El girasol argentino se convirtió en el protagonista inesperado de la campaña agrícola 2024/2025. En un contexto de incertidumbre climática y económica, este cultivo tradicional logró una performance sobresaliente que sorprendió a productores, analistas y autoridades. Con una cosecha récord, rindes históricos y una expansión territorial significativa, el girasol argentino se consolidó como uno de los pilares del agro nacional, generando exportaciones por más de 1.500 millones de dólares y aportando un fuerte impulso a la economía del país.
Desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires destacaron que el cultivo alcanzó un rendimiento promedio nacional de 23,4 quintales por hectárea, superando el récord anterior de 22,2 qq/Ha registrado en la campaña 2014/15. Este resultado se logró gracias a condiciones climáticas excepcionales durante el período crítico del cultivo, que coincidió con una buena oferta hídrica y temperaturas moderadas, evitando los habituales episodios de estrés térmico e hídrico del verano.
La superficie sembrada también mostró un crecimiento notable. Se cultivaron 2,05 millones de hectáreas, lo que representa un aumento del 10,8% respecto al ciclo anterior. La Secretaría de Agricultura incluso elevó esa cifra a 2,2 millones de hectáreas, lo que implicaría un incremento del 15,8% interanual. Esta expansión se concentró especialmente en Santa Fe y en el centro y oeste del área agrícola, donde muchos productores optaron por el girasol como alternativa frente a la incertidumbre que generó la chicharrita en el maíz.
Girasol argentino 2025: expansión territorial y rendimiento sin precedentes
El volumen total de producción alcanzó los 4,7 millones de toneladas, según la Bolsa de Cereales, mientras que la Secretaría de Agricultura estimó un total de 5 millones de toneladas. En ambos casos, se trata de cifras récord que superan ampliamente los registros de campañas anteriores. Este salto productivo se traduce en un impacto económico directo: se espera que el girasol genere exportaciones por más de 1.500 millones de dólares, con un total estimado de US$ 1.521 millones. Además, la recaudación fiscal asociada al cultivo alcanzaría los US$ 478 millones, un 43% más que en la campaña previa.

El girasol no solo se destaca por su rendimiento, sino también por su versatilidad. Se comercializa como semilla, harina, grano y aceite comestible. Este último producto representa el principal rubro exportador, con una estimación de 1,13 millones de toneladas de aceite destinadas al mercado internacional. India se mantiene como el principal destino del aceite de girasol argentino, aunque el producto llega a más de 29 países, consolidando la posición de Argentina como uno de los principales proveedores mundiales.
Exportaciones de girasol: India lidera el destino del aceite argentino
El aceite de girasol argentino continúa siendo altamente demandado en el mercado internacional. India se mantiene como el principal destino, aunque el producto llega a más de 29 países. Se estima que en esta campaña se molerán 3,9 millones de toneladas y se exportarán 1,13 millones de toneladas de aceite. Además del aceite, el girasol se comercializa como semilla, harina y grano, lo que diversifica su impacto económico.
Los productores ya vendieron 2,5 millones de toneladas al sector industrial y exportador, aunque aún quedan 2,2 millones de toneladas disponibles para comercializar. Este remanente podría influir en la dinámica de precios y abastecimiento en los próximos meses, especialmente si se mantienen las condiciones favorables en los mercados internacionales.
Potencial de mejora: el girasol aún puede dar más
A pesar de los logros alcanzados, el girasol argentino todavía tiene margen para crecer. Un estudio conjunto de FAUBA, INTA y ASAGIR reveló que las brechas de rendimiento oscilan entre el 34% y el 40% a nivel nacional. Esto significa que, con mejoras en la fertilización, la elección de cultivares y la eficiencia de los sistemas de labranza, la producción podría incrementarse significativamente en futuras campañas.
Los especialistas coinciden en que hay tres factores clave para cerrar estas brechas: optimizar la fertilización con fósforo y nitrógeno, seleccionar híbridos con mayor potencial genético y adoptar prácticas de manejo más eficientes. Estas mejoras no solo permitirían aumentar los rindes, sino también mejorar la sustentabilidad del sistema productivo.
El contexto fiscal también juega un rol importante. Hasta el 30 de junio, las retenciones aplicadas al girasol se mantienen en un 5,5%, pero a partir de julio volverán al 7,5%, según lo dispuesto por el Gobierno. Este cambio podría influir en las decisiones comerciales de los productores y en la competitividad del producto argentino en el exterior.