El
stock
vacuno
pampeano
sigue
perdiendo
terreno.
Un
relevamiento
elaborado
por
Ezequiel
Fernández,
director
del
Centro
Regional
La
Pampa-San
Luis
del
Senasa
a
pedido
de
LA
ARENA,
muestra
que
al
7
de
julio
pasado
la
merma
registró
un
15%
respecto
del
año
anterior
(3.414.274),
totalizando
2.886.772
cabezas
con
una
pérdida
de
527.502
cabezas.
Ese
stock
trepa
al
5,6%
del
rodeo
nacional
(51,5
millones
de
cabezas).
Muy
lejos
de
existencias
de
una
década
atrás
cuando
había
4.018.200
bovinos.
La
actividad
ganadera
atravesó
altibajos
en
los
últimos
años,
y
un
informe
del
Centro
Regional
La
Pampa-San
Luis
del
Senasa
da
cuenta
de
una
importante
reducción
del
stock.
La
situación
fue
despareja
para
las
diferentes
categorías.
La
actividad
ganadera
atravesó
muchos
altibajos
en
las
últimas
décadas
según
los
datos
obtenidos
en
el
organismo
de
sanidad
animal,
con
una
preocupante
caída
del
rodeo.
Este
problema
viene
de
lejos,
se
inicia
con
el
cierre
de
las
exportaciones
en
2021
y
el
control
de
precios
en
el
mercado
en
2022
generando
incertidumbre
y
una
abrupta
liquidación
de
vientres
por
los
bajos
valores
de
la
hacienda.
En
realidad
el
problema
se
inició
con
la
seca
del
2008
y
una
caída
de
stock
cercana
al
40%.
Por
departamento,
Conhelo
tiene
251.655
animales,
le
sigue
Utracán
con
246.417;
Rancul
214.370;
Atreucó
195.152
y
Loventué
179.061
cabezas.
Hay
1.207.428
vacas;
458.079
terneros;
400.017
terneras;
298.798
vaquillona;
269.895
novillitos;
194.646
novillos;
44.250
toros;
13.640
toritos
y
19
bueyes.
Categorías
y
distribución.
En
otras
palabras
se
perdió
en
La
Pampa
más
de
1,2
millones
de
cabezas
durante
ese
lapso.
La
recuperación
fue
lenta
desde
2015
hasta
2017
done
se
logra
alcanzar
un
stock
pecuario
de
4.052.586
de
cabezas,
cifra
similar
a
la
que
se
había
logrado
en
2007.
Esa
mejora
fue
despareja
para
las
diferentes
categorías
de
animales.
Por
ejemplo
en
cría
hubo
una
suba
del
10%.
No
obstante
ello,
en
recría
e
invernada
se
hundió
en
medio
millón
de
cabezas,
que
todavía
hoy
no
se
han
recuperado.
Respecto
de
los
terneros
puede
decirse
que
hay
458.079
y
se
concentran
en
los
lotes
departamentales
con
mayor
oferta
forrajera
como
Conhelo
con
46.614
cabezas
y
le
siguen
Rancul
(38.236)
y
Atreucó
con
36.133
animales.
En
terneras
hay
un
total
de
400.017
cabezas
y
el
departamento
que
más
posee
es
Conhelo
con
33.899
reses
seguido
de
Utracán
(33.635)
y
Rancul
con
30.036
cabezas.
De
los
2.886.772
bovinos
que
hay
en
La
Pampa
la
categoría
más
importante
son
las
vacas
con
un
total
de
1.207.428
existencias
estratificadas
en
tres
departamentos
estratégicos
para
la
ganadería
de
cría
como
lo
son
Utracán
(134.459);
Loventué
(106.791)
y
Conhelo
con
83.241
animales.
Otra
categoría
son
los
toritos,
en
los
cuales
Utracán
tiene
1.844;
Conhelo
1025
y
Rancul
con
931.
La
categoría
más
pequeña
en
su
estructura
es
la
de
los
bueyes
que
apenas
hay
un
total
de
19
de
los
cuales
18
pernoctan
en
Hucal
y
el
restante
en
el
departamento
Rancul.
La
relación
stock/habitantes
promedio
de
los
últimos
5
años,
es
entre
7,8
cabezas
de
ganado
bovino
por
habitante,
siendo
uno
de
los
niveles
más
bajos
en
las
dos
últimas
décadas.
Tenemos
además
298.798
vaquillonas
y
allí
pica
en
punta
Rancul
con
24.661
siguiéndole
Utracán
con
23.923
y
Conhelo
con
23.722.
Respecto
de
los
269.895
novillitos
la
mayor
cantidad
de
lotes
con
esta
categoría
ganadera
es
Conhelo
con
33.719;
Trenel
27.464
y
Rancul
con
23.609
animales.
Hay
en
la
provincia
194.646
novillitos
y
el
más
poblado
es
Conhelo
con
33.719
seguido
de
Trenel
con
27.464
y
Rancul
con
23.609
cabezas.
En
lo
que
refiere
a
Toros
(44.250)
está
al
frente
Utracan
con
5.276
seguido
de
Conhelo
con
3.725
Loventue
y
Rancul
con
3.395
cabezas.
La
frontera
pecuaria.
Esta
situación
es
una
secuela
directa
de
la
intensa
sequía
que
azotó
la
región
el
año
pasado
y
que
más
allá
de
las
líneas
de
financiamiento
del
BLP
con
subsidio
de
tasas
del
Ministerio
de
la
Producción,
con
el
objetivo
de
incentivar
a
los
productores
a
retener
sus
terneras
y
vaquillonas
para
agregarles
más
peso
en
la
provincia,
no
se
ha
podido
evitar
su
traslado
fuera
de
nuestras
fronteras.
La
asimetría
entre
rentabilidad
agrícola
y
pecuaria
está
anclada
en
una
preocupante
reducción
del
stock
vacuno
a
pesar
de
que
su
rentabilidad
actual
es
más
sostenible
que
en
años
anteriores.
Hasta
1993
no
había
cambios
muy
evidentes
en
el
equilibrio
entre
ambas
actividades
dentro
de
la
región,
siendo
1993
el
punto
de
quiebre
de
esa
situación.
En
gran
parte
de
los
campos
de
invernada
se
pasaron
a
la
agricultura
por
una
mejora
por
demás
sustantiva
de
sus
resultados
económicos,
soja
y
maíz,
ya
que
entre
ambos
en
la
última
campaña
se
logró
en
La
Pampa
el
récord
histórico
de
5.378.400
toneladas.
La
terminación
a
pasto
se
acota
cada
vez
más
rápido
en
las
firmas
ganaderas
pues
tienen
que
competir
en
productividad
con
la
agricultura
del
cuadrángulo
noreste
para
satisfacer
mercados
cada
vez
más
específicos.
Lo
interesante
de
destacar
es
que
por
aquellos
años
la
disminución
de
novillos
y
novillitos
se
produjo
por
el
incremento
de
los
precios
agrícolas
lo
cual
determinó
una
liberación
de
superficie
ganadera
en
la
mayoría
de
lotes
ganaderos
de
la
provincia.
La
cría
ha
logrado
muy
buena
mejoría
en
genética
y
sanidad,
pero
esto
solo
no
logra
mejorar
los
resultados
reproductivos,
productivos
ni
económicos.
En
efecto,
entre
junio
de
1993
y
1996
el
stock
vacuno
en
la
región
se
redujo
en
casi
1,2
millones
de
cabezas
es
decir
un
30%
lo
cual
nos
muestra
la
magnitud
de
aquel
fenómeno,
el
cual
se
ha
ido
agravando
en
los
últimos
años
por
los
reiterados
períodos
de
sequía.
Las
cifras
relevadas
por
el
Senasa
indican
que
el
stock
de
novillos
y
novillitos
se
redujo
en
un
16%,
mientras
que
el
de
vacas
y
vaquillonas
un
20%
hasta
la
fecha.
Nadie
invierte
poco
en
negocios
ciertos
y
con
rentabilidad.
Y
si
caen
esos
indicadores
es
porque
la
actividad
no
recibe
las
señales
necesarias
ni
deja
los
márgenes
esperados.
Esto
es
consecuencia
de
los
problemas
climáticos
que
afectaron
a
la
actividad
pero
también
de
la
incertidumbre
política,
económica
y
financiera.
Además
a
futuro
también
tenderá
a
reducirse
las
cabezas
faenadas,
aunque
habrá
un
leve
repunte
del
peso
de
la
media
res.
Debido
a
la
mayor
utilización
de
la
inseminación
a
tiempo
fijo
y
la
mejora
en
la
productividad
de
los
planteos
de
cría
aquella
no
fue
tan
afectada
en
la
producción
de
terneros.
Lo
concreto
es
que
con
menos
vacas,
hay
menos
carne
causal
de
la
caída
del
rodeo
bovino
que
se
sigue
achicando,
más
allá
de
un
stock
rejuvenecido
por
la
gran
cantidad
de
vaca
manufactura
que
ha
sido
exportada
a
la
aspiradora
China
en
los
últimos
tiempos.
Si
se
producen
menos
vacunos
y
de
bajo
peso
es
porque
se
invierte
menos.
El
subsecretario
de
Agricultura
y
Ganadería
de
La
Pampa,
Ricardo
Baraldi,
anticipó
en
mayo
que
habría
una
reducción
del
stock
ganadero.
“Estimamos
que
vamos
a
tener
una
disminución.
Cuando
uno
se
pone
a
evaluar
los
esfuerzos
que
se
hicieron
desde
el
gobierno
provincial,
fueron
muchísimos
para
poder
seguir
manteniendo
el
stock
que
tenemos.
Llegamos
a
tener
el
95%
de
la
provincia
en
emergencia
por
sequía.
Todos
a
distintas
escalas,
pero
todos
estaban
sufriendo
una
sequía”,
indicó.
Entre
la
sequía
y
la
eficiencia.
“Hoy
están
saliendo
muchos
animales
de
feedlot.
Y
el
feedlot,
resumiendo,
es
una
planilla
de
Excel
donde
le
dan
a
tantos
kilos,
se
gana
tanto.
Es
un
número
que
les
tiene
que
cerrar.
Entonces
se
basa
ahí.
Hoy
en
día,
obviamente,
los
últimos
kilos
que
uno
le
quisiera
dar
al
animal
se
dicen
que
son
los
kilos
más
caros.
Pero
hay
que
tratar
de
ver
que
la
industria
también
los
acepte
y
los
pague
y
les
llegue
al
productor”,
explicó.
Respecto
del
número
ideal,
dijo
que
“tendríamos
que
estar
en
3.500.000,
pero
lo
que
tenemos
que
generar
es
eficiencia.
Con
ese
stock
hoy
tenemos
1.350.000
madres.
Y
tenemos
un
porcentaje
de
destete
alto,
que
es
el
68%.
Hoy
nuestro
objetivo
sería
llegar
a
aumentar
dos
o
tres
puntos
más
el
tema
del
destete.
Tenemos
que
ser
eficientes
para
que
en
ese
resto
que
queda
se
puedan
generar
mayores
terneros”.











