El contrato de enero de la oleaginosa cayó 1,95% (US$ 8,91) hasta los US$ 447,26 la tonelada, a la vez que el de marzo lo hizo por 2,03% (US$ 9,37) para cerrar a US$ 450,66 la tonelada.
Los fundamentos de la caída radicaron en el avance de la nueva cepa de coronavirus, conocida como Ómicron, que generó una expectativa negativa respecto a la demanda en los próximos meses del grano.
Asimismo, sumó presión una nueva caída en la cotización del petróleo y el buen clima en las zonas productoras de Sudamérica.
En este sentido, el aceite se derrumbó 5,40% (US$ 69,44) hasta los US$ 1.214,95 la tonelada, mientras que la harina ganó en su posición más cercana 0,31% (US$ 1,21) para concluir la jornada a US$ 348,48 la tonelada.
Por su parte, el trigo retrocedió 4,17% (US$ 12,40) y culminó la sesión a US$ 284,30 la tonelada, por las perspectivas sanitarias y por una mejora en la condición del cultivo en Estados Unidos.
Por último, el maíz cedió 2,40% (US$ 5,51) y se posicionó en US$ 223,22 la tonelada, por la cepa Ómicron y el cierre de posiciones por parte de los operadores.