Las condiciones climáticas extremas de los últimos meses han tenido un efecto devastador sobre los cultivos de soja, maíz y girasol en Argentina. La sequía y las altas temperaturas han alterado las proyecciones de cosecha para 2025, lo que podría generar un impacto económico significativo en el sector agropecuario del país. A continuación, se analizan los efectos más destacados de este fenómeno y cómo podrían influir en la producción agrícola. Así lo indica un informe elaborado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
La soja en crisis: una reducción de rendimiento preocupante
En lo que respecta a la soja, el 99,2% de las 18,4 millones de hectáreas proyectadas ya se ha sembrado. Sin embargo, la falta de lluvias en varias regiones clave, como el norte de Buenos Aires, ha afectado gravemente el desarrollo de los cultivos. Aunque se registraron precipitaciones en Córdoba, sur de Santa Fe y Entre Ríos, estas fueron demasiado localizadas y no alcanzaron a cubrir las necesidades de humedad en otras zonas.
Este déficit hídrico ha impactado de manera directa en la condición de los cultivos, que ha disminuido en un 5,6%. La condición hídrica adecuada/óptima también cayó un 5%, lo que indica que, a pesar de las lluvias aisladas, el daño a los cultivos es considerable. Además, las altas temperaturas en el Núcleo Sur y el Centro-Este de Entre Ríos han reducido el rendimiento potencial de la soja de primera.
La soja enfrenta graves problemas de rendimiento, con una caída significativa en la producción proyectada, que se atribuye a la sequía y las temperaturas extremas.
El impacto de estas condiciones también se refleja en la soja de segunda, especialmente en el Núcleo Sur y en el norte de La Pampa-Oeste de Buenos Aires, donde se ha observado una notable reducción del stand de plantas. Como resultado de estas adversidades, las proyecciones de producción se han ajustado a 49,6 millones de toneladas, 1 millón de toneladas menos que en la estimación previa.
Maíz: ¿Un ciclo perdido por la sequía?
El maíz, otro de los cultivos más afectados por la sequía, ya ha cubierto el 98,3% de su área sembrada en el país. Sin embargo, las condiciones climáticas adversas, especialmente las altas temperaturas y la falta de lluvias durante las últimas semanas de diciembre y enero, han impactado en la condición hídrica del suelo y en el desarrollo de los cultivos.
Aunque los maíces tempranos, sembrados en septiembre, lograron escapar de la etapa más crítica de sequía, los cultivos sembrados en octubre y principios de noviembre han sufrido las peores consecuencias. Estos sembrados atravesaron su periodo crítico en pleno episodio de sequía, lo que limitó su potencial de rendimiento. Mientras tanto, los maíces sembrados en diciembre y enero muestran síntomas de estrés hídrico, como el acartuchamiento de las hojas, aunque hay esperanza de que se puedan recuperar si las lluvias retornan a la región.
El maíz ha sido severamente afectado por la falta de lluvias y las altas temperaturas, especialmente en su etapa crítica de crecimiento. La reducción de la producción es inevitable.
Por lo tanto, la proyección de producción de maíz se ha ajustado a 49 millones de toneladas, una reducción de 1 millón de toneladas con respecto a la estimación inicial.
Girasol: un cultivo también golpeado por la falta de lluvias
El girasol, que ha avanzado con una cosecha del 4,7% del área apta, no ha quedado exento de los efectos de la sequía. Aunque el rendimiento promedio se encuentra en 19,7 qq/Ha, las condiciones climáticas han deteriorado las reservas de agua del perfil, lo que afecta el desarrollo de las plantas.
Actualmente, solo el 45% del área sembrada con girasol presenta una condición hídrica adecuada/óptima, lo que representa una disminución del 10% respecto a la semana anterior. A nivel nacional, el 87% del área presenta una condición de cultivo normal/excelente, pero esta cifra ha disminuido un 8% en comparación con el informe anterior.
Las regiones más afectadas por la sequía han sido el sudoeste de Buenos Aires, el sur de La Pampa y el sudeste de Buenos Aires, donde la condición de los cultivos ha empeorado significativamente, con un aumento en los porcentajes de cultivos en condición regular/mala.
Perspectivas para la cosecha 2025
A medida que se avanza en la siembra de soja, maíz y girasol, los productores deben estar preparados para los retos climáticos que seguirán afectando la producción en los próximos meses. La sequía sigue siendo el factor principal que limita la productividad agrícola en el país, y su impacto se refleja en las proyecciones de cosecha para 2025.