“Haga Patria y saque las retenciones”, disparó Martín Llaryora, gobernador de Córdoba, durante su participación en Jonagro 2025, la Jornada Nacional del Agro organizada por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). Con un tono encendido, el mandatario provincial criticó duramente la política fiscal del Gobierno nacional y exigió un giro hacia un modelo más productivista, sustentable y equitativo. En medio de una creciente tensión por la presión tributaria sobre el agro, Llaryora planteó un mensaje directo a la administración de Javier Milei: “Que primero empiecen por casa”.
La presencia del gobernador cordobés en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires marcó uno de los momentos más fuertes del evento. Ante productores, dirigentes rurales y autoridades nacionales, Llaryora acusó al Gobierno de sostener un esquema impositivo que “castiga a quienes producen”, al tiempo que defendió el papel central que cumple Córdoba en la generación de divisas. “El año pasado, nuestra provincia aportó 3500 millones de dólares. En los últimos años, más de 40.000 millones. ¿Saben lo que sería Córdoba con ese dinero en manos de los productores?”, se preguntó.
“Las malditas retenciones” y el impacto sobre Córdoba
Llaryora calificó a los derechos de exportación como un “error total” y los tildó de “malditas retenciones”. En su visión, estas cargas no solo frenan el desarrollo agroindustrial sino que consolidan un esquema injusto, donde provincias como Córdoba cargan con el peso del ajuste mientras otras acceden a beneficios como regalías. “Córdoba no tiene petróleo ni gas, pero sí paga retenciones. Y además sufrimos el impuesto al cheque, que también castiga a la producción”, reclamó.
El mandatario fue enfático al subrayar que el campo no soporta más presión fiscal. Rechazó cualquier intento de restituir o aumentar los DEX, y sostuvo que la nueva agenda debe avanzar hacia una baja fiscal coordinada, sin “viveza criolla” ni medidas aisladas. “Es responsabilidad fiscal ir a la baja de las retenciones para ser un país más productivo y no fundir a los sectores”, sentenció.
En su discurso, recordó que la provincia ya destina los impuestos inmobiliarios rurales al Fondo de Desarrollo Agropecuario, en acuerdo con la Mesa de Enlace local, y reclamó que la Nación tenga el mismo gesto con las retenciones. “No quiero que se coparticipen, quiero que desaparezcan. Que esa plata quede en manos de nuestros productores, para que muevan el empleo, la productividad y la industria”, dijo.
Retenciones, Congreso y agenda federal: el pedido de coordinación
Durante el encuentro, Llaryora no esquivó las diferencias con la Casa Rosada. Criticó que el Ejecutivo tome decisiones fiscales sin consultar a las provincias, y cuestionó que se “saquen fotos con anuncios” sin invitar a los gobernadores. En ese sentido, pidió mayor protagonismo para el Congreso Nacional y sostuvo que si el Gobierno no toma la iniciativa, los bloques legislativos deberían avanzar con una estrategia común que contemple la realidad productiva de cada región.
“La baja de impuestos coparticipables también nos afecta. Cuando se tocan esos tributos, se está usando plata de las provincias. Por eso reclamamos diálogo, planificación y respeto institucional”, enfatizó.
También advirtió sobre una contradicción en el discurso oficial: mientras el Gobierno promueve un ajuste nacional, mantiene en pie una de las cargas más distorsivas sobre las exportaciones. “Escuché a Milei decir que iban a aumentar las retenciones. Están locos. No lo necesitan. Sería un error total”, lanzó.
Sustentabilidad y competitividad: el otro eje que Córdoba no abandona
En contraste con el discurso negacionista que sostiene parte del gabinete nacional, Llaryora defendió la vigencia de la Agenda 2030 y denunció que la Argentina está perdiendo terreno frente a las nuevas exigencias globales. “Nuestro país hoy niega el cambio climático; nosotros en Córdoba no. Y no es un tema menor”, alertó.
Desde su perspectiva, el desafío no es solo fiscal. También está en juego la competitividad futura del agro argentino. “El mundo va hacia la economía circular, la trazabilidad, la sustentabilidad. Si no lo entendemos, nuestros productos quedarán relegados a mercados de segunda o tercera categoría”, advirtió.
Esta visión lo alinea con reclamos similares que surgen en otros países de la región. En Brasil, Colombia y Uruguay, por ejemplo, las exportaciones agroalimentarias ya se vinculan con políticas de certificación ambiental, incentivos para prácticas sustentables y planes de adaptación al cambio climático.
Infraestructura, riego y seguros: el país que falta construir
Además de la cuestión impositiva, Llaryora se metió en temas estructurales como la infraestructura, el riego y los seguros agrícolas. Advirtió sobre el abandono de la Hidrovía y los altos costos logísticos que afectan a las economías regionales. “Seguimos moviendo todo en camión, y así el flete te mata la estructura del negocio. No hay un plan federal en serio”, señaló.
El gobernador también insistió en la necesidad de invertir en sistemas de retención de agua y canales pluviales. “Argentina es un país con agua. Tenemos que aprovecharla para riego y prevenir inundaciones. Prefiero el agua en un canal que en un campo inundado”, sostuvo.
Finalmente, pidió avanzar en un sistema de seguros agropecuarios más robusto, capaz de amortiguar los riesgos del productor ante eventos extremos. “No puede ser una ruleta rusa. Si te va mal una o dos cosechas, te fundís. La emergencia agropecuaria es apenas una gota en el mar”, concluyó.