La evolución del tipo de cambio y los mercados internacionales han marcado un año desafiante para los productores de granos argentinos. Con el 2024 llegando a su fin, el análisis de las tendencias en el precio de los granos, especialmente de la soja y el maíz, evidencia cómo factores macroeconómicos locales e internacionales están influyendo en las decisiones comerciales y en la competitividad del sector.
Este artículo, basado en el informe elaborado por el Área de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), a cargo de Matías Contardi y Emilce Terré, ofrece un panorama integral sobre los factores que están moldeando el mercado en esta etapa crucial del año.
La caída del dólar financiero favorece los precios en USD
El mercado de granos local, característicamente más tranquilo en los últimos meses del año, muestra un ritmo semanal de comercialización promedio de 400.000 toneladas de soja y 420.000 toneladas de maíz, sumando contratos y fijaciones.
En el caso de la soja, el precio ofertado ronda los 300.000 ARS/t, mientras que para el maíz, las ofertas varían entre 183.000 y 187.000 ARS/t, según el período de entrega. Sin embargo, cuando estos valores se ajustan por inflación, el panorama cambia. Desde octubre, la soja ha perdido un 9% en términos reales, mientras que el maíz registra una caída del 4%, influenciado por la estabilidad en el mercado internacional.
Un dato interesante es cómo la evolución del dólar financiero, especialmente el contado con liquidación (CCL), ha jugado un rol crucial. Desde octubre, este tipo de cambio retrocedió un 13%, superando incluso las bajas de los precios de los granos. Este comportamiento ha permitido que el valor de la soja y el maíz, medidos en dólares paralelos, alcance niveles récord en lo que va del año. Actualmente, una tonelada de soja se cotiza en 266 USD/t y el maíz en 160 USD/t, lo que mejora significativamente la competitividad en comparación con otros momentos del 2024.
Reservas comerciales: una tendencia marcada hacia el cierre del año
A pesar de las oportunidades presentadas por la evolución del dólar, las decisiones comerciales siguen mostrando una alta prudencia por parte de los productores. Hasta mediados de noviembre, el 65% de la producción de soja había sido comprometida, el nivel más bajo en la última década y 11 puntos porcentuales por debajo del promedio histórico. En el caso del maíz, la situación es menos crítica, pero igualmente está 8 puntos porcentuales por debajo de la media.
Además, las existencias físicas de soja y maíz alcanzan niveles elevados. En noviembre, las 13,5 millones de toneladas de soja almacenadas representaron el 27% de la oferta total doméstica, la tercera proporción más alta registrada. Para el maíz, el porcentaje llega al 33%, el nivel más alto de los últimos años, salvo 2023.
Este comportamiento se refleja también en la dinámica de entrega. Aunque el ingreso acumulado de camiones a los puertos del Gran Rosario aumentó un 80% respecto al año pasado, el volumen relativo en comparación con la oferta disponible es el segundo más bajo de los últimos 14 años.
El dólar global y la producción récord brasileña afectan los precios internacionales
A nivel internacional, las cotizaciones de soja y maíz en el mercado de Chicago (CBOT) permanecen estables, aunque en niveles relativamente bajos. La soja ronda los 364 USD/t, mientras que el maíz se negocia en 169 USD/t.
Entre los factores bajistas, el fortalecimiento del dólar estadounidense destaca como un elemento clave. Desde octubre, la moneda norteamericana se ha apreciado un 6% frente a otras divisas, lo que reduce la competitividad de los granos en los mercados internacionales.
Por otro lado, la producción récord en Brasil agrega presión a la baja. La Asociación Brasileña de Industrias de Aceites Vegetales (ABIOVE) proyecta una cosecha histórica de 167,7 millones de toneladas de soja para la próxima campaña, junto con volúmenes récord de procesamiento (57 Mt) y exportación (104 Mt). Este escenario no solo reafirma el liderazgo brasileño, sino que también incrementa la oferta global, moderando los precios.
Las condiciones climáticas en Brasil han mejorado significativamente, permitiendo avances en la siembra de soja, que ya cubre el 74% de la superficie objetivo, superando las cifras del año pasado. Esto despeja dudas sobre la posterior siembra de maíz de segunda en las principales regiones productoras.
Un panorama complejo con oportunidades estratégicas
A pesar de las dificultades, la demanda internacional ofrece un respiro. Estados Unidos reportó volúmenes récord en inspecciones de exportaciones semanales para maíz y niveles destacados para soja, mientras que China importó 8,1 millones de toneladas de soja en octubre, el segundo registro más alto para este mes.
En este contexto, los productores argentinos enfrentan decisiones estratégicas importantes. Si bien el mercado muestra signos de recuperación en dólares, la prudencia sigue marcando la pauta, especialmente ante las incertidumbres macroeconómicas y climáticas.
El informe de la Bolsa de Comercio de Rosario destaca que estos factores exigen un análisis cuidadoso y oportuno, ya que el contexto global y local seguirá moldeando las perspectivas para la próxima campaña.
