Ledesma terminó su cosecha anual de caña de azúcar, materia prima a partir de la que fabrica azúcar, papel, alcohol, bioetanol, cuadernos y repuestos y productos electrolíticos.
Con el final de la zafra, el ciclo productivo continúa en las fábricas, donde se dan los procesos de refinación y envasado de azúcar, destilado de alcohol y producción de papel.
Con el residuo vegetal de la cosecha de caña, la compañía también produce energía renovable que cubre más de la mitad de su matriz energética.
La producción de azúcar física fue de 293.000 toneladas.
Ledesma molió 3.074.064 toneladas de caña, de las cuales 2.687.450 toneladas fueron propias y 386.614 toneladas provinieron de cañeros independientes.
Este último grupo es importante porque genera una actividad productiva que excede a Ledesma y se traslada a toda la provincia de Jujuy, dado el movimiento de productores y proveedores.
La producción de caña propia fue 3,5% inferior a la de 2021, debido principalmente a las condiciones climáticas: el fenómeno de la Niña generó una primavera y un verano muy secos.
El verano tuvo pocas lluvias, y para la zafra 2022 apenas cayeron 475 mm, 200 mm menos que para 2021. El invierno trajo una helada típica de la zona, sin afectar el rendimiento y desarrollo del cañaveral.
En este escenario de meses más secos, en 2021 las fincas de Ledesma tuvieron 20% más de riego propio que en 2020, debido a la inversión en tecnología de riego y la disponibilidad de mano de obra, que el año anterior había mermado de forma considerable a raíz del ausentismo por pandemia.
Además, hay que tener en cuenta el efecto de los incendios que por el calor producen la deshidratación de la caña que queda en pie, y le quitan rendimiento por la demora en su cosecha. Este fenómeno perjudica los brotes para la siguiente zafra.