La producción manufacturera de las pymes experimentó un notable incremento del 12,2% en enero en comparación con el mismo mes del año anterior. A pesar de esta mejora, la industria aún no ha logrado recuperar los niveles previos a la drástica caída registrada en enero de 2024, cuando la producción alcanzó un mínimo histórico del -30%. En términos mensuales, la actividad también mostró signos de recuperación con un aumento del 4,8%, reflejando el dinamismo del sector.
El análisis de los distintos sectores revela un crecimiento generalizado, tanto en la comparación interanual como en la medición desestacionalizada. Sin embargo, la industria pyme continúa operando con solo el 59% de su capacidad instalada, lo que indica que todavía enfrenta desafíos significativos en su proceso de recuperación. Este comportamiento se desprende del Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) elaborado por CAME, basado en un relevamiento a 389 industrias de todo el país.
Dentro del panorama sectorial, la industria de madera y muebles lideró el crecimiento interanual con una expansión del 25,9%, seguida por el sector de metal, maquinaria, equipo y material de transporte, que experimentó un alza del 16,9%. En términos mensuales, el rubro papel e impresiones mostró el mayor incremento, con un avance del 6,9% respecto a diciembre de 2024, mientras que el sector maderero se ubicó en segundo lugar con una mejora del 6,3%. En cuanto al uso de la capacidad instalada, la industria maderera registró el mayor nivel de actividad, operando al 64,5%, seguida por papel e impresiones, que alcanzó el 63,6%.
Alimentos y bebidas
El sector de alimentos y bebidas también mostró una tendencia positiva en enero, con un crecimiento interanual del 4,2%, impulsado por la demanda estacional y algunas estrategias comerciales enfocadas en promociones. No obstante, la operatividad del sector se mantuvo en el 59,4%, evidenciando una leve retracción respecto a diciembre. Los empresarios del rubro manifestaron que las condiciones del mercado han sido dispares, con algunos beneficiados por el aumento de la demanda y otros afectados por la menor circulación de consumidores debido al período vacacional. La estabilidad inflacionaria trajo cierta previsibilidad, pero la presión impositiva y los costos fijos siguen siendo una preocupación constante.
Por otro lado, la industria textil e indumentaria continúa recuperándose de la crisis que golpeó al sector en 2024. En enero, la producción creció un 9% interanual y un 4% respecto a diciembre. Sin embargo, el uso de la capacidad instalada se ubicó en el 56,7%, reflejando que aún existe un margen considerable para mejorar la producción. La estacionalidad, el comportamiento del consumidor y las estrategias de venta han sido factores determinantes en el desempeño del sector, donde algunas empresas lograron aprovechar la temporada alta mediante liquidaciones y promociones, mientras que otras enfrentaron una demanda retraída.
El sector maderero también evidenció una fuerte recuperación en enero, con un crecimiento del 25,9% en comparación con el año anterior. La estabilidad en los precios y la disponibilidad de stock fueron clave para atraer nuevos clientes y consolidar estrategias comerciales. A pesar de que enero suele ser un mes de baja actividad debido a las vacaciones y el parate en la construcción, las empresas del sector lograron sostener sus ventas e incluso mejorar su desempeño en algunos casos.
En el ámbito de metal, maquinaria y equipo, la producción registró un incremento del 16,9% en términos interanuales y un avance del 4,9% en comparación mensual desestacionalizada. Si bien el sector ha mostrado signos de recuperación, la utilización de la capacidad instalada se ubicó en el 55,9%, lo que evidencia que aún hay camino por recorrer. Los empresarios destacaron que el repunte estuvo impulsado por la reactivación de proyectos industriales, aunque la baja actividad en sectores clave como la construcción y la manufactura sigue generando incertidumbre.
La industria de químicos y plásticos también experimentó una mejora significativa, con un crecimiento del 15% en comparación con enero de 2024. A nivel mensual, el sector creció un 5,8%, beneficiado por una mayor estabilidad en los precios de las materias primas y la apertura de nuevos mercados. Empresas proveedoras de insumos para la industria petrolera encontraron oportunidades de crecimiento, lo que ayudó a sostener la actividad en un contexto desafiante.
Finalmente, el sector de papel e impresiones registró un incremento del 2,6% en comparación interanual y un notable 6,9% en relación a diciembre de 2024. No obstante, el sector sigue lidiando con una baja demanda y un uso de la capacidad instalada del 63,6%, lo que refleja la necesidad de una mayor reactivación del consumo.
Perspectivas a futuro
A pesar de los avances, el sector pyme continúa enfrentando desafíos estructurales. La falta de ventas se presenta como la principal preocupación para casi el 40% de los empresarios, seguida de los altos costos de producción y la presión fiscal. En respuesta a esta coyuntura, muchas empresas han optado por estrategias de diversificación y eficiencia operativa para sostener su actividad. La implementación de políticas que fomenten la reducción de impuestos y el estímulo a la demanda interna aparecen como medidas clave para consolidar la recuperación del sector.
Las perspectivas para los próximos meses reflejan cierto optimismo entre los empresarios pymes. Aunque el panorama aún es incierto, el 58% de los consultados espera que su empresa mejore durante el año, mientras que un 36% considera que la situación se mantendrá estable. El acceso al crédito, la reactivación del consumo y la estabilidad de costos serán factores determinantes para que este optimismo se traduzca en crecimiento real. Adaptarse a un contexto económico cambiante será clave para que las pymes consoliden su recuperación y afiancen su papel en la economía nacional.
