Las exportaciones argentinas de poroto de soja están atravesando un momento extraordinario. Durante julio, los embarques superaron las 1,3 millones de toneladas, cuadruplicando los niveles del mismo mes del año pasado y marcando el mayor volumen para ese período en seis años. Y agosto no se queda atrás: en la primera mitad del mes ya se enviaron al exterior 568.000 toneladas y hay 1,3 Mt más programadas para zarpar. Si se concreta el line-up, el octavo mes del año será el segundo mejor agosto de la historia en términos de exportación de soja.
China es el motor detrás de esta dinámica. Si se cumplen las cargas pendientes, el gigante asiático alcanzará compras por 4,9 millones de toneladas de soja argentina en lo que va de la campaña, el mayor volumen desde 2020. Esto ocurre en un contexto de importaciones récord por parte de China, que ya lleva 70 Mt adquiridas en los primeros siete meses del año, con Brasil como principal origen, aunque con un creciente protagonismo de los porotos sudamericanos.
La alta demanda internacional también impulsó los precios FOB. Desde los USD 380/t a USD 397/t registrados entre abril y mayo, se pasó a más de USD 430/t en agosto. El alza se da pese a que la harina de soja —el principal subproducto industrial— se hundió a niveles mínimos en 15 años, incluso por debajo de USD 300/t. El aceite, por su parte, muestra un buen desempeño en volumen y precios, aunque no alcanza a compensar el debilitamiento de la harina.
Este desbalance entre productos industriales y grano generó un fenómeno particular: el precio del poroto exportado igualó casi al promedio del FOB compuesto de la industria. Este cambio de señales, que no se observaba desde septiembre de 2023, alentó la venta directa del grano y elevó el ritmo de comercialización interna. Según el informe de la BCR, las operaciones superan las 200.000 toneladas diarias, y el sector exportador ya compró 6,9 Mt en el mercado doméstico. Con 5,5 Mt embarcadas hasta ahora y 8,35 Mt registradas en DJVE, aún resta originar 1,45 Mt para cumplir con los compromisos asumidos.
El trigo recupera competitividad y reactiva el mercado local
En contraste con el perfil bajo que mostró gran parte del año, el trigo argentino comenzó a dar señales de reactivación. La amplia disponibilidad local y la caída de los precios internacionales volvieron más competitivo al cereal argentino, cuyo FOB se ubica por debajo del europeo y, en algunos casos, incluso del ruso, que suele dominar esta época del año con su cosecha del hemisferio norte.
Este nuevo escenario se refleja en una mejora del volumen comercializado. Entre mayo y junio, el promedio semanal era de 185.000 toneladas, pero desde julio se elevó a 230.000. En seis semanas se operaron casi 1,4 Mt, un 60% más que en igual período de los últimos cinco ciclos. Además, se registró el mayor ingreso de camiones con trigo a industrias y puertos desde 2020, con 830.000 toneladas descargadas, un 38% más que el año récord previo, 2022.
En el plano externo, el line-up de exportación también muestra cifras robustas. A mediados de la semana pasada había 500.000 toneladas programadas para embarcar, cinco veces más que el promedio para esta época del año y 166% por encima del mismo momento de 2017, que ostentaba el segundo mejor agosto desde 2006. Hasta ahora se llevan embarcadas 370.000 toneladas y se esperan otras 280.000, con margen para sumar más antes de fin de mes. Así, agosto podría ubicarse en el podio de los mejores registros históricos.
Maíz: tras la tormenta logística, vuelven la calma y la baja
El mercado local de maíz atravesó una verdadera tormenta en julio. La urgencia de la exportación por cumplir con su programa de embarques generó una presión alcista, con precios que alcanzaron picos de USD 185/t para entregas inmediatas. Sin embargo, en agosto la situación se normalizó: la menor programación de embarques calmó la plaza y los valores cayeron a USD 174/t.
Hasta ahora, se embarcaron cerca de 970.000 toneladas y quedan por cargar menos de 1,3 Mt, lo que aleja la posibilidad de alcanzar el promedio de 4 Mt que suelen marcar los agostos de los últimos cinco años. Esta merma coincide con un contexto internacional claramente bajista.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) elevó en su informe WASDE las estimaciones de superficie y rindes para la campaña 2025/26. El área sembrada creció en 800.000 hectáreas y los rindes se ajustaron al alza en 4%, hasta los 119 quintales por hectárea. El resultado: una cosecha récord de 425 Mt, el techo más alto jamás registrado.
Este sorpresivo salto productivo —26 Mt más que el informe anterior— desplomó los futuros en Chicago, donde los contratos perforaron el piso de los USD 155/t, el valor más bajo desde agosto de 2024. Así, el maíz enfrenta un escenario adverso, con sobreoferta global y márgenes ajustados para la exportación argentina.
Soja en alza, trigo en recuperación y maíz bajo presión
El agro argentino muestra signos dispares según el cultivo. La soja vive un boom exportador traccionado por China y mejores precios, el trigo gana terreno gracias a una renovada competitividad, mientras que el maíz enfrenta el desafío de una cosecha récord en EE.UU. que presiona los valores internacionales. A medida que avanza agosto, el comercio exterior sigue siendo un termómetro clave para medir la dinámica del complejo agroexportador.












