Una masa de agua inédita cayó sobre el oeste de Formosa entre el martes por la noche y la madrugada del miércoles. En cuestión de horas, localidades como Palo Santo, Subteniente Perín y Bañaderos quedaron bajo el agua, con precipitaciones que en algunos sectores superaron los 600 milímetros, según reportes de productores y autoridades locales. Otros puntos del Departamento Patiño y la zona del río Bermejo también registraron acumulados excepcionales, que colapsaron el drenaje natural y provocaron anegamientos urbanos, caminos cortados y pérdidas en el sector agropecuario.
El evento fue confirmado por Horacio Zambón, coordinador ejecutivo de la Unidad Provincial Coordinadora del Agua (UPCA), quien explicó que el frente de tormenta ingresó desde Chaco y descargó su mayor volumen sobre el Departamento Patiño, aunque también impactó con fuerza en Pirané, Palo Santo y otras localidades vecinas.
“El parte pluviométrico oficial se toma hasta las 7 de la mañana, pero después siguió lloviendo. En Subteniente Perín se registraron hasta 266 mm solo hasta esa hora. En Bañaderos y La Floresta fueron más de 200 mm, y en zonas aledañas al Bermejo, entre 150 y 170 mm”, precisó Zambón.
Vialidad intenta contener el escurrimiento desde el oeste
Ante esta emergencia hídrica, el Gobierno provincial activó operativos de asistencia y tareas de infraestructura de urgencia. El ingeniero Javier Caffa, de la Dirección de Vialidad Provincial, informó que las cuadrillas trabajan intensamente en cerrar alcantarillas, altear zonas bajas y canalizar el agua para evitar nuevos anegamientos en el casco urbano de Palo Santo, uno de los puntos más golpeados.
“El frente de tormenta generó valores fuera de lo normal. El agua no solo viene de arriba: está corriendo desde el oeste por escurrimiento superficial. Esto complica aún más la situación”, explicó Caffa en declaraciones radiales. Los trabajos se concentran en los canales troncales de drenaje, con la meta de derivar el flujo hacia el este y el sur de la provincia, donde el terreno facilita la evacuación.
Caffa estimó que, si no regresan las lluvias y se puede trabajar a buen ritmo, “en dos o tres días los barrios deberían recuperar cierta normalidad”.
Testimonios desde el campo: “nos quitó toda la tierra firme”
Desde los campos ganaderos, las imágenes muestran una postal desesperante: casillas rodeadas por agua, vehículos elevados con maderas y animales refugiados en pequeñas islas improvisadas. “Nos quitó todo lo que sea tierra firme, tanto en la limpiada como en los montes”, contó un productor rural de la zona de Perín, que grabó un video para mostrar su situación.
El impacto sobre la producción fue inmediato. Animales menores como aves se perdieron, los accesos a los establecimientos quedaron inutilizables y los suelos anegados impiden cualquier actividad.
“Improvisamos un campamento con las herramientas que teníamos. Así ha quedado nuestro aposento”, relató el hombre, mientras mostraba su camioneta varada, elevada sobre tablones para evitar que el agua tapara el escape.
Pueblos aislados y rutas colapsadas
El presidente de la Sociedad Rural de Formosa, Alfredo Maglietti, confirmó que el 80% de los pueblos rurales de la región están anegados, con viviendas inundadas, caminos rurales cortados y familias aisladas. “La gente no puede salir. Las rutas están deterioradas y los caminos rurales directamente destruidos”, advirtió.
Desde el aire, la situación se ve aún más dramática: un mar interno cubre campos, barrios y rutas, con canales colapsados y sin vías de drenaje efectivas. El contraste es notable: días antes, esta misma región reportaba sequía y escasez de agua para consumo.
Reclamos estructurales: “nos sigue faltando infraestructura”
Tanto Zambón como Maglietti coincidieron en que este tipo de eventos, si bien pueden ocurrir en esta época del año, se están volviendo más frecuentes y severos. La falta de obras estructurales, mantenimiento de canales y planificación hídrica es uno de los factores que multiplican el impacto del clima.
“El problema no es solo la lluvia, sino la ausencia de infraestructura para canalizarla y proteger los centros poblados. Hoy es el oeste formoseño, pero mañana puede ser cualquier otra región del interior productivo”, advirtió Maglietti.
Desde el sector rural piden con urgencia inversión en drenajes, obras de canalización, caminos rurales resistentes y planes de contingencia, para evitar que cada evento climático se convierta en catástrofe.