En 2024, el sector agropecuario uruguayo se vio sacudido por el colapso de tres empresas ganaderas: Grupo Larrarte, República Ganadera y Conexión Ganadera (ahora investigada por estafa). Estas compañías ofrecían a los inversores la posibilidad de participar en el negocio ganadero mediante la compra y administración de ganado, prometiendo rentabilidades superiores a las del mercado tradicional. Las tasas de interés ofrecidas llegaban hasta el 11,3% en dólares, mientras que la ganadería tradicional suele ofrecer rendimientos del 3 al 4%.
El atractivo de estas altas rentabilidades llevó a miles de personas, incluyendo a numerosos argentinos, a invertir sus ahorros en estos fondos ganaderos. Sin embargo, a mediados de 2024, Grupo Larrarte fue la primera en declarar quiebra, seguida por República Ganadera y, finalmente, Conexión Ganadera. Este último fondo, el más grande de Uruguay, manejaba alrededor de 400 millones de dólares de inversores de distintos tamaños.
Investigaciones revelan esquemas Ponzi y fraudes millonarios
Las investigaciones posteriores al colapso de estas empresas revelaron que operaban bajo esquemas Ponzi, donde las ganancias de los inversores antiguos se pagaban con el dinero de nuevos inversores, sin generar rentabilidad real a través de actividades ganaderas legítimas. Esta estructura fraudulenta llevó a una pérdida estimada de más de 250 millones de dólares, afectando a más de 6.000 personas.

Uno de los casos más emblemáticos es el de Conexión Ganadera, fundada en 1999 por Gustavo Basso y Pablo Carrasco.La empresa se posicionó como líder en el sector, ofreciendo a inversores, muchos sin experiencia en el campo, la posibilidad de participar en el negocio ganadero con la promesa de altos retornos. Sin embargo, tras la muerte de Basso en un accidente de tránsito en noviembre de 2024, salieron a la luz irregularidades en la gestión de los fondos de los inversores. Se descubrió que las inversiones no se utilizaban de la manera acordada y que la empresa operaba como un esquema Ponzi.
El ingeniero agrónomo Eduardo Blasina calificó el caso de Conexión Ganadera como “probablemente la mayor estafa de la historia del Uruguay”, destacando la magnitud del fraude y el impacto en el sector agropecuario del país .
Repercusiones legales y búsqueda de justicia por parte de los afectados
Las autoridades uruguayas han iniciado investigaciones penales contra los responsables de las empresas involucradas. En el caso de Conexión Ganadera, se han presentado denuncias por estafa, apropiación indebida y asociación para delinquir.Además, se han descubierto maniobras de evasión y transferencias de activos a familiares de los directores antes del colapso de la empresa .
Los inversores afectados, entre ellos cientos de argentinos, buscan recuperar parte de sus inversiones a través de acciones legales y la intervención de las autoridades. Sin embargo, la complejidad del fraude y la magnitud de las pérdidas hacen que la recuperación total de los fondos sea incierta. Muchos afectados han perdido sus ahorros de toda la vida, lo que ha generado una profunda crisis de confianza en el sector ganadero uruguayo y ha puesto en evidencia la necesidad de una mayor regulación y supervisión en este tipo de inversiones.
Este escándalo ha dejado al descubierto las vulnerabilidades en el sistema financiero y agropecuario de Uruguay, resaltando la importancia de la transparencia y la vigilancia en las inversiones para proteger a los inversores y mantener la integridad del mercado.
“Impacto devastador”
La megaestafa ganadera en Uruguay ha tenido un impacto devastador en miles de inversores, incluyendo a numerosos argentinos, y ha sacudido los cimientos del sector agropecuario del país. La revelación de esquemas Ponzi y fraudes millonarios por parte de empresas de renombre ha generado una crisis de confianza y ha puesto en evidencia la necesidad de reforzar los mecanismos de control y regulación en las inversiones ganaderas. Mientras las autoridades avanzan en las investigaciones y los afectados buscan justicia, este caso sirve como una lección sobre los riesgos de las inversiones que prometen altos rendimientos sin una base sólida y transparente.