La victoria del partido de la protesta agrícola en Países Bajos pone contra las cuerdas al Gobierno

El Movimiento Campesino Ciudadano se convierte en el partido más votado en las provincias del norte y se convierte en el partido con más escaños en el Senado. Las políticas del Gobierno para reducir las emisiones de nitrógeno polarizan a los neerlandeses: también los partidos de izquierda ganan posiciones

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Un partido político que promete dar voz al campo frente a los ‘dictados’ de la capital y sus políticas medio ambientales se convirtió en la fuerza más votada en las elecciones locales y provinciales celebradas en los Países Bajos, unos comicios con consecuencias nacionales pues determinan también la composición del Senado y que con este resultado auguran tiempos difíciles para la coalición de Gobierno que dirige el liberal Mark Rutte y sus planes para reducir las emisiones de nitrógeno mediante un drástico plan de expropiaciones dirigido al cierre de granjas.

“Los Países Bajos han demostrado claramente que estamos hartos de esas políticas”, declaró anoche a la cadena pública NOS Caroline van der Plas, líder del partido BBB (Movimiento Campesino Ciudadano, en sus siglas en neerlandés). “No se trata sólo del nitrógeno, se trata de los ciudadanos a los que no se ve y no se escucha, a los que no se toma en serio, cuyos problemas no se afrontan”. Con un 19% de los votos emitidos en las elecciones a las asambleas provinciales, de acuerdo con las últimas proyecciones, el BBB se convertirá en la fuerza política con mayor representación en el Senado, donde se hará con 15 escaños. Sólo la alianza formada por socialdemócratas (PvdA) y verdes (GroenLinks), que suman también 15 escaños, puede permitir a los partidos de la coalición de Gobierno sortear el bloque opositor del BBB para sacar adelante ciertas decisiones.

Cuando ganó su primer escaño, Van der Plas se plantó en La Haya montada en un tractor
Fundado en el 2019, el Movimiento Agricultor Ciudadano logró su primer escaño en las elecciones generales del 2021. El día de la composición del nuevo parlamento, Van der Plas, una antigua periodista especializada en agricultura, se plantó en La Haya montada en un tractor. Desde ese día ha sido una figura omnipresente en el debate político neerlandés y se ha convertido en la heroína de los miles de granjeros que llevan un año manifestándose contra las propuestas del Gobierno para cumplir con los objetivos climáticos que se ha marcado el país, en parte derivados de sus compromisos con la agenda verde de la Unión Europea. Aunque su base está en el campo y ha obtenido sus mejores resultados en las provincias del centro y norte del país, también han registrado buenos resultados en las ciudades y grandes áreas metropolitanas.

El credo político del BBB oscila entre posiciones de ultraderecha respecto a la inmigración y el asilo, el euroscepticismo (piden el retorno a la idea de la unión de “países soberanos”) y postulados más bien progresistas en cuestiones como la sanidad o la fiscalidad (quieren más impuestos a las grandes corporaciones y defienden el transporte público) mientras apuestan por la energía nuclear. Si la última insatisfacción social francesa se manifestó a través de ‘chalecos amarillos’, en los Países Bajos la prenda con la que se manifiesta es el pañuelo rojo típico de las zonas rurales. Van der Plas lo adoptó desde el primer día. En las regiones fronterizas de Flandes (Bélgica), donde las medidas para reducir las emisiones agrícolas también han provocado protestas, es frecuente ver la bandana roja delante de las casas en señal de apoyo a sus vecinos.

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