo 2018/19 a 775.473 ha en la 2021/22, para descender a 727.556 ha en la 2022/23.

En cuanto a producción, en la campaña 2018/19 alcanzó las 924.068 t, mientras que en la 2021/22 llegó a 1.151,118 t y en la 2022/23 se contrajo a 671.994 t.

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En este sentido, Marcelo Helguera, miembro del Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIAP) del INTA, sostuvo en declaraciones a Télam que “el futuro de los granos a nivel estratégico está en las legumbres”.

“Hablamos de legumbres en tanto poroto, garbanzo, lenteja, pero también como fuentes de muy buena proteína vegetal y una forma de que podamos producir proteínas que no vengan necesariamente de animales”, explicó.

Al respecto, el especialista contempló que “puede ayudar en lo económico y sobre todo al factor cambio climático, ya que -se explayó- “producir carne, y sobre todo de vaca, tiene una gran huella de carbono e implica que el sistema de producción provoca un montón de gases de efecto invernadero que hacen que aumente la temperatura y se magnifiquen los efectos del cambio climático, que nos afectan a todos”.

En esta línea, Helguera propuso “pensar en cambios culturales que hagan que ese mundo sea más sustentable, como tratar de reemplazar la incorporación de proteínas no tanto animales y que sean preferentemente vegetales; o, si no, hay otros animales que tienen menos impacto, como el cerdo, las aves o el pollo”.

COMERCIO EXTERIOR

En cuanto al comercio exterior, las exportaciones de legumbres promediaron alrededor de US$ 242 millones en los últimos 10 años, alcanzando un máximo de US$ 352 millones en 2017; hoy se estabilizaron alrededor de US$ 250 millones, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Los porotos representan 60% de las exportaciones desde 2013 en adelante, garbanzos 20%, arvejas 10%, mientras que las lentejas “tuvieron un fuerte crecimiento en 2022 debido a que al ser un año de gran producción dejó un saldo exportable muy grande”, indicó la BCR, y precisó que “se exportaron US$ 10.707 millones, 70 veces más que el año anterior”.

Con información de Télam

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