Senasa lidera el monitoreo de la distribución de patógenos en animales que permite realizar acciones oportunas.
La Argentina ostenta óptimas condiciones zoosanitarias respecto a las diversas enfermedades animales existentes, situación que beneficia el sostenimiento de los mercados internacionales y facilita las negociaciones para la apertura de nuevos destinos que lleva a cabo el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Para ello, los sistemas de vigilancia de enfermedades animales que lidera el Senasa, en los que participan otros organismos públicos y actores privados, constituyen una herramienta fundamental que permiten recolectar información oportuna, confiable y actualizada sobre el comportamiento de eventos sanitarios que involucran a la población animal y los factores que la condicionan.
Actualmente nuestro país mantiene abiertos 1.398 mercados en más de 70 destinos a los que el Senasa, en los primeros cuatro meses de 2024, certificó exportaciones por 789 mil toneladas de productos y subproductos de origen animal: bovinos, ovinos, porcinos, aviares, equinos y de la pesca, entre otros.
Los datos obtenidos con la vigilancia le permiten al organismo sanitario nacional prever o detectar cualquier novedad y orientar las medidas para la prevención y/o el control de enfermedades, así como también elaborar estrategias destinadas a mejorar la salud de las especies susceptibles.
Un sistema de vigilancia epidemiológica implica la participación de diferentes actores involucrados en la red: veterinarios del Senasa, personal académico y universitario, agentes de parques nacionales y reservas de especies silvestres, biólogos y especialistas en el manejo de animales producción, entre otros.
Los datos que se obtienen pueden alcanzarse de diferentes maneras: a través de actores externos, que intervienen en una vigilancia pasiva y notifican al Organismo por sospecha de enfermedad o signos clínicos compatibles con la misma; o aquella que abarca una búsqueda efectiva de determinada enfermedad, conocida como vigilancia activa, que efectúan sus agentes.
Según lo que establece la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), la vigilancia epidemiológica implica una observación rutinaria acerca de la sanidad, la productividad y los factores ambientales, para brindar información sobre alteraciones en la presentación de las enfermedades, los factores ecológicos relevantes y las acciones requeridas para su control.
Muestreo y seguimiento de patógenos para la recolección de datos
A través de muestreos serológicos de ciertas subpoblaciones animales, la vigilancia epidemiológica activa permite actualizar aquellos datos existentes y/u obtener información que hasta el momento era desconocida. De acuerdo a este sistema, a través de sus programas sanitarios oficiales, el Senasa implementa muestreos para determinar el grado de situación de las enfermedades presentes en Argentina y revalidar el estatus de aquellas ausentes en nuestro país.
Durante el 2023, se recolectaron 56.435 muestras que se remitieron al Laboratorio Oficial del Organismo para la evaluación y análisis de la situación sanitaria de enfermedades como brucelosis bovina – presente en nuestro país – y para constatar aquellas ausentes, como la fiebre aftosa, influenza aviar, enfermedad de Newcastle, peste porcina clásica, síndrome respiratorio y reproductivo porcino, encefalopatías espongiformes bovinas y enfermedades de los salmónidos.
La selección de los individuos a muestrear puede determinarse de forma aleatoria, donde todos tienen la posibilidad de ser elegidos, o basada en riesgo, que implica un direccionamiento específico del muestreo, de acuerdo a objetivos determinados que posibilitan la eficiencia en el uso de recursos.
A su vez, los datos recolectados permiten evaluar los avances de los programas sanitarios respecto al manejo de la enfermedad y estimar cuándo se deberá pasar de una estrategia de control a un plan de erradicación.
Respecto a las enfermedades ausentes en Argentina, el seguimiento epidemiológico que realiza tiene como propósito constatar que el agente infeccioso no está presente en el territorio. Para estas situaciones, la vigilancia activa es fundamental para fortalecer los estatus oficiales reconocidos por la OMSA y, por consiguiente, sostener y abrir nuevos mercados internacionales.
Cabe destacar que la información obtenida de la vigilancia es de suma relevancia para las negociaciones comerciales y para las respuestas de cuestionarios enviados por los diferentes países, así como también una herramienta esencial cuando Argentina recibe auditorías externas de potenciales socios comerciales, o incluso socios ya establecidos.